La democracia produjo una precuela de las aventuras de Teseo

Teseo arrojando a Esciro por un acantilado para que se lo coma la tortuga, como este hacía con sus víctimas.
Las secuelas, precuelas e intercuelas son una empresa peligrosa para los clásicos. Cuando la historia original es admirada por generaciones, es un reto mantener el nivel. Sin embargo, este no es un fenómeno exclusivo de la industria cultural actual, sino que los antiguos griegos ya lo hacían, y no eran los únicos.

Un héroe digno de la democracia ateniense

Copa de Duris del 480 a.C. Muestra cuatro hazañas con la muerte del minotauro en el tondo. Procusto está ausente.

Los héroes griegos, sean Heracles, Perseo, Odiseo o Jasón, solían vencer a monstruos y conquistar mujeres. Teseo no era diferente. A pesar de esto, en los albores de la democracia, tras las reformas de Clístenes (570-507 a.C.) de Atenas, se ampliaron los logros de Teseo, su héroe fundador. En el proceso, se le incorporaron hazañas más terrenales en su viaje desde Trecén, su ciudad natal, a Atenas, demostrando que más valía la maña que la fuerza. Estas nuevas aventuras, se desarrolló progresivamente un contraste entre Teseo, un joven civilizado y afeitado de la ciudad y sus rivales, salvajes peludos y desnudos del campo. Además, estas tendrían similitudes con los episodios de Heracles. Por otra parte, la postura de Teseo en ocasiones recordaría a las esculturas de los tiranicidas Harmodio y Aristogitón, manifestándose como un símbolo digno de esta nueva etapa de la polis ática.

Tomando forma

Vaso de Cacrilión.

Baquílides de Ceos nos enumeró sus enfrentamientos en la oda 18 del ditirambo 4, datado en torno al 475 a.C. Comienza con Sinis y le sigue la cerda de Cromión, el temerario Esciro, el luchador Cerción y Procusto, que tenía un poderoso martillo. Esta primera mención escrita ya se visualizaba en los vasos décadas antes. Una quílice de figuras rojas datada en torno al 510 a.C. y firmada por el pintor Escita muestra a Teseo coronado, vistiendo un quitón corto y con una espada en mano tanto frente a una cerda como a un joven desnudo, que puede ser Esciro, al que agarra por el cuello. Como muestra otra copa del pintor Escita, que podría mostrar a Esciro o Procusto, sus rivales comenzarían a mostrar barba, frente al cabello anudado del héroe, pero aún sin rasgos identificativos claros. Este problema también lo tiene su presencia en metopas, donde apenas caben dos personajes y alguna adorno adicional.

Teseo agarrando a Sinis, que sostiene a una roca, para catapultarlo con el árbol.
Un quílice contemporáneo firmado por el alfarero Cacrilión incorpora todas sus proezas, incluyendo el toro de Maratón y el minotauro, pero con rasgos identificativos y con sus enemigos grandes y barbudos. El pintor Elpinico, Sinis se mostraría tan primitivo frente al imberbe Teseo, que lucharía con una roca. La tendencia sería en diferenciarlo en su pelo y su ropa. Teseo estaría peinado, sin barba, con quitón, gorro de viajero, túnica de lana y sandalias. Sus rivales serían peludos, con grandes barbas, situados en la naturaleza y sin ropa, salvo pieles como los que usaban los recogedores de olivas. Sus rivales, especialmente Esciro, tendían a mostrar la cara de frente o girada levemente hacia al espectador, algo que es poco común. En el episodio de la cerda, se añadiría a la anciana Cromión, posteriormente Fea o Faya, posiblemente para contrastar con la juventud del héroe. En los frisos del Hefestión, se mostraría en las poses de los tiranicidas enfrentándose a los centauros y a sus primos, hijos de Palas, el hermano de su padre, el rey Egeo.

Imagen de Heracles

Teseo contra la cerca de Cromión.

Sus enfrentamientos tenían paralelos con los de Heracles, cuya popularidad disminuyó en Atenas al tiempo que crecía la de Teseo. La cerda de Cromión se podría considerar equivalente al jabalí de Erimanto. Heracles aparecía en esta labor acompañado de Atenea y, ocasionalmente, de Hermes. En una copa del 500 a.C., donde se muestran cuatro gestas de Teseo, arrastra por las patas traseras al cerdo, que es macho, y está acompañado por Hermes. Este mismo vaso muestra a Procusto en un lecho de piedra, similar al lecho rocoso sobre el que duerme el gigante Alcioneo en vasos áticos del 520 a.C. Tanto el enorme Procusto como el gigante Alcioneo tienen barba y están desnudos. A pesar de ello, Heracles mata a su rival dormido, mientras Teseo usa su ingenio para aprovecharse de su ingenuidad. El combate de Teseo contra Cerción es similar al de Heracles contra Anteo, como lo muestra Eufronio, levantando en el aire a su oponente. De hecho, el toro de Maratón al que se enfrenta Teseo en Creta es el padre del minotauro, el mismo al que se enfrentó Heracles y llevó a Micenas.

Fuente

  • Neils, J. (1995). Inventing the Other: The Opponents of Theseus. Source: Notes in the History of Art, 15(1), 17-24.

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