Los acompañantes de la Tierra y la Luna

Estrella de la Muerte sobre la Tierra.

De vez en cuando surge la noticia de que tenemos una segunda luna natural, aunque sea temporalmente. La idea de tener un segundo satélite resulta atractiva, aunque no se vaya a ver en el cielo como nuestra Luna y siga su camino pasado un tiempo, pero los titulares pueden ser engañosos. 

Minilunas

Animación de la órbita de 2006 RH120 en torno a la Tierra.

Estas minilunas, como también se las conoce, son satélites temporales o satélites terrestres naturales (NES). Por lo general, nos acompañan tan poco tiempo que ni completan una órbita. La primera en ser realmente considerada como tal fue 2006 RH120, que estrenó el grupo de asteroides capturados temporalmente (TCA). Se trató de un asteroide de 2-3 metros que orbitó cuatro veces en torno a la Tierra entre julio de 2006 y julio de 2007, volviendo en el 2028. Con este, se clasificaron estos TCA en orbitadores capturados temporalmente (TCO) y vuelos capturados temporalmente (TCF). Solo los primeros lograban completar una revolución en torno a nuestro planeta, aunque su trayectoria suele ser caótica. No obstante, estas no son las únicas opciones. Por ejemplo, el meteorito observado el 13 de enero del 2014 en la República Checa probablemente hubiera tenido una órbita geocéntrica antes de impactar. De ser así, podría haber orbitado con nosotros entre 48 días y 5 años. Es probable que haya muchos más que ni se detecten e impacten.

Estos provienen del grupo de objetos próximos a la Tierra (NEO), pero también pueden proceder excepcionalmente de pequeños materiales expulsados de la Luna por los impactos de meteoritos, que pueden caer en la Tierra, la Luna o acabar en el grupo NEO. Existe una remota posibilidad de un TCA se mantenga acompañándonos relativamente cerca en nuestro viaje durante muchos años, pero la Luna impediría que fuera permanente.

La gran procesión de meteoros de 1913, de Gustav Hahn. Hay casas de dos plantas con tejado y una calle que va al fondo. En el cielo se ven tres grupos de meteoros. El primero tiene 5, el segundo 3 y el tercero 4. Vuelan paralelos al suelo hacia donde se sitúa la constelación de Orión.

Una característica clave de estos objetos su conexión gravitacional al sistema Tierra-Luna y su posición a menos de 3 radios de Hill (1). Durante décadas, estas minilunas se creyeron imposibles o improbables en nuestro sistema y se estudiaban en otros planetas, especialmente Júpiter. Permanecieron ignoradas porque eran demasiado pequeñas, rápidas o tenues. Era como buscar una aguja en un pajar colosal, con poca luz y donde la aguja puede cambiar de posición y desaparecer rápidamente. Aunque la tecnología mejora constantemente, la suerte ha sido el principal factor para encontrarlos pero esto no quiere decir que cuando no sabíamos de su existencia no estuvieran allí.

El 9 de febrero de 1913 se vio una lluvia de meteoros en toda América y en el mar, pero eran inusuales. Las lluvias de estrellas suelen tener una radiante que les da nombre, una procedencia de la que aparentemente surgen, como las Perseidas y la constelación de Perseo. Es similar al punto de fuga en el dibujo. Estos no tenían una radiante, viajando lentamente y en grupo durante más de 3 minutos, haciéndose notar con un estruendo y haciendo temblar a las casas. Entonces, basándose en las observaciones de testigos, se calculó que tenían una velocidad de 8-16 km/s. Los estudios contemporáneos concluyeron que debían ser satélites, aunque temporales, que fueron capturados por la Tierra y habrían viajado en órbitas concéntricas o casi concéntricas a la superficie terrestre.

No todos son minilunas


Los llamados cuasi-satélites no están ligados gravitacionalmente al sistema Tierra-Luna, sino que tienen una órbita heliocéntrica, es decir, en torno al Sol pero que, desde la perspectiva terrestre, parece que nos acompañan durante parte de la traslación terrestre. También son asteroides del grupo de objetos próximos a la Tierra (NEO), pero mantienen su relación con nuestro planeta durante más tiempo, seguramente sean más y pueden ser de mayor tamaño. Por otra parte, conviene recordar que no todos los objetos que actúen como minilunas son naturales.

Nota

  1. La esfera de Hill es la zona donde la influencia gravitacional de un cuerpo predomina sobre la de otros. El radio de Hill de la Tierra es de 1,5 millones de km.

Fuentes

  • Urrutxua, H., & Bombardelli, C. (2017). A look at the capture mechanisms of the “temporarily captured asteroids” of the earth,”. In 26th International Symposium on Space Flight Dynamics, number ISSFD-2017-074 (Matsuyama) (pp. 1-7).
  • Fedorets, G., Granvik, M., & Jedicke, R. (2017). Orbit and size distributions for asteroids temporarily captured by the Earth-Moon system. Icarus, 285, 83-94.
  • Jedicke, R., Bolin, B. T., Bottke, W. F., Chyba, M., Fedorets, G., Granvik, M., ... & Urrutxua, H. (2018). Earth's Minimoons: Opportunities for science and technology. Frontiers in Astronomy and Space Sciences, 5, 13.

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