Errores del Mesozoico

La imagen que tenemos de los dinosaurios varía conforme más se conoce de ellos. En Parque Jurásico, nos mostraban a dinosaurios desplumados que proferían temibles rugidos. Ahora sabemos, aparte de los múltiples errores que tiene la película, que algunos dinosaurios, como los velociraptores, tenían plumas y que probablemente no podían rugir ya que no se han encontrado evidencias de cuerdas vocales.
Si vemos una película aún más antigua, la imagen que tenían entonces de los dinosaurios era incluso ridícula. Se nos presentan como reptiles lentos, torpes y con posturas extrañas, muy vertical en los dinosaurios bípedos y casi arrastrándose en los cuadrúpedos. Aunque generalmente vemos en el cine y la televisión a los dinosaurios moviéndose como con cierta agilidad, recordando a los movimientos de un elefante o una avestruz, hubo una época donde no era raro pensar que podían desplazarse reptando como los cocodrilos.
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En la imagen superior podéis ver dos Diplodocus. No hace falta fijarse mucho, pero ambos van arrastrando su cuerpo por el suelo y sus extremidades están dispuestas horizontalmente. Ahora nos puede chocar, pero si un cocodrilo, que es un reptil, al igual que los Diplodocus, se desplaza reptando, ¿por qué los dinosaurios no?
Gracias al estudio de los huesos y a las inserciones de los músculos, se ha llegado a comprender como se movían los dinosaurios. Para empezar, para adquirir esa posición el fémur debería rotar completamente. Igual que cuando de pequeño le dabas una vuelta completa a las piernas del Action man o de la Barbie, dejándolo en una posición totalmente cómoda y natural para el muñeco, que entonces podía tocarse la oreja con los talones. Por otra parte, la tibia debía articularse con el fémur en esa posición.

Si esa fuera la posición normal, la cabeza del fémur debería estar dispuesta de tal manera que el dinosaurio no se rompiera el hueso con cada paso. Otra opción es que la pelvis rotara junto con el fémur para articularse correctamente, pero seguiría el peso seguiría siendo un problema. Por otra parte, la articulación tibiofemoral vería reducida su superficie de apoyo, siendo, por tanto, mayor la presión ejercida en la zona.

En las extremidades delanteras, se ha comparado con animales que caminan con las extremidades en vertical (como perros, gatos, elefantes...) y otros que tienen las extremidades dispuestas en horizontal (como las salamandras, ranas cocodrilos...). En los primeros, el olécrano (Es la parte del hueso que te notas en el codo) es más grande, ya que se insertan más fibras del tríceps que ayuda a mantener extendida la articulación del codo. En los segundos, predominan los aductores, que son los que mantienen los miembros pegados al cuerpo. Dinosaurios, como el Triceratops, se corresponden con el primer grupo, desechando la teoría de que los dinosaurios se desplazaban reptando (al menos, hasta que se descubra alguno que lo haga).
Pero eso no es todo. Durante un tiempo se especuló que el Diplodocus podía poseer una trompa. Sin embargo, eso requeriría un nervio facial de gran tamaño, habiendo pruebas de que esto no era así. Otros dinosaurios también han sufrido rediseños. El más famoso quizás sea el Iguanodon, quien en las primeras representaciones aparecía como un lagarto rechoncho con un cuerno en el hocico.
Como muchos sabrán, el cuerno se trataba de un pulgar, aunque no se sabe con claridad si lo utilizaban para defenderse o para partir semillas y frutas. Además, podían alternar entre la bipedestación y la posición cuadrúpeda. Otro error común de la época es que se les representaba arrastrando la cola. La presencia de tendones osificados en los fósiles mostró que la cola no tocaba el suelo.

Si te dijese que durante un tiempo se pensó que había dinosaurios que vivían en los árboles, posiblemente, imaginándote un Triceratops saltando de rama en rama, me habrías tomado por loco. Pero durante casi un siglo se pensó que unos pequeños dinosaurios de 1,2 metros de altura llamados Hypsilophodon vivían en los árboles, tal y como lo hacían los canguros arborícolas. Visto así no parecía una idea tan descabellada, pero en 1974, un estudio de la estructura musculoesquelética demostró que esto era imposible, ya que ni la cintura escapular ni la cola tenían la movilidad necesaria para escalar.

Otro dinosaurio famoso, aunque menos que el tiranosaurio y el Triceratops, es el Stegosaurus. Aunque hay muchos dinosaurios de características similares, es fácilmente reconocible por sus placas de la espalda y las púas de su cola. Aunque su cambio con el paso del tiempo no fue tan radical como con el Iguanodon, su representación ha cambiado mucho desde que se descubrió. Primero se pensaba que las placas estaban pegadas a la piel, como si fueran tejas (Stegosaurus significa "reptil con tejado"). Estas siguieron dando problemas. Su número era diferente en cada representación, así como su disposición. En 1891, Marsh publicó una imagen en la que todas las placas seguían una misma línea. Después se dispusieron en dos filas, pero ningún ejemplar tenía dos placas iguales para que fueran en parejas, por lo que actualmente se representan como dos filas de placas alternadas.
El thagomizer, como se suele llamar a las 4 púas de la cola, también ha variado en número y disposición. Generalmente se le representa con 4, pero Marsh describió a S. armatus con 87, nada menos. Sin embargo, estudios recientes muestran que solo tenía dos pares que además se disponían en horizontal. Para variar, Marsh, también pensó que el Stegosaurus poseía un segundo cerebro en la cola. Se creía que con un cerebro del tamaño de una nuez era imposible mover a un animal de ese tamaño (Quizás por eso en "The Land Before Time", Spike/Púas era "especial" y ni siquiera hablaba). Actualmente se cree que el lugar donde se pensaba que se alojaba el segundo cerebro, servía de reserva de glucógeno.

Pero no podría terminar sin volver de nuevo con los saurópodos. Por una parte tenemos al Brachiosaurus,  un dinosaurio de 30 toneladas que tenía sus fosas nasales sobre el cráneo. Se pensaba que pasaba la mayor parte del tiempo sumergido en el agua, aprovechándose de la disposición de sus fosas nasales para usarlas como esnórquel. Sin embargo, la presión del agua lo habría matado.
Por otra parte tenemos al Barosaurus, a quien podríamos llamar "el rey de corazones". Y es que se pensaba que este saurópodo mantenía su cuello en vertical como las jirafas. Si hubiera sido así, habría necesitado 8 corazones para que la sangre no volviera su corazón antes de haber alcanzado su cabeza. No obstante, la solución a esto era más sencilla. Si el Barosaurus mantuviera el cuello en posición horizontal, le bastaba con un solo corazón.

Posiblemente, las imágenes de los dinosaurios sigan modificándose en el futuro, pero conforme se hacen nuevos descubrimientos, estamos un paso más cerca de conocer su aspecto real. Yo por mi parte, seguiré pensando que los dinosaurios eran así:

Fuente: Physorg, The Hairy Museum of Natural HistoryStrange science , Paleontologia Ernesto
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2 Comments
  • Fester
    Fester 12 de marzo de 2012, 3:35

    Algo que me sigue intrigando es la manera en que se reproducían.

  • TDI
    TDI 12 de marzo de 2012, 14:51

    Ese es un misterio incluso para los propios paleontólogos. Hay un documental que se llama "Sexo jurásico" de Discovery Channel que habla sobre ese tema. Está completo en español en Youtube.

    http://youtu.be/Gbj-EY6gOPs

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