La discusión entre España y Suecia por demostrar quién era más goda

En la España medieval, desde comienzos del siglo VII, tener ascendencia gótica se consideraba un signo de distinción entre la nobleza. Los nobles visigodos se consideraban guardianes de las tradiciones y mantenían los nombres germánicos.

Este pensamiento se manifestó en el Concilio de Basilea de 1434, cuando debían asignar previamente los asientos de los cardinales y delegaciones. Las delegaciones de las naciones más importantes se sentarían cerca del papa, tendrían mejores sillas y el privilegio de colocar sus sillas sobre las esteras. En este caso, el obispo de Burgos Alfonso de Cartagena solicitó los principales asientos.

Como ya hemos visto, en los debates entre religiosos no eran extraños los desacuerdos. Nicolaus Ragvaldi, obispo de la diócesis de Växjö, afirmó el 12 de noviembre que los suecos eran los descendientes de los grandes godos, mientras la gente de Vestrogotia eran los visigodos y la gente de Ostrogotia eran los ostrogodos. En su discurso enumeró sin adornos a los piadosos y religiosos gobernantes góticos y sus hazañas, combinando historias y mitos. Por ejemplo, afirma que los godos participaron en la guerra de Troya. Ragvaldi finaliza asegurando que el sueco es el reino más antiguo, fuerte y noble, que además adoptó el cristianismo antes que los emperadores romanos.

Tras esto, hizo una protesta formal para que la posición otorgada a los embajadores del rey Erico III no dañaran los derechos y privilegios de los paises nórdicos en el futuro, pidiendo que la protesta conste en los actos del concilio. Las afirmaciones de Ragvaldi se basaban en breves descripciones de los godos de Tácito, Plinio y Dión Casio, así como una descripción más larga en Getica de Jordanes y en Ablabio. Como en España, en Suecia se ligaba el origen antiguo y la legitimidad con la importancia de los estados y las familias gobernantes.

Alfonso de Cartagena replicó que solo los godos "vagos" y "sin iniciativa" se quedaron en Suecia, mientras los "heroicos" se asentaron en España. Por lo tanto, debía honrarse más a los que abandonaron sus hogares para ir al campo de batalla que a los que se quedaron en sus tierras. Para responder se basó en la compilación de las obras de Jordanus de Rodrigo Jiménez de Rada, donde decía que el reino español había sido fundado por los godos que huyeron de Escandia. También se ha propuesto la Crónica universal de Ekkehard de Aura como otra posible fuente.

Esta anécdota es relatada por Juan de Segovia en Historia gestorum generalis synodi basiliensis, por Johannes Magnus en Historia de omnibus Gothorum Sueonumque regibus (libro XVI, cap. 28-30), la crónica de Thomas Ebendorfer y hay constancia en Oratio habita in concilio Basiliensi.

Consecuencias

Gustavo I de Suecia
Aunque Nicolaus Ragvaldi no conseguiría su propósito, sus argumentos serían desarrollados en los siglos XV y XVI por los hermanos Magnus, ambos arzobispos de Uppsala, y por Ericus Olai. Johannes Magnus se exilió a Italia en la década de 1520 con la introdución del luteralismo a Suecia. Para ganarse el apoyo del esfuerzo contrarreformista en Escandinavia, Johannes Magnus escribió sobre el linaje de reyes godos, siendo clave en el auge del goticismo, exponiendo su linaje desde Magog, nieto de Noé, al rey sueco contemporáneo Gustavo I. Magnus se basaba en la autoridad de los escritores antiguos para convertir a los godos en ejemplos de fortaleza moral y moderación, ofreciendo una visión más empática. Su hermano Olaus Magnus también escribió sobre la historia general de los pueblos del norte de Europa.

Irónicamente, fue Gustavo I quien expulsó a los hermanos y quien más se benefició de su obra. Al combinar sus múltiples linajes, obtuvo títulos como "Rey de los Godos y Vándalos", que aprovechó para incluir en las monedas acuñadas e imágenes oficiales. También encargó copias de pinturas de Teodorico, Totilla y otros ancestros godos de la colección del duque de Módena.


El prestigio del goticismo y de Suecia como reino obtuvo tal importancia internacional en el siglo XVI que Olaus Rudbeck argumentó en Atlantica que Suecia era la tierra natal de la cultura occidental. Usando distintos métodos, como argumentos filológicos e imaginativas etimologías, relacionó la tierra de los Hiperbóreos y la Atlántida con Escandinavia, donde situaba el templo dorado de Poseidón como el templo pagano de la antigua Upssala, que proclamaba como un modelo de la arquitectura romana. También situó los pilares de Hércules en el estrecho entre Dinamarca y Suecia. Su segundo volumen terminaba diciendo:
...toda la filosofía o conocimiento terrenal, que ha sido escrita y encontrada en egipcios, asiáticos y europeos, proviene totalmente de nuestros norteños hiperbóreos...además, los nombres de todos los Dioses y Diosas han venido de nuestros padres norteños, primero a los griegos y de ellos a los romanos.

Fuentes:
  • Neville, K. (2013). The land of the Goths and Vandals: the visual presentation of Gothicism at the Swedish Court, 1550–1700. Renaissance Studies, 27(3), 435-459.
  • Medieval Nordic Literature in Latin 
Siguiente entrada Entrada anterior
No Comment
Añadir comentario
comment url

Libre para donar o aceptar cookies