La escritura enigmática de los antiguos egipcios

Templo de Esna de Louis Haghe.

Los jeroglíficos pueden parecer un enigma, pero los antiguos egipcios tenían un lenguaje aún más exclusivo. Se trataba de una escritura que no llamaba la atención entre otros jeroglíficos, pero que transmitía un mensaje exclusivo para aquellos con los conocimientos adecuados. Unas veces, estos mensajes podían estar ocultos, pero en otras ocasiones estaban a la vista de todos.

Jean-François Champollion (1790-1832) fue el primero en percatarse de esta escritura enigmática, llamada así por Franz Joseph Lauth (1822-1895) y Charles Wycliffe Goodwin (1817-1878). Étienne Drioton (1889-1961) la consideraría una escritura criptográfica y crearía su campo de estudio en la década de 1930, revivido y revisado por John Darnell y rebautizado personalmente por Ludwig David Morenz como poesía visual. No obstante, no era una escritura secreta o codificada, sino una extensión de la escritura jeroglífica cuya lectura estaba restringida a quienes tenían un conocimiento profundo de estos y sus asociaciones.

Deidad con cuernos de carnero y tres coronas emplumadas, cada una con un disco solar en la base y encima. A su lado, inscripciones jeroglíficas y demóticas.

La escritura enigmática comenzó discretamente junto al uso habitual de jeroglíficos, en el Imperio antiguo, extendiéndose y complicándose en periodos posteriores para llegar a su culmen en el último milenio antes de nuestra era, en los periodos grecorromanos, como demuestra su complejidad en el templo de Jnum en Esna. Su práctica se mantuvo con el último uso de jeroglíficos egipcios, en el pórtico de Adriano en el templo de Isis de File el 24 de agosto del 394 d.C., donde el sacerdote Esmet-Akhom invoca a Mandulis. Usaba significados y pronunciaciones menos comunes de los jeroglíficos o los sustituía por signos alternativos. De esta manera, el jeroglífico mano (𓂧) podía sustituirse por el jeroglífico brazo (𓂝) o viceversa, ya que ambos forman parte de la extremidad superior. También ocurría esta sustitución entre signos de aves, de bocas en distintas posiciones y labios, el ojo y la pupila o aquellas con aspecto similar. Con todo, no siempre era tan sencillo, pues un jeroglífico también podía cambiar el número de consonantes que representaba en base a una serie de reglas, sin alterarse su representación gráfica, o sustituirse el jeroglífico por otro en base al modo de articulación (p.ej. bilabial, representando con la boca-r 𓂋 a la p). A veces, el mensaje podía apoyarse en la pronunciación contemporánea, limitando su lectura incluso en tiempos antiguos. 

Arquitrabes en el gran patio de Ramsés II en el templo de Luxor.

Aunque se desconoce su propósito, se han descifrado gracias a textos conocidos similares en ideas o contenido o por la iconografía que lo acompaña. Su aplicación se extendió en frecuencia y longitud en el Imperio nuevo. Para cada contexto se solía emplear un tipo de mensaje enigmático. Por ejemplo, en los Libros de los muertos solían ser jeroglíficos más comunes y sencillos, mientras en los mensajes decorativos primaba su aspecto, con alabanzas presentadas con series de deidades y otras entidades diferenciadas por los objetos que llevaban. Mediante la lectura de estos mensajes se confirmaba que el lector entendía el concepto transmitido por el escriba.

La ceremonia del pesado del corazón frente a Osiris.

La escritura enigmática estuvo presente tanto en contextos reales como no reales, exhibiendo orgullosamente desde el dominio sobre el lenguaje y sus amplios conocimientos para revelar los misterios de lo desconocido hasta la apoteosis real y la personificación con Tot. En textos funerarios, se asocia con sucesos de transformación, como el renacer solar, el juicio de los muertos o la unión de Ra y Osiris. Este sistema complejo y rebuscado se compara con la literatura de James Joyce, cuyo significado completo es objeto de debate y cuya comprensión requiere amplios conocimientos previos. Con la importancia de la palabra en Egipto, el dominio sobre esta era una muestra eterna de la maestría sobre el poder oculto que mantiene el orden en el mundo.

Fuentes

  • Darnell, J. C. (2020). Ancient Egyptian cryptography: graphic hermeneutics. Enigmatic Writing in the Egyptian New Kingdom I: Revealing, transforming, and display in Egyptian hieroglyphs, ZÄS Beihefte, 12, 7-48.
  • Polis, S. (Ed.). (2023). Guide to the Writing Systems of Ancient Egypt. Institut français d'archéologie orientale.

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