El prepucio más deseado
Según la tradición, en el octavo día tras su nacimiento, Jesucristo fue
circuncidado. Consciente de las extraordinarias cualidades de su hijo, su madre
María preservó su prepucio en un caja de alabastro que años después entregaría a
María Magdalena. Esta a su vez se lo cedería a Pedro y a partir de entonces fue
cambiando de dueño. En el siglo VIII d.C., el prepucio llegó a Irene de Atenas,
emperatriz de Bizancio, quien se lo regaló en su boda, junto a las sandalias de
Cristo, a Carlomagno. Cuando fue albergado en la abadía de Charroux, se
convirtió en un destino de peregrinación.
Conservación
La cuestión esencial es que, aunque hasta las propias catedrales participaran, no tiene sentido desde el punto de vista teológico. A diferencia de los santos, se supone que Jesús ascendió físicamente a los cielos, por lo que su prepucio también debió hacerlo. Anastasio Sinaíta (s. VII-VIII) declaraba en Quaestiones et Responsiones que Jesús lo conservó para restaurarlo y ascender con un cuerpo perfecto. El papa Inocencio III (1161-1216) se desentendió del tema señalando que era algo que solo Dios conocía. No obstante, existía un consenso de que su prepucio no era más valioso que sus pelos, uñas o su cordón umbilical, que también eran reliquias. En el siglo XVI, el bibliotecario del Vaticano León Alacio escribiría De Praeputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba donde precisaría la localización del prepucio. Según Alacio, el prepucio ascendió con Cristo y formaría los anillos de Saturno, que habían sido observados recientemente por Galileo Galilei. El Vaticano, a las puertas del siglo XX, llegó a amenazar con excomulgar a quienes hablasen del santo prepucio.
Práctica de la circuncisión en el cristianismo
Aunque, como se puede leer en 1 Corintios 7:17-18, Pablo de Tarso ya aclaraba que la circuncisión es innecesaria, había iglesias cristianas que aún la practicaban, como los coptos y los jacobitas. En el concilio de Florencia de 1442 se le impeló a los jacobitas a sustituirla por el bautismo y además se consideró la circuncisión como un pecado mortal. Aún así, quedaban recordatorios de la práctica. En el Concilio Vaticano II de 1962, se eliminó la fiesta de la circuncisión de Jesús celebrada el 1 de enero. Esta posiblemente surgió en España a finales del siglo V y se extendió a oriente, incluyéndose también en el calendario ortodoxo.Fuentes
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Raveenthiran, V. (2020). History of the Prepuce. In Normal and Abnormal Prepuce (pp. 7-21). Springer, Cham.
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Mattelaer, J. J., Schipper, R. A., & Das, S. (2007). The circumcision of Jesus Christ. The Journal of urology, 178(1), 31-34.