Los planetas, estrellas y constelaciones en la tradición aborigen australiana

Los aborígenes australianos veían el cielo como un reflejo de la tierra. Anunciaba los cambios de estaciones, las mareas, cuando estarían listas las fuentes de alimento o como encontrar el camino por la noche. Antes de la ocupación británica, se estimaban unas 400 poblaciones aborígenes en Australia. A pesar de sus diferencias en idioma, historias y creencias, tenían el común El Sueño, una narrativa animista de la creación que continua en la actualidad.

Una diferencia notable con otros pueblos es que los aborígenes hablan de las historias de sus estrellas en presente porque aún son parte de su vida y cultura. Contraria a la creencia de los colonos europeos que consideraban a los aborígenes como primitivos, tenían un conocimiento extenso de la astronomía, siendo una parte fundamental de su educación.


Sistema Solar

Sistema Solar con asteroides y cometa.

Sol y Luna

Generalmente, para los pueblos aborígenes, el Sol es femenino y la Luna es masculina. Los yolngu de la tierra de Arnhem al norte de Australia cuentan que Walu, el Sol, enciende cada mañana un pequeño fuego que vemos como el alba. Se maquilla con ocre rojo, que derrama en las nubes, creando el amanecer. Entonces enciende su antorcha de corteza fibrosa (varios tipos de eucalipto) y viaja por el cielo de este a oeste creando la luz diurna. Al llegar al horizonte oeste, extingue la antorcha y comienza su viaje subterráneo de vuelta al este.

Los yolngu llaman a la Luna Ngalindi, viajando también por el cielo. Era originalmente un hombre gordo y vago (Luna llena) que fue castigado por sus esposas, que lo despedazaron con hachas (Luna menguante). Consiguió escapar subiéndose a un árbol alto para seguir al Sol, pero fue herido mortalmente y murió (Luna nueva). Tras permanecer muerto durante tres días, ascendió de nuevo, creciendo y engordando (Luna creciente), hasta que, después de dos semanas, sus esposas le atacaron de nuevo. El ciclo se repite cada mes. Hasta que murió Ngalindi, todos en la Tierra eran inmortales, pero maldijo a los humanos y animales para que solo él pudiera volver a la vida. En la tradición tiwi de las islas Melville y Bathurst, Venus, Marte, Mercurio y Júpiter son las esposas del Sol. En Victoria occidental, la Luna y Venus son tótems súbditos de Nyaui, el clan del Sol.

Además, también explicaban las mareas, especialmente la relación de las mareas vivas con la Luna llena y nueva. Cuando la marea está alta, el agua llena la Luna conforme asciende. Conforme el agua sale de la Luna, la marea baja, dejando a la Luna vacía durante tres días. Entonces la marea sube de nuevo, rellenando a la Luna.
Petroglyphmanandwoman
Este petroglifo del parque nacional Ku-ring Chase pudo representar un eclipse.
El pueblo warlpiri explica que los eclipses ocurren cuando el Sol se oculta tras la Luna haciendo el amor. Por otra parte, un eclipse lunar ocurre cuando la Luna persigue al Sol y consigue alcanzarla. Los wirangu contaban que los eclipses solares eran el Sol y la Luna casándose. En el parque Ku-ring Chase hay un petroglifo donde se ve a una pareja con las manos alzadas hacia lo que se considera una Luna creciente o búmerang. Una Luna creciente con sus cuernos hacia abajo se vería en la mañana o tarde cuando el Sol ya está en lo alto del cielo, pudiendo representar un eclipse. Esto podría estar indicado por la pareja en la que el hombre tapa parcialmente a la mujer.

Mercurio

Los wardaman lo describen como una niña pequeña llamada Gowaman que se relaciona con las acciones destructoras de la Luna. En las tradiciones kamilaroi, probablemente represente un canguro rojo que se relaciona con la ceremonia.

