El hombre globo que no podía defecar
Entrada originalmente publicada en Medizona
Algo que siempre fascina de la medicina son los casos raros, los que superan los límites de lo que creíamos posible. Como espectadores de un museo de los horrores o un circo de monstruos, observamos lo que escapa a nuestro entendimiento. Ese interés impulsó los circos de fenómenos y, aunque perdieron su popularidad, el interés persiste, solo que ahora no deshumaniza a quien es diferente.
El "hombre globo" o la "bolsa de viento" nació con normalidad, sin mostrar nada anómalo hasta los 18 meses, exceptuando un gran abdomen, irregularidades intestinales y estreñimiento. Conforme crecía, también lo hacía el tamaño de su abdomen y su estreñimiento. A los 16 su colon podía pasar un mes sin exhibir movimiento y a los 20 se exhibió en un Dime Museum(1) con los nombres con los que empecé este párrafo.
Los médicos sabían que no tenía un tumor, sino un colon defectuoso, pero la cirugía era muy peligrosa, posiblemente por el riesgo de infección en una zona tan delicada. La imagen superior, tomada en 1892 en el hospital homeopático Hahnemann, lo muestra antes de morir con 29 años cuando intentaba defecar.
Su historia y características fueron contadas por su madre a Henky F. Formad, quien a su vez lo publicó en la Unir. Med. Mag. en junio del mismo año con el título "Gigantesco crecimiento del colon" (Giant Growth of the colon), que a su vez se publicó en la correspondencia doméstica del primer número del volumen XIX de The Journal of the American Medical Association, tan solo un mes después.
Según lo contado, últimamente tenía dolor abdominal, meteorismo (es decir, la acumulación excesiva de gases) y dificultad para respirar. La autopsia descubrió que el colon medía 254 centímetros y su circunferencia, en distintas zonas: 38 centímetros en el colon ascendente, aumentando gradualmente en el colon transverso hasta los 76'2 centímetros, disminuyendo en el colon descentente a 63,5 para aumentar de nuevo en el colon sigmoide a 68,58, con un recto de tamaño normal.
El mesocolon, la capa revestida de peritoneo que fija la pared posterior del abdomen, también era anormalmente grande y ancho. El colon contenía dos cubos y medios de heces que pesaban 18,1437 kilogramos. Las otras vísceras, aunque normales, se habían desplazado para acomodar al colon. A pesar de todo, el dr. Formad no observó pruebas de una obstrucción, como en una dilatación típica por la retención de heces, sino en un crecimiento excesivo del colon.
La patología que sufría se conoce actualmente como enfermedad de Hirschsprung, megacolon congénito o megacolon agangliónico congénito. En este trastorno las células ganglionares, es decir, las células nerviosas que controlan los movimientos del intestino, no están. Esto se debe a que durante el desarrollo prenatal, las células nerviosas que debían migrar entre dos capas musculares como aquellas que lo hacían a la submucosa, no lo han hecho. Por lo tanto, no hay quien supla su función. Sin embargo, lo normal es que afecte al último segmento del colon, aunque puede alcanzar el estómago y el esófago.
Actualmente, el intestino grueso se exhibe en el museo Mütter de Filadelfia.
Los médicos sabían que no tenía un tumor, sino un colon defectuoso, pero la cirugía era muy peligrosa, posiblemente por el riesgo de infección en una zona tan delicada. La imagen superior, tomada en 1892 en el hospital homeopático Hahnemann, lo muestra antes de morir con 29 años cuando intentaba defecar.
Su historia y características fueron contadas por su madre a Henky F. Formad, quien a su vez lo publicó en la Unir. Med. Mag. en junio del mismo año con el título "Gigantesco crecimiento del colon" (Giant Growth of the colon), que a su vez se publicó en la correspondencia doméstica del primer número del volumen XIX de The Journal of the American Medical Association, tan solo un mes después.
Según lo contado, últimamente tenía dolor abdominal, meteorismo (es decir, la acumulación excesiva de gases) y dificultad para respirar. La autopsia descubrió que el colon medía 254 centímetros y su circunferencia, en distintas zonas: 38 centímetros en el colon ascendente, aumentando gradualmente en el colon transverso hasta los 76'2 centímetros, disminuyendo en el colon descentente a 63,5 para aumentar de nuevo en el colon sigmoide a 68,58, con un recto de tamaño normal.
El mesocolon, la capa revestida de peritoneo que fija la pared posterior del abdomen, también era anormalmente grande y ancho. El colon contenía dos cubos y medios de heces que pesaban 18,1437 kilogramos. Las otras vísceras, aunque normales, se habían desplazado para acomodar al colon. A pesar de todo, el dr. Formad no observó pruebas de una obstrucción, como en una dilatación típica por la retención de heces, sino en un crecimiento excesivo del colon.
Radiografías abdominales de las distintas zonas del colon y enemas en la fila inferior |
La patología que sufría se conoce actualmente como enfermedad de Hirschsprung, megacolon congénito o megacolon agangliónico congénito. En este trastorno las células ganglionares, es decir, las células nerviosas que controlan los movimientos del intestino, no están. Esto se debe a que durante el desarrollo prenatal, las células nerviosas que debían migrar entre dos capas musculares como aquellas que lo hacían a la submucosa, no lo han hecho. Por lo tanto, no hay quien supla su función. Sin embargo, lo normal es que afecte al último segmento del colon, aunque puede alcanzar el estómago y el esófago.
Actualmente, el intestino grueso se exhibe en el museo Mütter de Filadelfia.
Notas
(1)Los Dime Museum ("Dime" es como llaman a la moneda de 10 centavos) eran centros de entretenimiento de los Estados Unidos de finales del siglo XIX para las clases bajas donde se exhibían fenómenos, pero donde también ganaron fama artistas como Harry Houdini.Fuentes
- “Patient, age 29, exhibiting symptom's of Hirschsprung's Disease,” The College of Physicians of Philadelphia Digital Library, accessed May 5, 2016, http://www.cppdigitallibrary.org/items/show/4412.
- JAMA. 1892;XIX(1):25-26. doi:10.1001/jama.1892.02420010031011
- http://memento.muttermuseum.org
¿Qué hubiese sucedido si le hubieran dado un laxante o aplicado una lavativa?
Según lo que he consultado, podría haberlos usado (aunque me imagino que aquellos que aumentan la motilidad del intestino servirían de poco). Ahora parece ser que se puede detectar siendo un niño y se opera.
Sorprende que no se le allá reventado el intestino
Se murió antes 😕.