Formas extrañas de distribuir a la población humana mundial
Una opción sería, si tuviéramos los medios, concentrarlos hasta llegar a la densidad de una estrella de neutrones de 20 kilómetros de radio. De esta manera, con una densidad promedio de 8,35×1010 kg/cm3 tendríamos un volumen de 5 mililitros. Sin embargo, la gente es muy reticente a los cambios y se quejaría antes de que poder ver la materia degenerada. No les haría ilusión permanecer con el resto del mundo dentro de un tarro de colonia de propiedades extraordinarias.
Las filas, cuando se respetan, son lo mejor para mantener el orden. Así que supongamos que cerca de Quito, Ecuador, comienza una fila donde la gente apenas deja espacios entre ellas, pero tampoco se tocan. Aunque hay personas de todos los tamaños, supongamos que el largo que ocupa cada uno es de 30 centímetros. Se crearían puentes en los océanos, túneles en las montañas y se eliminarían el resto de obstáculos. La cola que daría una vuelta completa a la Tierra con tan solo 131 millones de personas. Sería necesario enroscar a la Tierra unas 55 veces y media, llegando a la isla indonesia de Sumatra.
Si formaran una columna, uno sobre otro, tomando la altura promedio de 1,65 metros y teniendo en cuenta que al subirse sobre los hombros, cada componente solo añadirá 1,34 al total, llegaríamos a la Luna con tan solo 286 millones de personas. La torre terminaría a los 9,8 millones de kilómetros de altura. Si Marte estuviera en oposición al Sol y en perihelio, su distancia sería de 59 millones de kilómetros. Quizás juntando también unos cuantos animales, podríamos llegar a tocarlo con un palo.
En cambio, si nos diéramos la mano como en aquellas imágenes multiculturales de concordia y amor, con 91 centímetros de mano a mano, formaríamos un anillo alrededor de la Tierra de 6,6 millones de kilómetros y 2,1 millones de kilómetros de diámetro. Mientras la humanidad experimenta sus últimos segundos de vida, podría contemplar su planeta natal una última vez con el mismo tamaño con el que solía ver a la Luna en el cielo.
Todo esto suena muy bonito en teoría, pero es impracticable. Para ello, añadamos una nueva dimensión. Tomando que, incluyendo niños y adultos, en un metro cuadrado pueden llegar a caber 10 personas, para albergar a toda la población bastaría con un cuadrado de 27x27 km, unos 729km2. Es decir, cabríamos todos en Bahréin y nos sobraría sitio.
Pero, ¿y si, aún sintiéndonos solos y poco abarrotados, decidiésemos resucitar a todos los muertos de la historia? De esta manera, yo me pongo mi túnica y mi sombrero de mago, reviviendo a 101 mil millones de muertos. Si mantuviésemos las proporciones anteriores, necesitaríamos un cuadrado de 10 800 kilómetros de área, con casi 104 kilómetros de lado. Podríamos elegir entre vivir en Kosovo o Jamaica.
Añadiendo otra dimensión más y con las medidas anteriores de altura y personas por metro cuadrado, tenemos a 6,06 personas/m3. La gente se distribuiría en plantas distribuidas por la altura de los sujetos, rozando el techo con los pelos, si los tiene. El edificio con mayor volumen del mundo, la fábrica Boeing de Everett en el estado de Washington tiene una base de 900m x 495 m, con una altura de 33 metros. Su volumen sería de 13,3 millones de metros cúbicos. Allí tan solo podríamos meter a los franceses y a los belgas.
Para alojar a toda la población de la Tierra necesitaríamos un prisma cuadrangular de 1 204 millones de metros cúbicos o 1,204 kilómetros cúbicos, con una base con lados de 1,1 kilómetros y caras de lados de 1,07 kilómetros.
Es posible que llevar a cabo estas distribuciones requiriese gastos multimillonarios y la muerte de miles de millones de personas por aplastamiento, asfixia o por enfermedades infecciosas, pero siempre podremos recordar lo que nos hemos reído.
Fuentes: Waitbutwhy
