La desenfrenada vida sexual de las mariquitas

Los orgasmos de media hora de los cerdos son una mentira, y algunos os decepcionasteis al no poder aspirar a una vida mejor, pero no desfallezcais, porque vuestro destino no es ser puercos, sino mariquitas.

Según el experimentado investigador Michael Margerus (Майкл Марджерус), las mariquitas pueden copular durante 9 horas seguidas y disfrutar de varios orgasmos de media hora (como con cualquier animal, no se puede saber lo que están sintiendo realmente). Además, tienen unas 30 parejas sexuales anuales. Pero no todo es bueno, ya que sufren de enfermedades de transmisión sexual. La Coccipolipus hippodamiae que vive bajo sus alas es capaz de esterilizarlas y, gracias a los hábitos sexuales de estos insectos, extenderse rápidamente.

¿Cómo se reproducen?

Cuando se estudia en el laboratorio, lo primero es determinar los sexos. En las mariquitas siberianas es sencillo, ya que los machos tienen la cabeza negra y las hembras blancas con una mancha negra. Las mariquitas europeas, en cambio, son prácticamente indistinguibles a menos que se le practique la autopsia, en cuyo caso será más complicado llegar a la cópula, o esperar a que esta se produzca naturalmente y observar sus posiciones.

Si se aislan las mariquitas de distinto sexo durante días y luego se juntan en una placa de Petri, el emparejamiento ocurrirá en segundos. Si la hembra es experimentada, el cortejo durará menos tiempo.

En el caso de las mariquitas de dos puntos (Adalia bipunctata), el macho intentará montar a la hembra, pero se retirará inmediatamente si descubre que ha estado previamente con otro macho. Aunque durante el acto la hembra no se preocupará por la comida, tampoco la rechazará. Normalmente el macho se queda quieto, pero algunas especies como la mariquita de siete puntos (Coccinella septempunctata) son capaces de mostrar más pasión.

Los machos de las mariquitas de dos puntos son de las pocas especies que eyaculan 2-3 veces por copulación y sus sesiones rondan de una a nueve horas de duración. Aunque quedarse quietos tanto tiempo los hace vulnerables, evitan que la hembra copule con otros machos y asegura transmitir sus genes.

El esperma producido, que la hembra puede guardar durante un mes, es capaz de fecundar 550 huevos. De media, la hembra pone unos 15 a 20 huevos, pero puede llegar a los 40. Una hembra puede llegar a poner 1000 huevos en una temporada con distintos machos.

Elección

Las mariquitas de dos puntos son polimórficas, por lo que en una misma zona pueden vivir distintas variedades de la misma especie. Las mariquitas no discriminan a sus parejas por su aspecto, pero prefieren las minorías. De esta manera, las hembras de alas rojas preferirán a los machos de alas negras, reforzándose la preferencia con cada generación.

Macho o hembra

Como en los humanos, la diferencia en un cromosoma marca si la mariquita es macho o hembra. Por ello, la proporción entre ellos es equitativa. Si viven en una zona de recursos abundantes, no habrá problemas. Pero si son escasos, los machos obstaculizarán la existencia de las hembra en todas las fases de su vida. Aunque los machos sean capaces de fecundar muchos huevos, es el número de hembras y su productividad el que determina el número de descendientes en la próxima generación. Por esa razón, en tiempos de escasez, el número de machos puede reducirse un 10%. Sin embargo, un pequeño número de machos también dirige a los problemas del incesto.

El entusiasmo sexual, la disponibilidad de recursos y los perjuicios del incesto controlan la proporción óptima de machos y esta indica la situación ambiental de la zona.

Algunas hembras han adquirido la habilidad de producir descendencia monosexual. Aunque copule con machos normales, solo tendrá hembras. Se cree que se debe a ciertas bacterias presentes en el citoplasmas de las mariquitas de dos puntos que solo son letales para los machos.

Comportamientos anómalos

En el laboratorio se pueden observar actos de necrofilia, incluyendo con otros machos. En casos así, el macho puede permanecer el mismo tiempo que con una pareja viva. En el campo también copulan con otros machos vivos y hembras de otras especies, pero al no encajar los órganos sexuales, pueden quedarse encajados y dañarse. Además, en ninguno de estos casos son capaces de producir descendencia.

También muestran canibalismo. Las más voraces son las larvas, pero los adultos también pueden devorar los huevos. El hambre puede llevar a las hembras a consumir sus propios huevos. Como en otros escenarios similares de canibalismo animal, esto aumenta la supervivencia de las larvas que eclosionen de los huevos restantes en épocas de escasez.

ETS

El Coccipolipus hippodamiae se transmite durante el apareamiento, ocultándose en los élitros, donde se aferran con sus piezas bucales y succionan hemolinfa. Estos crecen y se reproducen, pudiendo vivir una colonia en una sola mariquita. Este parásito tiene la capacidad de reducir la capacidad de reproducción de las hembras.

Las mariquitas no se aparean todo el tiempo, sino que abandonan su actividad cuando hibernan. En primavera comienza el apareamiento, pero para mantener la población de parásitos, deben copular mariquitas de generaciones consecutivas. Las mariquitas de dos puntos son una de las grandes víctimas de este parásito porque tiene uno de los mayores periodos de superposición entre generaciones.

En otras cuatro especies de mariquitas europeas donde está presente este parásito, una no tiene superposición generacional por un periodo de diapausa necesario durante el desarrollo, mientras la otra muere antes de que la siguiente generación sea adulta. La infección se produce por el apareamiento entre distintas especies.

Pero este parásito no siempre es el malo de la película. Por la invasión en el Reino Unido de la mariquita asiática multicolor (Harmonia axyridis) que amenaza a las 42 especies nativas, se ha planteado introducir al C. hippodamiae para controlar la población, ya que en las islas no existe porque las generaciones no se superponen de la misma manera que en el continente.

Fuente: Translation workshop, Daily parasite
  • Захаров, И. А. (2001). Сексуальная жизнь божьей коровки. Природа, 12, 43. 
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1 Comments
  • Anónimo
    Anónimo 7 de octubre de 2020, 20:21

    Mi infancia traumada

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