La muerte ritual de los objetos
En algunos ritos funerarios antiguos se realizaban ejecuciones de esclavos para que estos acompañaran y sirvieran a su señor en la otra vida. También hay prácticas similares, como el satí, en el que la viuda se inmola en la pira funeraria de su esposo, o el sacrificio de animales para que guíen al difunto. Es por ello que puede resultar contraintuitivo el sacrificio de objetos, "matados" ritualmente, en vez de dejarlos simplemente como enseres que sirvieran en la otra vida.
Debido a que pueden sufrir el paso del tiempo junto con las tumbas, que pueden derrumbarse o ser asaltadas por ladrones, es difícil distinguir si estos objetos se han roto a posteriori. Por otra parte, también pudo haber objetos que fueran concebidos originalmente para un uso ceremonial y no redujeran su función a una meramente simbólica. Excluyendo estos casos, en Europa se han encontrado multitud de armas y símbolos de poder, como cetros, doblados que datan desde la Edad del Hierro a la Época Vikinga. También se han encontrado recipientes metálicos atravesados por armas o fragmentos de recipientes de cerámica que contenían líquido para libaciones. En regiones tan distantes como el Egipto, Malawi, Belice y el suroeste de los Estados Unidos se han encontrado recipientes de cerámica o piedra agujereados cerca del centro en tumbas o en torno a ellas.
Pero, ¿para qué se realizarían estos rituales? Depende del caso, pero hay distintos tipos de hipótesis. En el caso de las armas dobladas,
pudo deberse a una simple cuestión de espacio. Sin embargo, esto no explica
que se perforen los escudos, se doblen armas pequeñas o se melle su filo. En
algunos casos, la destrucción es tan concienzuda que hubiera costado menos
esfuerzo cavar para hacer el nicho más grande. Otra hipótesis práctica es que
de esta manera se reducía su valor para los futuros ladrones de tumbas. La
interpretación ritual es que esta inutilización permite que se transforme como
su dueño. La destrucción de objetos pudo servir para evitar que otros la
utilizasen, ya sea para evitar la transmisión de la polución, una utilización
profana o que un símbolo de alguien se asocie a otro.
Muchos objetos pudieron ser ofrendas a santuarios, que eran retirados periódicamente para hacer hueco a nuevos obsequios y eran acumulados en pozos en el recinto sagrado. Ocasionalmente, la inutilización de estos objetos se debía a que eran colgados en la pared, por lo que tenían perforaciones. En otras bastaba con una inscripción que indicara su naturaleza votiva. En Egipto, las figurillas o cuencos rotos mostraban textos de execración contra los enemigos, rompiéndose como una forma de magia simpática.
Fuentes
- Grinsell, L. V. (1961). The breaking of objects as a funerary rite. Folklore, 72(3), 475-491.
- Grinsell, L. V. (1973). The breaking of objects as a funerary rite: supplementary notes. Folklore, 84(2), 111-114.
- Martínez, M. D. M. G. (2010). Sacra loca y armamento. Algunas reflexiones en torno a la presencia de armas no funcionales en contextos rituales. Gladius, 30, 191-212.