Venus

Para los yolngu, Venus se llamaba Banumbirr. Cruzó el mar desde el este en El Sueño nombrando y creando animales y tierras conforme cruzaba la costa,viajando al oeste por le país, dejando un legado de líneas de canciones. Los yolngu se comunicaban con sus ancestros en Baralku, la isla de los muertos, durante la Ceremonia de la Estrella del Mañana, con la ayuda de Banumbirr y el poste de la estrella de la mañana. La ceremonia comenzaba al atardecer y llegaba a su culmen con el ascenso de Banumbirr unas pocas antes del alba. Esta ceremonia se preparaba con varios días de antelación, ya que Venus solo asciende unas horas antes del Sol unos pocos días al año. Se dice que le sigue una débil cuerda, posiblemente la luz zodiacal, por la que se envían mensajes y le impide alejarse del Sol. Este ciclo en el que Venus asciende varias horas antes que el Sol se repite aproximadamente cada año y medio.

Para los boorong, Venus es Chargee Gnowee, hermana de Gnowee (Sol) y esposa de Ginabongbearp (Júpiter), este último siendo el jefe de los Nurrumbunguttias (antiguos espíritus). El emparejamiento de Venus y Júpiter se debe a que ambos parecen seguirse, viéndose ambos durante el día.

En las tradiciones kamilaroi y euahlayi, cuando está a poca altura del horizonte se ve como un viejo riéndose tras contar una broma grosera. Los mismos grupos hablaban de Mullyan (águila halcón) que vivía sobre una gran acacia. Cazaba gente cerca del río Barwon. En respuesta, unos jóvenes prendieron fuego a su hogar y lo mataron. Mullyan ascendió al cielo como Mullyangah, la estrella del alba. 

Venus es el planeta del que más se habla en los relatos australianos. La variedad de estos es tal que permitiría completar otra entrada similar a esta.

Marte

Cacatúa colirroja (Calyptorhynchus banksii)
Los kamilaroi lo llamaban gumba, "gordo". Los anmatyerre se referían a su color como lherrm-penh, "algo que ha ardido en llamas". Los kokatha del desierto occidental asocian a Marte y Antares con Kogolongo, una cacatúa colirroja (Calyptorhynchus banksii). En la Gran Bahía de la Ostra, Tasmania, se contaba que dos hombres subieron a una montaña y echaron fuego, como una estrella, cayendo entre los hombres negros. Eran vistos como los dioscuros grecorromanos. Esta asociación entre Marte (Ares) y Antares (opuesto a Ares) también fue observada por los griegos.

Júpiter

Los aborígenes del río Darling le llamaban Wurnda wurnda yarroa, un hombre ancestral que tostaba ñames. Los euahlayi y kamilaroi dicen que era un joven odiado por su madre el Sol, quien enviaba a hombres a matarlo. Esto intentaba explicar sus movimientos. Además, si conseguían dañarlo o matarlo indicaba una sequía.

Saturno

Los kamilaroi y wailwan lo asocian con un ave pequeña (wunygal). En el desierto occidental, veían a Venus (Iruwanja) y Saturno (Irukulpinja) como hermanos, mientras Júpiter era su perro. Los dos últimos pasaban el tiempo buscando comida para Iruwanja.

Constelaciones y otros puntos de interés

Orión

La constelación de Orión es llamada Djulpan en el idioma yolngu. Las estrellas de su cinturón eran hermanos desplazados por el Sol al cielo tras romper el tabú de comer jurel (Seriola lalandi), que era su animal tótem. Están sentados en su canoa, con Betelgeuse en la proa y Rigel en la popa. La nebulosa de Orión es el pez y las estrellas de la espada de Orión es el sedal conectado al pez. En otros pueblos la historia cambia, pero suele relacionarse con pescadores o cazadores jóvenes. En las islas de Melville y Bathurst, eran un grupo de dingos persiguiendo a una manada de canguros (Pléyades).

Pléyades

En muchos grupos, al igual que en el mito griego, los jóvenes de Orión persiguen a un grupo de hermanas. Esta coincidencia pudo deberse a que la constelación de Orión sigue a las Pléyades conforme gira el cielo. Para los aborígenes de la isla Melville y Bathurst, eran una manada de canguros perseguidos por unos dingos representados por las estrellas de Orión.

Su aparición durante el alba a finales de otoño mostraba a los pitjantjatjara en el desierto occidental que había comenzado la época de reproducción anual de los dingos y que los aborígenes podrían asaltar sus escondrijos para alimentarse de sus cachorros. Su ascenso durante el alba de mayo les indicaba la llegada del invierno. En el estrecho de Torres, su aparición les indicaba que era un buen momento para pescar, la época de apareamiento de las tortugas y el momento de preparar la cosecha antes de las lluvias.

