¿Qué efectos tiene la hemiplejía en el esqueleto?

Hace unos días la curiosidad me hacía vagar entre varios temas de interés. Relacionándolos, me surgió esta pregunta: Si desenterráramos un cuerpo en el que solo quedan los huesos, ¿podríamos determinar el sufrimiento de hemiplejía? Por supuesto deberíamos deshacernos de las ideas exageradas de CSI y derivados, por la que todas las pruebas son evidentes, los análisis son sencillos, instantáneos y de alcance solo limitado por el guión y todo el mundo sabe de todo.

Para empezar, hay que hacer notar que la hemiplejia es la consecuencia de una lesión en el sistema nervioso caracterizada principalmente por la parálisis de una mitad del cuerpo. Aunque la causa más frecuente es el accidente cerebrovascular (ACV), también llamado ictus, infarto cerebral o apoplejía, también pueden ocasionarla traumatismos en la cabeza, infecciones, tumores, enfermedades hereditarias, etc.

A pesar de ser los signos motores la consecuencia más evidente, la hemiplejía viene acompañada de otros problemas que dependen de la extensión y localización de la lesión. El hemisferio cerebral implicado es importante, ya que no solo dependerá de él en donde se manifieste el daño sino qué otros signos y síntomas se muestran. En este aspecto es donde se originará el elemento distintivo que permita sospechar que los restos óseos fueron de alguien con hemiplejía.

El primer detalle podría parecer el más obvio. Cualquier pista que encontremos se encontrará solo en una mitad del cuerpo, siempre y cuando no sea una hemiplejía bilateral. Incluso así, un hemicuerpo podría estar más afectado que el otro.

Otro detalle más importante es la osteoporosis. El individuo afectado verá una perdida de su densidad ósea, favorecida además por la reducción de la actividad física y la inmovilización. Esta disminución de su densidad ósea será más evidente en el miembro superior hasta el punto que, en el primer año, la pérdida será la equivalente a 20 años en un individuo sano. Esto, unido a la reducción de movilidad, aumenta el riesgo de fracturas que además puede provocar caídas.
El pie equino, de José de Rivera, muestra a un individuo hemipléjico.

La tensión provocada por la espasticidad y rigidez(1) terminan acortando los músculos, produciendo deformaciones articulares, como el pie equino, que aparecen o se acentúan si no se ha prevenido o corregido a tiempo.

En definitiva, los signos que evidenciarían una posible hemiplejía dependerían de los cuidados que hubiera recibido en vida, ya que si no hubiera sido atendido, a la presencia de osteoporosis hemilateral se le sumarían complicaciones como deformaciones y fracturas. Elementos que podrían retroalimentarse mutuamente. Es decir, alguien con poca densidad ósea es proclive a las fracturas, y si posee una deformación en el miembro inferior es probable que la marcha sea menos estable, aumentando el riesgo de caída. A su vez, la menor densidad ósea empeora las deformaciones. En el pasado, con una peor atención sanitaria, sería posible encontrar casos donde la falta de cuidados produjera casos así.

Notas

(1) Rigidez y espasticidad son términos que se han usado erróneamente en demasiadas ocasiones. Quizás debido a que es frecuente encontrar definiciones vagas, que no permiten diferenciarlas, y que tienen ciertos puntos en común. En la espasticidad, la resistencia que ofrece el músculo depende de la velocidad y amplitud del movimiento pasivo. Es decir, si agarramos el antebrazo y lo movemos rápidamente, ofrecerá una resistencia al movimiento. En cambio, en la rigidez la resistencia es constante y presente incluso ante un movimiento lento.

Fuentes


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