El T.Rex olía a su presa mientras cazaba
Los científicos de la Universidad de Calgary y del Museo Real Tyrrell han aportando nuevos datos sobre el sentido del olfato en los dinosaurios carnívoros y las aves primitivas en un artículo en la revista británica Proceedings of the Royal Society B.
El estudio, realizado por la paleontóloga Darla Zelenitsky de la Universidad de Calgary y por el conservador y paleontólogo François Therrien del Museo Real Tyrrell, es el primero que evalúa el sentido del olfato de los dinosaurios carnívoros prehistóricos. Según el estudio, el Tyrannosaurus Rex tiene la mejor nariz de todos los carnívoros, y los resultados lo rebajan a la categoría de carroñero.
Los investigadores estudiaron la importancia del sentido del olfato en los distintos carnívoros, llamados terópodos, basándose en el tamaño de los bulbos olfativos, es decir, la parte del cerebro relacionada con el olfato. Sin embargo los cerebros no se conservan, pero si las marcas que dejaron en los huesos del cráneo o el espacio que ocupaban en él. Zelenitsky y Therrien escanearon y midieron los cráneos de una amplia variedad de dinosaurios terópodos, incluyendo aves rapaces y dinosaurios con semejanzas al avestruz, así como el ave primitiva Archaeopteryx.
"Al T.Rex se le ha acusado de carroñero por el gran capacidad de rastreo, aunque su nariz puede indicar estilos de vidas alternativos a los basados en los animales actuales" dice Zelenitsky, la principal investigadora del estudio. "Los grandes bulbos olfativos se encuentran en aves y mamíferos que dependen en gran medida de la capacidad de seguir el rastro del olor de la carne, como los animales nocturnos y los que patrullan grandes áreas. Aunque el rey de los dinosaurios puede que no dejara de lado a la carroña, puede que utilizara su olfato para detectar a su presa en las oscuridad de la noche o para rastrear grandes áreas para encontrar a su próxima víctima".
Además de proporcionar pistas sobre la biología y el comportamiento de los antiguos predadores, el estudio también revela algunos datos sorprendentes sobre el sentido del olfato en los antepasados de las aves modernas.
Therrien y Zelenitsky determinaron que el ave extinta Archaeopteryx, de la cual se conoce que evolucionó a partir de pequeños carnívoros, tenía un bulbo olfativo comparable al de la mayoría de los terópodos. A pesar de que la mayoría de las aves de la actualidad poseen un gran sentido de la vista, su olfato es bastante pobre, un patrón que parece que no comparte con sus ancestros.
"Los resultados nos indican que el sentido del olfato en las aves primitivas no era inferior a la de los dinosaurios carnívoros", dice Therrien. "No obstante, se ha sugerido con anterioridad que el olfato se ha convertido en algo menos útil que la vista en los ancestros de las aves, hemos demostrado que no es así. El ave primitiva Archaeopteryx poseía un gran sentido del olfato comparable al de los dinosaurios carnívoros, mientras que a su vez tenía una gran visión. Durante la evolución posterior al Archaeopteryx, tuvo que haber un punto en el que el sentido del olfato fuera cada vez menos importante".
Fuente:Physorg