Las historias de las Pléyades pueden ser exclusivas de hombres o de mujeres. En El Sueño, antes de que las Pléyades dejaran la Tierra, fueron a las montañas e hicieron manantiales para nutrir a los ríos.

Híades

Aldebarán y las Híades
Las Híades se agrupaban en dos grupos de chicas según su color. Las tataka (rojas) y tjilkera (blancas). Se dice que las rojas son hijas de Karambal (Aldebarán).

Lira

Talégalo leipoa (Leipoa ocellata)
La constelación de Lira es la constelación de talégalo leipoa o faisán australiano (Leipoa ocellata). Aparece en marzo, cuando los boorong de Victoria saben que esta ave construye sus nidos. En octubre, cuando desaparece, es el momento de recoger sus huevos. Vega les indicaba donde encontrar sus huevos.

Tagai

Esta constelación no tiene paralela occidental. Tagai era un héroe pescador de las gentes del estrecho de Torres. Sus estrellas son representadas por estrellas de Scorpio, Lupus, Centaurus, Crux, Corvus, parte de Hydra y una estrella de Ara. Según el pueblo meriam del este del estrecho de Torres, está compuesto por Centaurus y Lupus en pie sobre una canoa con un arpón (Crux) en su mano izquierda y una fruta (Eugenia reinwardtiana) en su mano derecha (Corvus). Su canoa está hecha del cuerpo y cola de Scorpio.

La historia de Tagai es sobre este y su tripulación de seis estrellas Usiam (Pléyades) y seis estrellas Seg (Orión). Su tripulación comió y bebió las provisiones para el viaje. Como castigo, Tagai los ensartó y lanzó al mar.

Sus estrellas anunciaban la estaciones y proporcionaba un calendario estacional que permitía a los isleños regular su ciclo pesquero, agrícola y las actividades sociales, rituales y culturales. También les proporcionaban una identidad cultural y leyes para regular sus vidas y códigos de conducta.

Scorpio

Su aparición anunciaba a los yolngu y los yirrkala la llegada de los pescadores makassar de Sulawesi en busca de pepinos de mar. En Groote Eylandt, su aparición informaba del fin de la temporada húmeda y que soplarían los vientos del sur.

Nebulosa Saco de Carbón


Igual que los incas, su conocimiento del cielo no se limitaba a las constelaciones y cuerpos celestes, sino también a las llamadas "constelaciones oscuras". Para los boorong, era un pósum en un árbol. Para otros grupos, era la cabeza del emú en el cielo, que se extendía hasta Scorpio. Se correspondería aproximadamente con la llama de los incas. En el parque nacional Ku-ring Chase hay un petroglifo de un emú que se alinea con el emú del cielo en la época de la puesta de los huevos por estas aves. Fue realizado por los kuringgai, quienes también grabaron a su esposo, el héroe cultural cambiaformas Daramulum.

Cruz del Sur

Situada junto a la nebulosa Saco de Carbón. Según la poeta Oodgeroo Noonuccal (Kath Walter), Biami, el espíritu bueno del cielo, estaba muy ocupado vigilando a los pueblos aborígenes, pero no podía hacerlo todo el tiempo. Por ello decidió darle a un hombre llamado Mirrabooka, querido por todos y que se preocupaba por el bienestar de su tribu, una forma espiritual y situarlo entre las estrellas, prometiéndole una vida eterna. Les dio luz para sus manos y pies, extendiéndolo por el cielo para que pudiera vigilar todas las tribus que amaba. De esta manera, cuando las tribus miraran al cielo, podían ver las estrellas que eran los ojos de Mirrabooka mirándolos.

Para los pueblos pescadores de la tierra de Arnhem, la Cruz del Sur junto con Alfa y Beta Centauri representaban una mantarraya (Cruz del Sur) seguida por un tiburón (α y β Centauri). En las regiones desérticas de Australia central, la cruz representaba las huellas de un águila, α y β Centauri era su palo de lanzar, mientras la nebulosa Saco de Carbón era su nido.

