La montaña rusa diseñada para matar a sus pasajeros
Las montañas rusas son a los parques de atracciones lo que los rascacielos a las grandes ciudades. Todos quieren que la suya sea más grande que la del vecino. Así se construyen montañas rusas que superan los límites de lo que se creía posible. Cada una destaca en una categoría: la más larga, la más alta, la de mayor caída, mayor velocidad, número de inversiones, etc. A pesar de todo, el concepto básico sigue siendo el mismo.
Jolijonas Urbonas incorporó a su diseño de montaña rusa algo que los parques de atracciones, cegados por la inmoral rentabilidad, no quisieron añadir: una máquina de eutanasia. Urbonas, doctorando del Royal College of Art de Londres quien había trabajado en un parque de atracciones, diseñó el Euthanasia Coaster. Se trata de una montaña rusa que usa la fuerza G producida a causa de la aceleración del vagón para acabar con las vidas de sus pasajeros "con elegancia y euforia".
En primer lugar, sin tener este detalle en cuenta, batiría varios récords: altura, caída, longitud y velocidad. Llevaría a 24 pasajeros a 510 metros de altura. Cuando llegasen a la cima, caerían a 360 km/h, situándose en apenas 5 segundos a 10 metros del suelo. Inmediatamente, durante un minuto, entrarían en las siete inversiones, cada una más pequeña que la anterior para mantener una fuerza de 10 G sobre los pasajeros mientras el vagón pierde velocidad. Acto seguido, giraría bruscamente a la derecha para volver al comienzo, donde sustituirían a los cadáveres con los futuros fiambres.
10 G no es la mayor fuerza que ha soportado un ser humano, aunque sigue doblando la fuerza ejercida por las montañas rusas existentes. El problema reside en su aplicación constante durante todo un minuto, que provoca que la sangre no llegue al cerebro y todos mueran por hipoxia cerebral, es decir, falta de oxígeno en el cerebro. Antes de morir, los pasajeros percibirían como dejarían de ver el color a experimentar una visión de túnel para terminar con la visión negra. Finalmente, perderían la conciencia y morirían. Las siete inversiones son un seguro contra los participantes más resistentes.
Como dice su autor, además de la euforia, serviría como medio para actuar contra la superpoblación. Sería la primera montaña rusa que serviría a la humanidad reduciendo la población para evitar el aumento de mortalidad debido al exceso de esta.