13 científicos que fueron sus propios conejillos de indias

¿Te inyectarías 50 gusanos bajo tu piel como parte de tu trabajo? ¿o permanecer unas cuantas horas un baño lleno de vómito? Afortunadamente los no científicos no tendremos que responder nunca a esas preguntas. Pero para estos 13 valientes, experimentar en sí mismos era el pan de cada día.

Benjamin Franklin

Posiblemente, si conocemos alguna historia de Benjamin Franklin sea esta. Para probar que los rayos son electricidad estática a gran escala, Franklin voló una cometa con esqueleto metálico con una llave metálica atada en el extremo opuesto en medio de una tormenta eléctrica. Entonces la cometa fue golpeada por un rayo, notando posteriormente que la llave estaba cargada de electricidad. Gracias a esto, pudo inventar el pararrayos.

Pierre Curie

En junio de 1903, el físico Pierre Curie se arremangó y mostró una quemadura en el brazo al público de la Royal Institution de reino Unido. La herida había sido causada por una muestra de sales de radio, que él mismo había dejado pegadas a su brazo más de 10 horas, 50 días antes. Después dejó unas muestras de radio en un escritorio, que 50 años después aún mostraba los efectos de la contaminación.

Curie y su esposa esperaban que la quemadura provocada por el radio sirviera para tratar el cáncer. Pero como todos sabemos, el efecto más bien es el opuesto.

Jonas Salk

Durante su investigación en la Escuela Médica de la Universidad de Pittsburg, el Dr. Jonas Salk descubrió una vacuna potencial para la polio. Como necesitaba humanos sanos para las pruebas, se ofreció voluntario, así como toda su familia, diciendo "no se debería querer para los demás lo que no se quiere para uno mismo". Rechazó patentar la vacuna y nunca recibió ninguna compensación por su vacuna.

Cuando Edward R. Murrow preguntó a Salk quien tenía la patente de la vacuna, Salk respondió con una de sus citas más famosas: "Bien, la gente diría. No hay patente. ¿Podrías patentar el Sol?"

Antes que Salk, en 1936, Maurice Brodie y sus asistentes hicieron lo mismo, aunque ninguno desarrolló inmunidad.

David Pritchard


En el 2004, después de años de investigación en Papúa Nueva Guinea, el inmunólogo y biólogo David Pritchard quería evaluar sus descubrimientos, específicamente ciertos parásitos que pueden mejorar la defensa del sistema inmune contra alergias y posiblemente contra enfermedades autoinmunes más serias. Saltándose años de trámites, Pritchard se usó como primer sujeto de pruebas, inyectándose 50 Ancylostoma duodenale bajo su piel. Fue capaz de deducir que en los siguientes sujetos de pruebas bastaría con solo 10

Barry Marshall

El médico Barry Marshall estaba seguro de que la comunidad médica estaba equivocada sobre la causa de las úlceras de estómago. Se creía que era por el estilo de vida, pero Marshall y el patólogo Robin Warren estaban seguro que que la culpa era del Helicobacter pylori.

Para probar su hipótesis, necesitaban examinar como afectaba la bacteria a un voluntario humano sano, pero como él mismo dijo en una entrevista, "Yo era la única persona lo suficientemente informada para dar mi consentimiento"

Marshall no le dijo nada al comité ético del hospital por miedo a que lo rechazaran, o incluso a su propia esposa, hasta después de haber ingerido la bacteria.

Estuvo bien durante tres días, pero después empezó a vomitar; su esposa se quejó de su "aliento pútrido". Una biopsia tomada 10 días después confirmó que la bacteria había infectado el estómago y que tenía gastritis, que puede llevar a una úlcera.

La teoría de Marshall y Warren tardó 8 años en ser ampliamente aceptada, pero su trabajo les llevó a ganar el premio Nobel de Medicina del 2005.

John Paul Stapp


El oficial de la fuerza aérea y cirujano John Paul Stapp hizo qu se ganara el nombre del "hombre más rápido del mundo". Para ello, se ató a un trineo con cohetes llamado "Gee Whiz", propulsándose a velocidades cercanas a la del sonido. Entonces frenaría bruscamente para determinar la capacidad del cuerpo humano para soportar esa desaceleración. Después de muchos huesos rotos y el desprendimiento de la retina, Stapp determinó que el cuerpo humano puede soportar 45G en un movimiento horizontal y hacia delante, siempre y cuando lleve un arnés adecuado.

