El espectáculo de una muerte abrasadora

En los circos romanos, en los tiempos de Nerón, se popularizó una técnica de tortura que recordaba a la muerte de Hércules. Se trataba de la túnica molesta, en la que la víctima vestía un trapo de lino impregnado en nafta mezclado con cera. Esta permitía añadir más combustible y aumentar la duración del fuego.

Para quienes lo desconozcan, la relación entre esta ejecución y Hércules, se debe a la muerte, o visto de otra manera, obtención de la divinidad del héroe. Todo comienza con su tercera esposa, Deyanira. Para obtenerla, tuvo que luchar con el dios fluvial Aqueloo, al que derrotó y le arrancó un cuerno que entregó a las ninfas, que lo convertirían en la Cornucopia.

Tiempo después de casarse con Deyanira, tuvieron que cruzar un río, pero eran incapaces de hacerlo. El centauro Neso accedió a cruzarlos uno a uno, empezando con Deyanira. Cuando llegó a la otra orilla, aprovechó para violarla, pero Hércules le disparó sus flechas envenenadas con la sangre de la hidra de Lerna para matarlo. Sabiendo que le llegaba la hora por el veneno presente en su sangre, tramó su venganza a través de Deyanira. Le dijo que recogiera su semen y sangre y, que si alguna vez su esposo le era infiel, los usara contra él.

Cuando Deyanira sospechaba de la relación de Heracles con Íole, le empapó su túnica en la sangre y semen envenenados. Cuando su criado Licas le entregó la túnica, le quemó la piel, arrancándose la carne cuando intentaba quitársela. Tal era su dolor que pidió la construcción de una pira para que el fuego acabara con su sufrimiento. Al morir, o al deshacerse de su parte mortal, alcanzó la divinidad y vivió en el Olimpo con su padre, donde se casó con su última y cuarta esposa, Hebe.

Documental: Tecnología de tortura en la antigüedad