¿Existía la esclavitud en el antiguo Egipto?
Los imperios han estado ligados a la esclavitud, pues ha sido la norma que extraigan los recursos humanos y materiales de los territorios conquistados. En el caso de Egipto, la Biblia grabó en el imaginario popular la imagen de los israelitas como esclavos (Éxodo 20:2) y el público los asoció con construcción de las pirámides, que nunca se mencionan. Por eso cabe preguntarse, ¿el antiguo Egipto tenía esclavos?
Tema poco estudiado
El estudio del antiguo Egipto siempre ha partido desde los hallazgos arqueológicos, poniendo un gran foco sobre su religión, los faraones y sus obras, dejando en segundo plano áreas como la agricultura, la astronomía y la medicina. Más allá de estas, la esclavitud no ha sido tan estudiada como en los reinos vecinos de oriente o en la propia Roma.
Su estudio se encuentra con varias dificultades. Como es habitual, aunque se tiene un registro histórico muy amplio, su abundancia no es uniforme. Cuanto más antiguos, más escasos son, pues hablamos de una conservación con varios milenios de diferencia respecto a los documentos más recientes. Además, ¿cómo se puede reconocer la esclavitud? Como en muchos empleos actuales, muchos podían trabajar con jornadas interminables, sin descansos, con mal sueldo y con un jefe negrero sin ser técnicamente esclavos. Había varios términos para denominar a los trabajadores forzados, pero estos no incluían únicamente a esclavos. Igualmente, el uso de estos términos podía cambiar durante la larga historia egipcia, así como la propia condición de estos trabajadores. A todo esto le sumamos que conocemos una imagen fragmentada, extendida disparmente en el tiempo, compuesta por muchos casos individuales y contada con frecuencia por terceros libres de esas cargas, a veces de forma literaria, con las limitaciones estilísticas que implica. A pesar de ello, se puede crear una imagen aproximada a partir de esto y asistidos por los datos más estudiados de pueblos cercanos.
Trabajo forzado
Desde el Imperio antiguo (2686-2181 a.C.) hubo una división de la población entre las élites (smrw) y los llamados dependientes (mrjt), es decir, entre los nobleza (pꜥt) y el pueblo (rḫyt). Las élites comprendían a las reinas, los descendientes del faraón y los nobles. A diferencia de los nobles, los dependientes eran llamados a la corvea real, trabajando obligada y temporalmente sin un pago, o como reclutas (ḥsbw) en expediciones para tomar a nubios o libios como prisioneros. Estos prisioneros eran llamados "atados de por vida" (sḳrw-ꜥnḫ), empleándose como unidades militares especializadas o como peones. A partir de la dinastía V, el desarrollo del culto solar de Heliópolis permitió incorporar al "sacerdocio solar" como tercer grupo social. Aquellos exentos de la corvea y el servicio militar, como los funcionarios y los sacerdotes, entre otros, trabajaban y obtenían sus beneficios económicos trabajando en complejos funerarios reales y fundaciones religiosas. Por esto, eran llamados "aquellos frente al lago" (ḫntj-š). Esta división en tres grupos permaneció hasta el siglo II a.C. como pê, lxê y hameu.
A finales del Imperio antiguo surgió el término peón (ḥm) o peones (ḥmw), que también suele traducirse como esclavo, y que los documentos administrativos diferenciaban según si era egipcio o extranjero. A diferencia de los sirvientes, los peones solían ser exclusivamente extranjeros. Este fue un término para los peones del rey (ḥm-nsw) y fue usado en contextos funerarios como siervo del dios (ḥm.nṯr) o sacerdote funerario (ḥm-kʒ). Era también un término similar al determinante usado con dependiente, sirviente (bʒk) y los etnónimos para asiático y nubio. Los peones reales podían trabajar en el campo, como criados o zapateros. Las mujeres podían ser peluqueras, jardineras o tejedoras.
Ascensor social
Fue un periodo donde aumentaría progresivamente el trabajo coactivo, que llegaría a su máximo en el Imperio medio (2050-1750 a.C.), tanto con trabajadores públicos como privados. No obstante, había movilidad social. Desde el Primer periodo intermedio (2181-2055 a.C.), los dependientes podían ascender dentro de su grupo mediante la corvea a plebeyos libres (nḏsw), que comenzaron a ser considerados hombres (rmṯ), poseyendo dignidad sin importar su servidumbre a otra persona. A pesar de ello, la élite encontraba sus valores en la fidelidad al faraón y el reconocimiento del éxito profesional y económico propio. Para ellos, depender incondicionalmente del propio trabajo era un rasgo de la servidumbre.
En el Imperio nuevo (1550-1070 a.C.), los llamados "ciudadanos libres (rmṯ nmḥj) de la tierra del faraón" se contrastarían con los sirvientes (bʒkw) y los peones. El término para ciudadano libre derivaba de huérfano o pobre (nmḥj), mientras la mujer libre era una "mujer pobre de la ciudad" (nmḥj nt nwt), equivalente de ciudadano (ꜥnḫ nj nwt). Gracias al servicio militar, estos ciudadanos libres podían recibir unas tierras que, en la práctica, eran suyas, aunque podían perderlas por los abusos de un funcionario. Por otra parte, podían ser premiados por su labor, purificándose sirviendo en el templo.
Desde el Primer periodo intermedio, se valoraba que en las casas se tratara bien a los trabajadores, alimentándolos y cuidándolos para que rindieran adecuadamente o fueran aceptados en caso de venderlos. En el Imperio medio, los empleados eran parte de la estructura familiar, siendo común que entre ellos hubiera familiares de sangre, y podían heredarse. Por una parte, esta posición, en principio, era hereditaria, pero su amo podía liberarlo o, en el Segundo periodo intermedio, obtener la ciudadanía mediante el matrimonio. Otra opción es ser adoptado, mejorando su posición y teniendo opciones de heredar. Esto también ocurría en Oriente Medio, como ejemplifica Génesis 30:1-13, donde Jacob concibe sus hijos con las criadas de Raquel y Lea, considerándolos propios.