August Bier

August Bier descubrió la anestesia espinal. Su método consistía en inyectar cocaína en el líquido cefalorraquídeo. Llegados a este punto, no creo que haga falta decir con quién probó su eficacia. El problema es que una confusión dejó a Bier con un agujero por donde le salía líquido cefalorraquídeo. Su ayudante intervino.

Cuando su ayudante estaba adormecido, Bier pateó sus espinillas, lo golpeó y lo quemó, le arrancó vello púbico y estrujó sus genitales. No notó nada. Un éxito que celebraron por la noche con una borrachera.

Werner Forssmann


En 1929, en el sótano del hospital Eberswaled en Alemania, un residente de cirugía,Werner Forssmann insertó un catéter uretral en su codo, llegando a través de una vena hasta su corazón. Para ayudarse, usó un espejo. Después fue al departamento de radiología y mediante una radiografía de tórax determinó que el catéter había llegado a la aurícula derecha. Aunque fue despedido por esto, ganó el premio Premio Nobel de Medicina en 1956.

Nathaniel Kleitman

En 1938, el investigador del sueño Nathaniel Kleitman y su ayudante fueron a la Cueva del Mamut en Kentucky. Intentaron modificar los ciclos del sueño para adaptarse a un día de 28 horas. Con una temperatura diaria y sin luz natural, las condiciones parecían perfectas. Tras 32 días, el ayudante de Kleitman se había adaptado con éxito, pero Kleitman no. Sin embargo, los resultados sirvieron para ayudar en el avance del estudio de los ritmos circadianos.

Sir Humphry Davy

Mientras estaba en el Instituto médico neumático de Bristol, Humphry Davy estudiaba los gases. A través de una serie de auto-experimentos con óxidos de nitrógeno, Davy creó lo que se conoce como gas de la risa. Iniciallmente quería reproducir los efectos placenteros del opio y el alcohol, pero Davy lo recomendaría definitivamente como anestésico.

Su petición no fue escuchada hasta mucho tiempo después, pero el gas fue un éxito en las fiestas.

Kevin Warwick


Durante finales de los 90, Kevin Warwick tenía un chip de silicio en su antebrazo para el experimento conocido como Proyecto Cyborg. A través de este implante, el sistema nervioso de Warwick era monitorizado por un sistema informático. De acuerdo a su web, la interfaz neuronal le permitía controlar puertas, luces, calentadores y otros ordenadores sin mover un dedo.

Albert Hoffman


El químico suizo Albert hoffman estaba investigando el hongo del cornezuelo para una compañía farmacéutica cuando descubrió el ácido lisérgico. Sus primeras pruebas no eran concluyentes, pero Hoffman intentó probar con una versión sintetizada del ácido. En abril de 1943, ingirió 25 mg de una sustancia que llamó LSD-25. Cuenta la leyenda, qu de camino a casa, sus ojos s abrieron a un feliz nuevo mundo alucinógeno.

A día de hoy, los entusiastas del LSD ven el 19 de abril como el "día de la bicicleta". Hoffman continuaría con sus experimentos con el LCD hasta su muerte con 102 años

Stubbins Ffirth

Después de presenciar una devastadora epidemia de fiebre amarilla, Ffirth pensó que la enfermedad hemorrágica podía no ser contagiosa. Para probar su teoría, degustó su característico vómito negro en una copa. Como esto le sabía a poco, impregnó sus heridas y sus ojos,  se metió hasta la cintura en un baño de vómito, lo calentó y aspiró su humo. Más tarde, se frotaría sangre, saliva y orina en su cuerpo, para así evitar la infección. En su libro de 1804, "Un tratamiento para la fiebre maligna declaró que la fiebre amarilla no era contagiosa. Actualmente se sabe que sí lo es, pero solo a través de la picadura de mosquito.

Fuente: MentalflossNewscientist
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