La petición de las mujeres contra las cafeterías


El café llegó a Europa a comienzos del siglo XVII y, con él, la apertura de las cafeterías. A diferencia de otros locales, estaban libres de protocolos, por lo que podían asistir cualquier persona, sin importar su clase social, credo o tendencia política siempre que pagara, controlara su conducta...y no fuera mujer, al menos en la mayoría de los casos.

Estos locales contribuyeron al desarrollo de la esfera social de la burguesía, a los debates y a la crítica literaria. En Inglaterra, en tiempos en los que la cerveza subía de precio, el café era más accesible. Como consecuencia, en las islas británicas surgieron en gran número y eran vistas como una amenaza por Carlos II de Inglaterra,. que temía que sus opositores ganaran apoyo en estos locales. Quizás partiendo de alguien con los mismos temores, un panfleto de 1674 informaba del descontento de las mujeres con el brebaje debilitante que se bebía en ellos. El panfleto señalaba que había convertido a sus esposos en eunucos impotentes y lisiado a los caballeros. Temían que, embriagados por esa bebida, les superaran en locuacidad, cualidad que consideraban su dominio. Afirmaban que los murmullos de media docena de esos bebedores de agua sucia podían superar los balbuceos del mismo número de mujeres.


Claramente, el panfleto era una sátira basada en los estereotipos femeninos y de los bebedores de café en aquella época. A pesar de ello, recibió respuesta de los hombres, señalando que las cafeterías eran simplemente otro nombre para los burdeles. Irónicamente, en el siglo XVIII, cuando comenzó a consumirse en las casas, el te y café irían convirtiéndose en unas bebidas propias de las mujeres, encargadas habitualmente de los remedios caseros, donde el café también tenía su rol. Se recomendaba para evitar abortos, la hidropesía y la gota, entre otros. Al ser un artículo de lujo, fue inicialmente considerado una bebida elegante para las familias adineradas. Además, las cafeterías se convirtieron en la competencia de las tabernas, dando los primeros pasos hacia el desarrollo del movimiento de la templanza que promovió la abstinencia total de alcohol.

Fuentes

  • Clery, E. J. (1991). Women, publicity and the coffee‐house myth. Women: a cultural review, 2(2), 168-177.
  • Pincus, S. (1995). " Coffee Politicians Does Create": Coffeehouses and Restoration Political Culture. The Journal of Modern History, 67(4), 807-834.

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