Animales prehistóricos raros y maravillosos

Por una parte, cuando vemos un animal prehistórico es normal pensar que son raros, puesto que no habitamos con ellos y su imagen nos resulta extraña. Pero hay criaturas cuya apariencia rompe con todos los esquemas de lo que se podría considerar normal. Se podría llegar a pensar que el encargado de representarlo, o no tenía las ideas muy claras o demostraba un exceso de imaginación.

Esta entrada recopila una serie de criaturas tan extrañas, que parecen que están mal hechas.

Platybelodon

Su apariencia hace pensar que son el primo tonto de los elefantes
Hay ciertas especies prehistóricas que, sin ser ningún experto, todo el mundo conoce, aunque en un momento dado no sepa su nombre: el mamut lanudo, el dimetrodon, pteranodon, algunos plesiosaurios o muchos dinosaurios. Si decimos que el Platybelodon es un pariente de los elefantes, lo primero que pensaremos será en su larga trompa y sus colmillos.

Ese sería nuestro gran error. Aunque tenía trompa, no se parecía nada a la de los elefantes actuales. Lo que caracterizaba al Platybelodon era una mandíbula inferior en forma de pala que usaba para cortar las plantas que agarraba con su trompa. Este gigante de 6 metros de longitud vivió a finales del Mioceno hace 15 millones de años.

Prolibytherium

Siempre se habla de los parientes de los elefantes, pero no de las jirafas. Parece como si hubieran surgido espontáneamente a pesar de que, al menos desde la época de Lamarck, se han usado para explicar la evolución. El Prolibytherium está relacionado tanto con las jirafas como con el okapi. Como estos, poseía unas protuberancias en la cabeza, llamadas ossicones, pero con un tamaño mucho mayor. Presentaban un evidente dimorfismo sexual visible en la imagen superior.

Al igual que el Platybelodon, vivió durante el Mioceno, aunque con 1,8 metros, su altura distaba bastante de las actuales jirafas.

Helicoprion

Distintos modelos de Helicoprion y el definitivo
Se trata de un género similar a los tiburones que vivió durante el Carbonífero, hace 280 millones de años, y que sobrevivió hasta el Triásico, cuando los dinosaurios más primitivos poblaban la Tierra. Aunque la mandíbula espiral ha sido una constante en sus representaciones, en un principio, la situaban en la mandíbula superior. Nadie había encontrado una mandíbula superior, por lo que supusieron que esta espiral de dientes se situaba aquí, a pesar de que los descubrimientos previos indicaban que encajaba perfectamente en la mandíbula inferior. Y esta era solo una de las hipótesis, puesto que otros ni siquiera situaban esa estructura en la boca del animal.

Hoy en día se ha llegado a la conclusión de que el Helicoprion no tenía dientes en la mandíbula superior, ya que de hacerlo, desmenuzaría sus presas (cefalópodos y pequeños peces). Al cerrar la boca, la dentadura serrada se desplazaría hacia atrás, cortando a la presa y arrastrándola hacia el interior de su cavidad oral.

Stethacanthus

Otro pariente del escualo, pero mucho más antiguo que el anterior, datándose a comienzos del Carbonífero, en torno a 350 millones de años. No poseía un tamaño imponente, ya que rondaba los 70 centímetros. Lo que lo incluye en esta lista es su aleta dorsal con forma de yunque. Sobre esta aleta y su cabeza tenía pequeños espículos, y largas extensiones en cuatro de sus aletas. Se cree que no se caracterizaba por su velocidad y que habitaba los fondos marinos.

Sharovipteryx

La variedad de animales que planean es muy variado: ardillas, serpientes, lagartos, etc. Aunque sea un detalle curioso, no parece tan sorprendente. Pero lo es cuando una criatura planea con la membrana de los miembros traseros. Imaginarse la posición de planeo, desde el punto de vista de un ser humano, resulta incómodo y ridículo. Según indican, el tener alas solo en esta posición y no en los miembros delanteros habría complicado la maniobra. El Sharovipteryx habría habitado el planeta de mediados a finales del Triásico, hace 225 millones de años y medía tan solo de 6 a 10 centímetros.

Pristerognathus

En las praderas del periodo Pérmico, hace 250 millones de años, vivía un reptil, pariente lejano de los mamíferos, con un gran cráneo y unas poderosas mandíbulas. El cráneo de este carnívoro medía 25 centímetros, siendo el tamaño completo del animal de metro y medio.

