Maurice Vidal Portman, las islas Andamán y Sentinel del Norte
Portman, mostrándose en un trono y rodeado de jefes tribales |
Por si no os habéis enterado o leéis esto cuando todos lo han olvidado, la situación es la siguiente. John Allan Chau, un joven estadounidense de 27 años, tuvo la brillante idea de predicar el cristianismo en unas islas donde no solo es ilegal entrar sino, además, peligroso. Puede que lo siguiente que diga sea subjetivo e inadecuado, pero Chau, egoístamente, sobornó a pescadores para que le llevaran a la isla en tres ocasiones, como digo, para convertirlos a su religión. No sé si tenía ansia de protagonismo, ideaciones suicidas o, lo mejor de ambos, quería ser un mártir. No solo emprendió una misión que solo él consideraba necesaria y que nadie le había pedido, sino que los ponía en riesgo de morir por los patógenos a los que normalmente no están expuestos. En el primer viaje, tuvo que huir en canoa; en el segundo, se la rompieron y tuvo que huir a nado con una flecha en la espalda; en el tercero, consiguió el preciado premio Darwin, es decir, murió tontamente. Según su diario, no todos fueron agresivos con él, pero básicamente tuvo los suficientes avisos en el idioma universal de las flechas.
La razón de esta entrada es que se repite que los sentineleses del norte no han tenido contacto con nadie, al menos, con alguien que saliera vivo de allí. Pero, en la dinámica de todas las entradas de este blog, no es exactamente así.
Islas Andamán. Sentinel del norte es la pequeña isla al oeste. |
En 1880 conocieron al comandante Maurice Vidal Portman, asignado por la Marina Real Británica para administrar y pacificar las islas Andamán entre julio de 1879 y 1900. Portman estaba obsesionado eróticamente con los andamaneses, como se desprende por su pasión por las composiciones fotográficas con miembros secuestrados de las tribus que administraba, mostrándolos en posiciones homoeróticas.
Antropólogos autodidactas
No fue el primero en retratar a estas poblaciones. El topógrafo R. H. Colebrooke produjo "precisas" acuarelas de los isleños en 1790. En 1857-58, el doctor y penalista F. J. Mouat secuestró, fotografió y "estudió" "por el interés de la humanidad" a un aborigen andamanés rebautizado como Jack. El fotógrafo francés Oscar Malitte capturó las imágenes, la mayoría en Calcuta. En la siguiente década, los administradores británicos fotografiaban a los aborígenes que "visitaban" Port Blair y cautivos llevados a Birmania. El 4 de mayo de 1872, G. Dobson fotografió a Maia Biala, un "jefe" que se alineó con los esfuerzos del régimen de Port Blair para cazar a convictos y aborígenes enfermos, y a la esposa de este, que posaron desnudos fumando las pipas que les habían regalado. Biala moriría de sarampión en 1877. El voyeurismo de sus fotos provocó la decisión del Journal of the Anthropological Institute de añadir un penacho de hierba en las fotografías impresas de Biala. E. S.
Brander, segundo oficial médico en Port Blair, y F. Day, doctor que visitó las islas en 1870, supusieron que Biala era un "nativo de la India".
El predecesor de Portman, E. H. Man, también fotografió a los andameses, dirigiéndose a la Sociedad Antropológica de Gran Bretaña e Irlanda. Según el criterio de Portman, el proyecto de Man en 1883 era muy rudimentario, ya que implicaba a poca gente y generando menos conocimiento moral y político.
"Tres atletas" |
Las imágenes de Portman muestran predominantemente a hombres. Especialmente cuando se tratan de fotografías a cuerpo completo, donde suelen ser hombres entre 14 a 40 años, sin signos de edad o enfermedad y con una musculatura perceptible. Los genitales y los glúteos suelen destacar en el centro de la imagen.
En 1984, Portman comienza las mediciones de los andamanéses. Estas mediciones tenían en cuenta varias decenas de parámetros. La mayoría de aquellos revisados se clasificaban como Eremtaga o Ariauto, es decir, viviendo en el interior o en la costa. Por estas mediciones se sabe que analizó a ancianos, que rara vez muestra en las fotografías. Además, a diferencia de su predecesor, que encontraba a las jóvenes "juveniles y gráciles", Portman tendía a describir negativamente a las mujeres como "masculinas", con "mal aliento" o "mal olor".
