El efecto Dunning-Kruger probablemente no existe


En 1999, David Dunning y Justin Kruger describieron el efecto homónimo que explicaba que los tontos no son conscientes de que lo son, sobrevalorando sus capacidades, y los inteligentes tampoco, infravalorándose. Sin embargo, en su interpretación solemos excluirnos de estos grupos, especialmente del primero, siendo un sesgo que nos afecta a todos.

Este efecto no ocurriría cuando alguien es ignorante de un dato, sino en el caso de creer conocerlo, aunque fuera erróneo. En la situación opuesta, sucedería cuando conocemos la respuesta pero pensamos que es incorrecta, aunque no sea así. En el estudio original, uno estudiantes hicieron una prueba de gramática, de humor y de razonamiento lógico. En los resultados, cada estudiante tenía asignados dos datos: la puntuación que creían que habían obtenido y su nota real. Los datos se repartieron en cuartiles ordenados según su rendimiento. Los que obtuvieron peores notas esperaban resultados mucho mejores, mientras los más sobresalientes esperaban resultados ligeramente inferiores.

La cuestión es que, aunque sea un efecto que parezca lógico y que pueda coincidir con nuestra experiencia, los datos originales se han replicado repetidas veces usando datos aleatorios. Por ejemplo, usando datos aleatorios obtendríamos que, al lanzar una moneda, esta tiene en torno a un 50% de posibilidades de caer en cara o en cruz. Si obtuvieramos esos mismos datos de un grupo de personas, cabría esperar que esa probabilidad tendería más a una o a otra. Por otra parte, la autopercepción puede fluctuar según cuando se pregunte, por lo que los datos que se obtengan un día pueden ser diferentes a los que se obtenga otro. Esta falta de fiabilidad, cuyo tamaño es variable, puede atenuar el efecto psicológico en un experimento. En este caso, y al contrario de lo que suele ocurrir habitualmente, esta falta de fiabilidad incrementa los errores de medición.

Esto significa que, aunque haya casos puntuales donde las conclusiones del estudio original se confirmen, el sesgo probablemente no exista. No obstante, sí que existen otros que pueden confundirse, como la superioridad ilusoria, por la que siempre somos mejores que la mayoría.

Fuentes

  • Kruger, J., & Dunning, D. (1999). Unskilled and unaware of it: how difficulties in recognizing one's own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of personality and social psychology, 77(6), 1121.
  • Ackerman, P. L., Beier, M. E., & Bowen, K. R. (2002). What we really know about our abilities and our knowledge. Personality and individual differences, 33(4), 587-605.
  • Nuhfer, E., Cogan, C., Fleisher, S., Gaze, E., & Wirth, K. (2016). Random Number Simulations Reveal How Random Noise Affects the Measurements and Graphical Portrayals of Self-Assessed Competency. Numeracy: Advancing Education in Quantitative Literacy, 9(1).
  • Nuhfer, E., Fleisher, S., Cogan, C., Wirth, K., & Gaze, E. (2017). How Random Noise and a Graphical Convention Subverted Behavioral Scientists' Explanations of Self-Assessment Data: Numeracy Underlies Better Alternatives. Numeracy: Advancing Education in Quantitative Literacy, 10(1).
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