Vivir en una isla te cambia por completo
Este artículo no va a tratar de Robinson Crusoe ni de Perdidos, sino de como aquellas especies que se mantienen aisladas pueden cambiar con el paso de miles de años su apariencia hasta dar lugar a la reducción de su tamaño.
En bastantes ocasiones, la evolución reporta unas mejoras que permiten sobrevivir, competir con los demás por la supervivencia. Pero cuando no hay necesidad, cuando los depredadores escasean o cuando el alimento no es tan abundante, la vida para un animal pequeño da más beneficios que para uno colosal.
Como ya he dicho, los animales insulares evolucionan de manera distinta. Por ejemplo, el dodo era una especie de paloma que migraba entre África y el sudeste asiático, pero debido a la ausencia de depredadores, las alas se le atrofiaron adquiriendo la imagen de ave no voladora por la que es famoso.
Sin embargo, hay una característica que han compartido todos los animales insulares: la reducción de su tamaño. No hay que ser un genio para saber que los animales grandes comen más que los pequeños, así que si en un isla la comida es un bien escaso, la mejor opción evolutiva es obvia.
Entre los animales diminutos, se encuentra el zorro isleño, que por su tamaño parece inofensivo ya que rivaliza con el de un gato, compitiendo con el fenec o zorro del desierto por el puesto de zorro más pequeño del mundo. Otro aún más pequeño es el camaleón de Madagascar de la primera foto que mide poco más de un centímetro.
Si durante el artículo, hemos pensado en las islas seguro que nos ha venido a la mente un paraíso tropical de aguas cristalinas. Al parecer, estos animales tienen un paraíso particular, la Isla de las Flores que alberga restos de elefantes enanos del género Stegodon, que servían de alimento al dragón de Komodo, y una especie, el Homo Floreciencis, hombre de las flores o el Hobbit, como es apodado en honor a la raza de la obra de Tolkien.
El homo floreciencis era una especie contemporánea al Homo sapiens, que vivía aislado en la Isla de las Flores y que era mucho más pequeño que las poblaciones actuales de menor estatura, además de pesar unos 25 kilogramos. Sobre este espécimen hay mucha polémica, ya que sus detractores dicen que se trata de hombres con microcefalia.
Si seguimos adentrándonos en la prehistoria, nos encontramos con que los dinosaurios, conocidos por su gran tamaño, no fueron una excepción para el enanismo isleño. Se trata sobretodo de dinosaurios de la última etapa del mesozoico, el cretácico (que finalizó hace unos 65 millones de años).
El brontosaurus (nombre popular del Apatosaurus) tenía un primo transilvano, y en aquel entonces isleño, más pequeño que él, el Magyarosaurus. Mientras uno tenía unos 25 metros de nada, el otro alcanzaba a duras penas los 6. Vecino de este último era el Temaltosaurus, un hadrosaurio o dinosaurio con pico de pato de 5 metros de largo. Como antes, se queda corto comparado con su pariente más cercano el Anatotitan de 12 metros de lóngitud.
Los carnívoros tampoco se salvan. Además, estos son de la misma especie, el temible Allosaurus norteamericano medía 12 metros, mientras que al australiano le bastaban 3 ó 4 para causar el terror. Otro de los presentes apareció en Parque Jurásico, el pacífico Stegosaurio de 7,3 metros, 4 más que el Dravidosaurus, de origen hindú y que además sobrevivió a la extinción de sus parientes. Por último nombrar al Pachycephalosaurus, dinosaurio bípedo que poseía un ancho cráneo y que medía 8 metros de longitud. Su "versión en miniatura" es el Majungothalus de 1,4 de largo.
El enanismo isleño también tiene su opuesto. Curiosamente, los animales que son pequeños en el continente son gigantescos en las islas, como por ejemplo las ratas.
Estos son solo algunos ejemplos de animales que habitan o habitaron en islas y que evolucionaron menguando su tamaño. En el continente también hay casos de animales minúsculos como el titi enano de 85 gramos o el fenec nombrado al principio del post.
Quizás la evolución nos depare un destino similar debido a que no tenemos depredadores (Excepto nosotros mismos) ni la necesidad de mejorar nuestras habilidades para competir por la supervivencia.
Pues como que cada vez sale gente más alta, hace 500 años eramos 20 cm más bajos como poco.
Y lo de que todo lo pequeño es isleño...piensa en las miniaturas chinas. ¡No discrimines a las miniaturas chinas!