En este caso se percibe la peculiar forma de agrupación de estrellas de los aborígenes. En esta constelación de Iritjinga (Águila) se agrupan por un lado las estrellas más brillantes (Alpha Crucis, Beta Crucis, Alpha Centauri) y por otro a las menos luminosas (Gamma y Delta Centauri), ignorando la proximidad de estas a las estrellas mencionadas de la Cruz del Sur. Esta perspectiva se debe a la agrupación de estrellas según las relaciones familiares y sociales de la sociedad aborigen.

Espiga

La estrella Alfa Virginis es conocida como yolngu como Djurrpun. Su aparición tras la puesta de Sol les indica que es hora de recoger rakai, los cormos de la flor de loto, una importante fuente de alimento para ellos.

Aldebarán

En la región de Nueva Gales del Sur era llamada Karambal, que robó la esposa de otro hombre y la ocultó en un árbol. El esposo prendió fuego al árbol y el humo llevó a Karambal al cielo, donde su color rojo indica que aún arde. Sirve de recordatorio para aquellos que cometen adulterio.

Arturo

En la tierra de Arnhem, su aparición anuncia la recogida de juncos o rakia para hacer trampas para peces y cestas para la comida. Para los boorong del lago Tyrril en Victoria, representaba el espíritu de Marpeankurrk, que les mostraba como encontrar la pupa de la hormiga de la madera.

Antares

Además de su relación con Marte, los coorong al sur de Adelaida hablaban de un joven llamado Waiyungari ("hombre rojo"), cubierto en ocre rojo, que pasaba por su ritual de iniciación. Se involucra en un comportamiento ilícito con dos mujeres, rompiendo la ley tradicional. Para escapar el castigo, arroja una lanza a la Vía Láctea y sube con las mujeres al cielo. Waiyungari es una estrella roja con dos mujeres flanqueándole a cada lado de su canoa celestial (Tau y Sigma Scorpii).

Cometas, meteoros y meteoritos

Tenían una opinión funesta de los cometas, asociándolo con augurios, muerte y el mal. Los tiwi de Bathurst y las islas Melville y los kuninjku de la tierra de Arnhem ven a los meteoros como los ojos ardientes de espíritus malvados que corren por el cielo, cazando las almas de los enfermos y moribundos. Los niños de la región Ooldea del sur de Australia veían un meteoro (llamado "diablo-diablo") cantaban "¡estrella caída por la noche hora de volver!. Los ngarrindjeri del sur de Australia hablaban de Kulda, que se manifestaba como un meteoro emergiendo de la Cruz del Sur, avisando a la gente de una epidemia. Ante esto, la gente gritaba "viene la muerte". La llegada del gran cometa de 1843 fue visto como un heraldo de calamidad y causó temor entre los ngarrindjeri.

Los aborígenes arrernte también hablaban de la creación Tnorala, o cráter Gosses Bluff, un cráter creado hace 150 millones de años. En El Sueño, un grupo de mujeres celestes tomaron la forma de estrellas y bailaron en la Vía Láctea. Una se casó y colocó a su bebé en una cesta de madera llamada turna. Mientras bailaba, la cesta cayó hacia la Tierra. La cesta cubrió al bebé, formando las paredes del cráter. Sus padres, los luceros del alba (madre) y vespertino (padre) siguen buscándolo.

Los yolngu hablaban de Goorda, un solitario espíritu de fuego que vivía en la Cruz del Sur que vino a la Tierra para traer fuego a la gente. Al tocar el suelo cerca del río Gainmaui, accidentalmente produjo un incencio enorme que trajo muerte y destrucción a la gente. En otros pueblos australianos también hay historias de meteoritos que traen el fuego.

Fuentes

  • Hamacher, D. W. (2012). On the astronomical knowledge and traditions of Aboriginal Australians. Macquarie University.
  • Bhathal, R. (2006). Astronomy in Aboriginal culture. Astronomy & Geophysics47(5), 5-27.
  • Hamacher, D. W., & Banks, K. (2018). The Planets in Indigenous Australian Traditions. arXiv preprint arXiv:1806.02462.
  • Norris, R. P., & Hamacher, D. W. (2009). The astronomy of aboriginal Australia. Proceedings of the International Astronomical Union, 5(S260), 39-47.
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