En los hombres asociaba la insubordinación con la lujuria. En cambio, en su deseo de domar el salvajismo, veía con buenos ojos la subordinación. Contrastando con las observaciones de Man, que reflejaban la "falta de castidad" de los jóvenes andamaneses, señalando que "la naturaleza humana es la misma en todo el mundo, y los chicos serán chicos incluso en las selvas andamanesas", Portman destaca la falta de lujuria de los andamaneses, es decir, la docilidad del salvaje domado. Considera conflictivos que los intereses lujuriosos de estos con respecto a los convictos u otros andamenes es disruptivo contra su autoridad.
Contactos con Sentinel del Norte
En la página 726 del segundo volumen del libro A History Of Our Relations With The Andamanese , Portman cuenta que desembarcó en Sentinel del Norte en 1880, aunque los nativos solían huir. Capturaron a una mujer y cuatro niños, que mantuvieron varios días en la goleta de vela Constance. A la mujer y a un niño los devolvieron con regalos. Unos días después se encontraron a una pareja anciana y un niño. El anciano estaba a punto de disparar su arco al teniente Hooper que lo acompañaba, pero uno de los convictos a sus órdenes saltó detrás suya y le impidió apuntar. Esta pareja y los cuatro niños se mantendrían en su casa de Port Blair durante varios días. La pareja anciana enfermó y murió rápidamente, y los niños fueron devueltos con regalos. En sus viajes a la isla, también tomó con sus hombres montones de cráneos de cerdo del asentamiento de la isla.
En la década de los 60 y 70 del siglo siguiente, el gobierno intentó contactar con antropólogos, pero los sentineleses se mostraron hostiles. El gobierno indio no volvió a intentarlo. En 1981, un carguero llamado Primrose, lleno de alimento para pollos, encalló en el arrecife de coral en torno a la isla. Pidieron ayuda por radio y esperaron la ayuda. Por la mañana vieron 50 hombres con arcos haciendo barcos improvisados en la playa. La tripulación pidió un puente aéreo de urgencia y fue evacuada. Las fuertes olas evitaron el abordaje, pero el tiempo estaba mejorando. El barco y su cargamento se quedó en la isla. Durante dos meses, los trabajadores actuaron clandestinamente en los restos del barco, recuperando cargamento y chatarra.
En la década de los 90, unos antropólogos intentaron de nuevo contactar con ellos. Aunque su actitud no era amistosa, aceptaban regalos. Algunos vadeaban el agua para aceptar cocos. En el vídeo superior, a partir del minuto 3:40 se puede ver que uno de ellos lleva un cuchillo de metal.
En el 2006, dos pescadores furtivos fueron asesinados mientras pernoctaban en la isla. Finalmente, está la muerte del misionero cristiano con el que comenzaba la entrada.
Esto demuestra dos cosas: ha habido contactos y no todos han sido agresivos. Lo evidente es que el aislamiento les permite las supervivencia, a diferencia de los Jarawas del resto del archipiélago, que alcanzaban los 9000 miembros y ahora apenas quedan 380, con tribus totalmente extintas.
Fuentes: threadreaderapp
Esto demuestra dos cosas: ha habido contactos y no todos han sido agresivos. Lo evidente es que el aislamiento les permite las supervivencia, a diferencia de los Jarawas del resto del archipiélago, que alcanzaban los 9000 miembros y ahora apenas quedan 380, con tribus totalmente extintas.
Fuentes: threadreaderapp
- Sen, S. (2009). Savage bodies, civilized pleasures: MV Portman and the Andamanese. American Ethnologist, 36(2), 364-379.
Nahh.. Te falta ser más objetivo.
Si es sobre el misionero, la verdad es que su estupidez es de proporciones bíblicas. No podía soportar que los medios pretendan dar pena cuando sabía perfectamente lo que podría pasar. En su situación, navegar a una isla de acceso ilegal no se hace sin querer.