Roberto Grosseteste, el franciscano medieval que se adelantó a las teorías de la astrofísica


Roberto Grosseteste (1168-1253), obispo de Lincoln, fue uno de los tantos pensadores medievales que intentó encontrar y entender el orden en los mecanismos del universo y su creación. En De luce (1225) presentó una explicación que, a posteriori, se equiparado con la teoría del Big Bang y de la gravedad aunque, por supuesto, se desarrollaran independientemente, bajo otra óptica y sin partir de esta.

Metafísica de la luz

Para Grosseteste, la luz es la forma corporea primigenia que se multiplica infinitamente desde un punto hasta expandirse a una esfera de cualquier tamaño. No atribuía dimensiones ni a la forma corporea ni a la materia, pero, al estar eternamente ligados y expandirse en todas las direcciones, la materia adquiría tridimensionalidad. Esta expansión de la materia provocada por la luz habría ocurrido al principio del tiempo y habría alcanzado el tamaño del universo material.

Esta expansión producida por la luz habría disminuido la densidad de la materia expandida, pues la cantidad de esta es la misma en todo el proceso. Al razonar bajo el esquema aristotélico, no consideraba la existencia de un vacío, por lo que asumía que el límite del universo se debía a que se había llegado a una densidad mínima. A esta densidad mínima, había un cambio de fase o perfección de la matería con la luz que ya no admitía más alteraciones, creando la primera esfera del cosmos. Esta esfera perfecta de luz y materia perfecta emite una luz diferente (lumen) hacia su propio centro, que es el límite del universo, barriendo y comprimiendo la materia imperfecta o cuerpo (corpus). Esta compresión habría sido casi instantánea, perfeccionando la materia cercana a los límites de la primera esfera.


El material arrastrado y comprimido habría generado una la segunda esfera, la de las estrellas fijas. La luz primigenia (lux) se doblaría en esta y la luz de su interior (lumen) también barre y comprime la materia hasta crear una tercera esfera. El proceso se repite hasta la novena esfera, donde se sitúa la Luna. Aunque todas las esferas concéntricas son perfectas, pierden pureza conforme se aproximan al centro. Además, dado que la luz (lumen) de la última no es lo suficientemente potente, no es capaz de perfeccionar completamente los elementos de Empédocles o elementos sublunares. Al no estar perfeccionados, están aún sujetos a la presión de la luz (lumen), mostrando un movimiento radial, respecto al centro del universo (Tierra), en vez de un movimiento circular, como las órbitas celestes. Bajo este razonamiento, los objetos hechos de estos elementos se desplazan al lugar que le corresponde según la luz que interactúa con ellos. Dado que el agua y la tierra son más imperfectas, les afecta más la presión de la luz, teniendo mayor densidad y mostrando la cualidad del peso.

Fuente

  • Bower, R. G., McLeish, T. C., Tanner, B. K., Smithson, H. E., Panti, C., Lewis, N., & Gasper, G. E. (2014). A medieval multiverse?: Mathematical modelling of the thirteenth century universe of Robert Grosseteste. Proceedings of the Royal Society A: Mathematical, Physical and Engineering Sciences, 470(2167), 20140025.
  • Tanner, B. K., Bower, R. G., McLeish, T. C., & Gasper, G. E. (2016). Unity and Symmetry in the De luce of Robert Grosseteste. In Robert Grosseteste and the pursuit of Religious and Scientific Learning in the Middle Ages (pp. 3-20). Springer, Cham.
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