La planta más solitaria del mundo


Un día de 1895, mientras caminaba por el bosque de Ngoya en Zululandia, Sudáfrica, un botánico con el oportuno nombre de John Medley Wood vio un árbol. Se sentó en una pronunciada pendiente del bosque y se fijó en que parecía distinto a los demás, con su ancho tronco y con unas hojas que recuerdan a la de las palmeras. Desde lejos parecía una, y el Dr. Wood - quien se ganaba la vida recogiendo plantas raras (dirigió un jardín botánico en Durban)- tomó varios tallos y mandó uno a Londres.

Esos pequeños tallos fueron puestos en una caja y se fue a la La Casa de la Palmera en el Real Jardín Botánico de Kew. Allí se quedó, sola, durante los siguientes 98 años.



Llamado Encephalartos woodii, en honor al Dr. Wood, es una cícada. Las cícadas son un orden muy antiguo de las plantas y esto convierte a esta, aún en Londres, en uno de los últimos árboles de su tipo del planeta, y la última en crecer en estado salvaje.

Hace doscientos millones de años, las cícadas estaban en todas partes. Los bosques de cícadas iban desde Groenlandia hasta la Antártida (teniendo en cuenta que los continentes no estaban en la misma posición que ahora). Los pterodáctilos volaban por encima. Los grandes dinosaurios se alimentaban con ellas. Durante el periodo jurásico, pequeñas y rechonchos árboles con apariencia de palmera - las que se ven en el dibujo de John Sibbick - eran parte del 20% de las plantas mundiales.

De alguna manera E. woodii sobrevivió a la catástrofe que terminó con los dinosaurios, vivió 5 eras de hielo diferentes y aprendió a vivir con nuevos árboles más grandes, coníferas, árboles con hojas y después con frutos y flores, reduciendo su número progresivamente hasta quedar solo uno.

El problema es que estos árboles no se pueden fertilizar a sí mismos. Algunas plantas contienen partes masculinas y femeninas en el mismo espécimen. No es el caso del E. woodi. Es, como dicen los botánicos, dioica. Necesita una pareja.

Cuando una cícada está lista para reproducirse, le crece un largo y colorido cono con polen o semillas. La forma de señalar que está preparada es emitiendo calor u olores atrayentes a los polinizadores. Una vez fecundado, el cono es devorado por animales (de dinosaurios y pterosaurios a murciélagos, pájaros...)

¿Pero qué pasa si no encuentra una hembra? El árbol de Londres (y sus clones que crecen actualmente en todos los jardines botánicos del mundo) es un macho. Puede crear polen, pero no puede hacer las semillas. Para ello necesita a una hembra.

Los investigadores han explorado el bosque de Ngoya y otros bosques africanos, buscando un E. woodii que pudiera aparearse con el de Londres. No han encontrado ni un solo espécimen. A menos que exista en algún sitio una hembra, E. wodii nunca se apareará con una de su especie. Puede ser clonado. Puede tener una aventura ocasional con una especie cercana. El árbol que se encuentra en Londres no puede producir una descendencia real. Se encuentra allí, sentado en una larga lista de espera para un compañera que podría haber dejado de existir.

"Seguramente este es el organismo más solitario del mundo," escribe el biólogo Richard Fortey, "envejeciendo, solo, y condenado a no tener descendencia. Nadie sabe cuanto tiempo vivirá."

J. R. R. Tolkein, en la saga El Señor de los Anillos, imaginó la situación de una manera diferente. Escribió sobre una raza de "espíritus de los árboles", que podían moverse (lentamente), hablar (aún más lento, ya que su vida era tan larga que no tenían necesidad de darse prisa). Él los llamó "ents" y también perdieron a sus hembras, sus "ents mujeres" se habían alejado a un lugar lejano, devastado e inalcanzable, y ahora los ents machos eran incapaz de aparearse, y como la última cícada, estaban condenados. A menos...(siempre hay un "A menos...").

En 1997, la cícada londinense fue trasladada de la "Casa de las palmeras" (al fin y al cabo, no era una de ellas) y plantada junto a otras plantas de Sudáfrica en los Jardines de Kew. Siete años después, en el 2004, por primera vez, produjo un brillante cono macho amarillo anaranjado. Aún puede hacer lo que tenga que hacer.

Fuente: npr.org
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6 Comments
  • Shut me up
    Shut me up 15 de mayo de 2011, 6:20

    Ummn, no comprendo bien de que va... Pero me da algo de tristeza la planta

  • Andrés
    Andrés 16 de mayo de 2011, 5:26

    Qué historia tan triste, aunque muy curiosa. Anda que si existe por alguna parte alguna hembra y no la han descubierto...

  • Doctor Alban
    Doctor Alban 17 de mayo de 2011, 7:35

    En el palacio de San Telmo en Sevilla hay palmeras como esa. Lo que no sé es si son machos o hembras, pero ya te digo, hay ese tipo de palmeras. Si tienes contactos con la gente de la casa de las palmeras podrías mandarle esa información. Quién sabe

    Si te quieres poner en contacto conmigo para más detalles: consultoriodralban@hotmail.com

  • tordo
    tordo 17 de mayo de 2011, 9:17

    Forever alone

  • TERIYAKI
    TERIYAKI 17 de mayo de 2011, 13:45

    @Dr. Alban. E. woodii no es una palmera, es una Cyca. Se parecen morfológicamente pero no tienen nada que ver en su parentesco.

    No conocía esta historia de la Cyca "Forever Alone". A mi me costó (bueno a mi padre) que se reprodujeran 2 especímenes de cícadas más de 15 años. No lo han vuelto a hacer desde 2003. La estructura sexual del macho es impresionante, y te convierte tu jardín en el reino de los insectos por todas las señales olorosas que emite.

    Un saludo, genial blog no lo conocía.

  • 2469_*i**n*
    2469_*i**n* 28 de noviembre de 2015, 5:41

    pues es muy interesante y a la vez triste esta historia me sirvio un poco gracias por esta noticia

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