Por otra parte, también podía degradarse la posición social. En épocas de hambruna, los pobres podían pedir grano a un funcionario pero, si llegado el momento, eran incapaces de pagarlo, podían ofrecer a un miembro de la familia, generalmente mujeres, como sirvientes. Si el funcionario había cobrado intereses abusivos, el condenado a servir a otro era él, como les ocurría a los convictos, que solían ser exiliados a las afueras de Egipto. Si se ausentaba en el trabajo o huía, los trabajadores forzados, incluyendo a los reclutas, eran considerados fugitivos (tšjw) y condenados a trabajar toda su vida, pudiendo afectar también a toda su familia o a sus amos. Estos se empleaban en la agricultura o en la construcción de edificios estatales. De igual modo, la falta de desempeño justificaba la expulsión de los sirvientes. Por último, la pobreza podía empujar a una persona a vender sus propiedades y a sí mismo como trabajador forzado.
Comercio
Los prisioneros de guerra, fueran guerreros o habitantes de las tierras conquistadas, eran marcados con el nombre del faraón y se comerciaba con ellos. La mayoría eran asiáticos, pues su población también era mayor que en Nubia y Libia. Hasta finales del Imperio nuevo, contaban con beduinos asiáticos que actuaban de intermediarios, como los comerciantes ismaelitas que vendieron a José a Potifar (Génesis 39:1-14). En este periodo, Egipto era el principal comprador de esclavos del Mediterráneo. Hasta la dinastía XVIII (1515-1295 a.C.), todos estos eran nominalmente propiedad del faraón, pero en la época ramésida (1295-1070 a.C.) se desarrolla la propiedad privada y los particulares podían comprar o vender esclavos. Estos tenían protección legal y podían poseer propiedades, incluyendo tierras. Fue una época donde el significado de sirviente y peón se solapaba
Existía la opción de alquilarlos temporalmente para servicios concretos, como tejer ropa. Las familias plebeyas recurrieron a ellos, aunque no eran asequibles. En cambio, en Deir el-Medina, junto a los Valles de las Reinas y los Reyes, la tumba real costeaba el pago de varios días de servicio de un peón como pago por los bienes o el servicio de los habitantes del pueblo. En la lista de salarios de los trabajadores pagados por la administración, aparecían en la parte más baja de la escala social. Por otra parte, los trabajadores de la necrópolis podían tener sus siervos propios o compartidos, aunque se desconoce cómo les pagaban.
Decadencia
El trabajo forzado, incluyendo los esclavos y/o prisioneros de guerra, coincidió con las épocas de esplendor del antiguo Egipto y sus conquistas. La decadencia desde el colapso de la Edad del Bronce diluyó las estructuras sociales. Ya no disfrutaba del capital para mantener su ejército de mercenarios, que crearon comunidades de carios, griegos y semíticos. Las menciones a la labor forzada disminuyen. La última mención en un texto administrativo del término peones ocurre tras la mención del potentado libio Sheshonq, futuro fundador de la dinastía XXII, que declaró establecer una fundación religiosa para mantener el culto funerario de su padre Nemlot.
Por eso, no es extraño que Herodoto tan solo nombre siete clases sociales: sacerdotes, guerreros, vaqueros, porqueros,
comerciantes, interpretes y marinos. En Timeo de Platón, se muestra una
situación similar. Diodoro Sículo divide, aparte del ejército, a
pastores, trabajadores del campo y artesanos. Realmente, no eran clases sociales como tal, sino que se produce una fuerte conexión entre el individuo y su gremio o entre la persona y su labor como sirviente, posición de la que podían liberarse por sí mismos. Muchas veces, podía estar motivada por una protección económica o por fines religiosos. En el periodo kushita (747-664 a.C.) y saíta (664-525 a.C.), se recurrían a los "hombres del norte" para cumplir estos trabajos. En el periodo saíta y persa (525-404 a.C.), ni siquiera se ofrece distinción entre población indígena o extranjera. La esclavitud aumenta con los griegos por sus prisioneros de guerras y esclavos comprados en Siria y Palestina, pero en el periodo Ptolemaico, o habitual es que este tipo de empleos sea al servicio del templo. De hecho, se contrastaba al nacido libre de aquel que lo hacía entre los muros del templo.
Los papiros
griegos indican un aumento de la esclavitud, capturas de guerra, compra
de esclavos en Siria y Palestina, la esclavitud de los deudores y la
herencia del rango de esclavo en la casa de sus amos. En el periodo
Ptolemaico, l aforma más común de servidumbre es en el servicio del
templo. El "nacido libre" se contrastaba con el nacido entre los muros
del templo.
Fuentes
- Loprieno, A. (2012). Slavery and servitude. UCLA Encyclopedia of Egyptology, 1(1).
- Langer, C. (2020). Forced labour and deportations in ancient Egypt: recent trends and future possibilities.
- Castillos, J. J. (2021). How far back in time slavery went in Ancient Egypt?. Göttinger Miszellen: Beiträge zur ägyptologischen Diskussion, (263), 43-52.
- Loprieno, A. (2022). Slavery in Pharaonic and Hellenistic Egypt. In Oxford Research Encyclopedia of African History.
Excelente artículo.
Supongo que la exclavitud existió desde tiempos remotos. Buen post. Saludos
Siempre que el fuerte se pueda aprovechar del débil.