Los dodecaedros romanos: un enigma arqueológico que sigue sin resolverse
Estos son dodecaedros regulares galorromanos de los siglos II-IV d.C. de tamaños y detalles diversos. La mayoría se sitúa entre los 4 y 10 centímetros de diámetro entre las caras paralelas y entre 35 y 580 gramos, con una excepción superando 1 kg. Unos tienen círculos en torno a los agujeros, puntos o líneas en el interior de los bordes de las caras, pero ninguno tiene ningún símbolo reconocible.
Importancia filosófica del dodecaedro
Aunque estas figuras se han encontrado predominantemente en zonas galorromanas, se trata de una forma que solo tiene importancia para los griegos y los romanos, no para los galos. En Timeo, Platón decía que cada uno de los sólidos perfectos se asociaba con un elemento, mientras que el dodecaedro regular representaba el éter. De esta manera, todo estaba asociado a poliedros que, según Sócrates en Filebo, eran absolutamente bellos. En De Defectu Oraculorum, Plutarco añadía que el dodecaedro era lo suficientemente completo para incluir al resto de figuras, algo que extendió Estobeo al deducir que soportaba la estructura del universo, al ser el recipiente de una esfera. Alcino argumentaba que Dios usó el dodecaedro para el universo porque, al mirar al cielo, uno ve doce signos zodiacales, divididos en 30 grados cada uno. De igual manera, el dodecaedro tiene 12 pentágonos divididos en 5 triángulos que, a su vez, están compuestos por 6 triángulos hasta sumar 360 en total, como los grados del zodiaco.
¿Para qué servían?
No se tiene ni la más mínima idea. Eso no ha impedido que, tanto en el entorno académico como fuera de él, se hayan postulado hipótesis de todo tipo. Un arma, un instrumento de medición, un juguete, una obra para demostrar la maestría de un artesano, alguna especie de recipiente extravagante, un objeto decorativo, una insignia, una herramienta de poder cósmico, etc. Hacer guantes de punto con ellos se convirtió en una explicación popular, pero habría precedido en casi un milenio a los primeros objetos conservados realizados con esta técnica. Aunque es posible que el punto sea más antiguo, habiendo objetos anteriores realizados con técnicas similares, el uso de objetos especializados excesivamente complejos para esta tarea se antoja improbable. Es decir, suponiendo que los romanos hicieran punto, ¿no es más probable encontrar agujas o, si necesitaban objetos especializados, que no tuvieran que ser tan complejos? Aunque la elaboración de los dodecaedros no es tan complicada como para limitarlo a unas pocas personas, requería un trabajo que impedía que se convirtiese en un objeto cotidiano. Los hallazgos en excavaciones pobremente documentadas y la ausencia de menciones en textos o imágenes no han ayudado a identificar su función. En una tumba de una mujer adinerada del siglo IV en Krefeld-Gellep, Alemania, el dibujo de los arqueólogos con la posición de los objetos muestra al dodecaedro conectado a lo que parece un mango o bastón. Puede ser un indicio, pero por sí solo no permite llegar a ninguna conclusión.
Fuente
- Guggenberger, M. (2013). The Gallo-Roman Dodecahedron. The Mathematical Intelligencer, 35(4), 56-60.
Soporte de estandartes/ banderas.
Si el agujero es igual en el lado contrario, (esto lo leí hace tiempo en un comentario de un usuario que no recuerdo) es para clavar el mástil de la bandera, y si eso lo entierras, con la ayuda de sus protuberancias, tienes bastante sujeción y fuera de la tierra le da más estabilidad.
No tengo pruebas pero tampoco dudas, el que pueda tener en sus manos uno, que compruebe si los agujeros contrarios son del mismo tamaño, el resto de agujeros es para diferentes tamaños de mástil.