¿Por qué se come pavo el Día de Acción de Gracias?

El segundo lunes de octubre en Canadá, el cuarto jueves de noviembre en Estados Unidos y Brasil, el primer jueves de noviembre en Liberia y el último miércoles de noviembre en la isla de Norfolk se celebra el Día de Acción de Gracias. Un día donde reunirse con la familia, abandonando viejas rencillas y poder conversar en armonía sobre política, religión, el sexo o la muerte.

Origen del día de Acción de Gracias

El origen de Acción de Gracias es antiguo, comenzando durante la reforma anglicana de Enrique VIII  (1534) en oposición a las numerosas festividades del calendario católico, en las que no se debía trabajar pero sí pagar caras celebraciones. Aunque la reforma de 1536 redujo de 95 a 27 las festividades, sin contar los domingos, los puritanos querían eliminar la Navidad y la Semana Santa. Su respuesta fueron los Días de Humillación y Ayuno y los de Acción de Gracias. Los primeros serían una respuesta a la sequía, inundaciones, fuegos, derrotas militares o epidemias para que la gente se arrepintiese de los pecados que causaron la ira de Dios. Los días de Acción de Gracia ocurrían en la situación opuesta, asistiendo en respuesta a la iglesia y alabándose la misericordia de Dios. El día de Guy Fawkes el 5 de Noviembre se convirtió en un día de Acción de Gracias. Curiosamente, este también sustituyó a Halloween.

Primer día de Acción de Gracias en América


Dicho esto, si se originó en Inglaterra, ¿por qué es tradicional comer pavo si este es americano? Popularmente, se considera el primer Día de Acción de Gracias a la comida compartida entre los colonos peregrinos de la colonia de Plymouth y los indios Wampanoag a finales de 1621. Se asume que comieron pavo, pero los indios trajeron venado, mientras los colonos aportaron aves de corral, probablemente gansos o patos, según los historiadores. También incluía pescado y marisco. Además, más allá de una mención en una carta de Edward Winslow, no hay más menciones a la comida en el siglo XVII, por lo que probablemente no se considerara un acto especial. Y, aunque tenían acceso a los arándanos, el azúcar para la clásica salsa de arándanos era un lujo. Además, hasta 1663 no se empieza a hablar en la zona de una salsa de arándanos hervidos que acompañaba a la carne. Por otra parte, tampoco tenían disponibilidad de patatas ni boniatos, otro elemento esencial hoy en día en la famosa cena. La tarta de calabaza sería otra ausente, ya que probablemente carecían de mantequilla y harina para la corteza.

El pavo como plato principal

Sería en el siglo XIX cuando el pavo se volvió un plato común para estas ocasiones. Una de las razones fue su disponibilidad. En la época del contacto europeo, había diez millones de pavos en América. Además, en las granjas no tenían otro uso que el de servir de carne, a diferencia de las vacas y las gallinas. A esto se le sumaba su tamaño, ya que con uno se podía alimentar a una familia.


A pesar de ello, aún no eran un sinónimo de Acción de Gracias, aunque Alexander Hamilton (1757-1804) señaló que "Ningún ciudadano de EE.UU. debería abstenerse del pavo en el Día de Acción de Gracias". Se atribuye la asociación a Cuento de Navidad (1843) de Charles Dickens. Sin embargo, es posible que tuviera más influencia Sarah Josepha Hale, famosa entre otras cosas por ser autora de la letra de Mary tenía un corderito,  en su obra Northwood: Life North and South (1823), donde dedica todo un capítulo a la descripción del Día de Acción de Gracias de Nueva Inglaterra. Además, hizo campaña para que se convirtiera en una fiesta nacional, ya que consideraba que uniría al país conforme se tambaleaba hacia una guerra civil.. En 1863, Abraham Lincoln la proclamó fiesta nacional.

En este proceso se creó una mitología nacional en torno a la festividad. En 1841, una colección de textos de peregrinos refirió a la comida mencionada por Winslow como la "primera acción de gracias". Aunque Winslow no mencionó el pavo, el colonizador William Bradford mencionó la gran cantidad de pavos en Plymouth durante ese otoño en un diario reimpreso en 1856. En la educación infantil no tardaron en asociarse el pavo, los peregrinos y la Acción de Gracias.

Por otra parte, aunque la población de pavos salvajes se vio amenazada a principios del siglo XX, su población volvió a ser de millones. Además, las prácticas de crianza han ayudado a que sean más grandes y baratos que nunca.

Fuentes: BritannicaMentalfloss
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