¿Cómo pueden los búhos girar completamente la cabeza y no morir en el intento?
Si alguna vez has intentado imitar a la niña del exorcista, posiblemente hayas acabado retorciéndote patéticamente sobre ti mismo. Y si lo has conseguido, posiblemente estés muerto al destrozarte las arterias que van a la cabeza. Sin embargo, como si estuvieran poseídos por el mismísimo demonio, los búhos pueden girar la cabeza en una amplitud de 270º.
Usando angiografías y tomografías computarizadas en cadáveres de búhos, e imitando el flujo sanguíneo, se estudió las arterias que van desde el cuello a la base del cráneo. Entonces descubrieron que, a diferencia de lo que pasa en los humanos, los vasos se hinchaban conforme se introducía contraste.
Los investigadores supusieron que estos depósitos de sangre permiten a los búhos realizar rotaciones de gran amplitud, minimizando la interrupción del flujo. Otra diferencia respecto a nosotros son los forámenes transversos de las vértebras cervicales (los orificios laterales por donde pasan las arterias vertebrales). En este caso, su diámetro era 10 veces mayor que la arteria que contenía. Esto permite que las arterias vertebrales se muevan cuando el búho gira la cabeza.
Además, a diferencia que en otras aves, la arteria vertebral en vez de entrar en la 12ª vértebra cervical, lo hace en la 14ª. También tienen una pequeña anastomosis entre las arterias vertebrales y carótidas que permiten que se intercambie la sangre entre ambos pares de vasos. Esto permite un flujo ininterrumpido de sangre al cerebro, incluso cuando la ruta está bloqueada por una rotación cervical extrema. En los humanos, el equivalente sería el polígono de Willis.
Usando angiografías y tomografías computarizadas en cadáveres de búhos, e imitando el flujo sanguíneo, se estudió las arterias que van desde el cuello a la base del cráneo. Entonces descubrieron que, a diferencia de lo que pasa en los humanos, los vasos se hinchaban conforme se introducía contraste.
Haz clic para agrandar la imagen |
Los investigadores supusieron que estos depósitos de sangre permiten a los búhos realizar rotaciones de gran amplitud, minimizando la interrupción del flujo. Otra diferencia respecto a nosotros son los forámenes transversos de las vértebras cervicales (los orificios laterales por donde pasan las arterias vertebrales). En este caso, su diámetro era 10 veces mayor que la arteria que contenía. Esto permite que las arterias vertebrales se muevan cuando el búho gira la cabeza.
Además, a diferencia que en otras aves, la arteria vertebral en vez de entrar en la 12ª vértebra cervical, lo hace en la 14ª. También tienen una pequeña anastomosis entre las arterias vertebrales y carótidas que permiten que se intercambie la sangre entre ambos pares de vasos. Esto permite un flujo ininterrumpido de sangre al cerebro, incluso cuando la ruta está bloqueada por una rotación cervical extrema. En los humanos, el equivalente sería el polígono de Willis.
Fuentes
- National Science Foundation - Adaptations of the Owl's Cervical & Cephalic Arteries in Relation to Extreme Neck Rotation
- Credit: Fabian de Kok-Mercado, Michael Habib, Tim Phelps, Lydia Gregg, and Philippe Gailloud, Johns Hopkins University School of Medicine, Department of Art as Applied to Medicin
- Io9