Myllokunmingia

Aunque es una denominación polémica, se le considera un vertebrado. De ser así, el haber vivido en el Cámbrico inferior, hace 524 millones de años, le convertiría en el primer vertebrado. Su tamaño no superaba los 28 mm de longitud y 6 mm de altura. Era similar a los mixinos y su estructura esquelética cartilaginosa se asemeja a la de las lampreas.

Longisquama

Esta especie también arrastró cierta polémica. De él destacan los apéndices de su espalda que, según algunos autores, le habrían permitido planear. Estas estructuras no solo eran muy distintas de las plumas, sino que incluso se afirma que no son más que helechos que se preservaron junto con el animal, idea que ha sido rechazada por otros expertos. Este rasgo ha dificultado su clasificación.

Esta especie aparece en la película del año 2000, Dinosaurio, hecho que no habría sido posible dado que vivieron durante el Triásico, hace 210 millones de años, y la película se sitúa al final del Cretático, hace 65 millones de años.

Nyctosaurus

Al Nyctosaurus le pasa como al Stethacanthus, quien tiene un detalle que sobresale sobre los demás. En este caso, lo que más llama la atención es su gran cresta en forma de asta. Se ha postulado, aunque sin pruebas sólidas que lo apoyen, que soportaba una membrana de piel que servía como una vela para facilitar el vuelo. Sin embargo, los estudios no han aportado datos que corroboren su existencia. Además, incluso sin vela, esta gran cresta no habría impedido el vuelo.

No se trataba de una especie de gran tamaño, ya que su envergadura llegaba a los dos metros y no superaba los 2 kg de peso. Surcó los cielos durante el Cretácico, hace 83-72 millones de años.

Odontochelys.


Al igual que los elefantes no siempre tuvieron trompa, las tortugas no siempre tuvieron un caparazón externo. A diferencia de las tortugas modernas, no tenían un pico sin dientes. Su nombre completo, Odontochelys semitestacea, deja bastante claro estas diferencias puesto que significa: tortuga dentada con medio caparazón, puesto que solo cubre la zona inferior del abdomen.

Edestus

Especie similar al Helicoprion que vivió en la misma etapa. Compartía su método de caza, desgarrando y desangrando a la presa  para después devorarla. Con 6 metros, tenía el tamaño de un tiburón blanco. Se cree que los dientes y las encías le crecían en la zona posterior de la boca y desplazándose hacia delante hasta sobresalir de ella. Estos dientes crecían en fila, dándole a esta criatura una mandíbula similar a dos sierras enfrentadas. Además, a diferencia de los tiburones actuales, los dientes no se le caían, por lo que en primera posición estaban siempre los más antiguos y desgastados.

Epidendrosaurus

Representación sin plumas en las alas
Este pequeño dinosaurio se diferencia de otros porque el tercer dedo de sus miembros superiores es extremadamente largo. Además, es posible que tuviera alas. Debido a que el único especimen encontrado es un individuo juvenil, no se puede determinar su tamaño como adulto. Tampoco se puede determinar con exactitud la época de la que procede, aunque se estima que estaría entre el Jurásico superior e inicios del Cretácico. 

Sus brazos largos determinan que estaría más habituado a escalar que a volar o planear. El hallux (primer dedo del pie) se situaba hacia atrás, lo que le facilitaría escalar. Esta morfología es la que determina que vivía en los árboles y trepaba con los cuatro miembros.

Gigantopiteco

Hasta ahora nos hemos remontado a especies de hace cientos de millones de años. El gigantopiteco es un género de primates que convivió con el Homo erectus hace entre un millón y 100.000 años. Sus parientes más cercanos eran los orangutanes. Alcanzaban los 3 metros de altura. Por lo general, se cree que era cuadrúpedo y tenía una dieta herbívora.

Diania

Cuanto más nos alejamos de la época actual, más apariencia de extraterrestres tienen las criaturas que vivieron en la Tierra. Este animal vivió en el Cámbrico, hace 520 millones de años. Se trataba de una criatura con forma de gusano de patas articuladas, rasgo que no era común en la época. Debido a su cuerpo cubierto de espinas, lo llaman el "cactus andante". Posee un exoesqueleto rígido no presente en otros miembros de su taxón. Medía 6 centímetros, el doble que la criatura que viene a continuación.

Hallucigenia

Perteneciente al taxón Lobopodia, el mismo que Diania. Ninguna lista de animales prehistóricos extraños estaría completa sin esta criatura. Es tan raro que los paleontólogos lo llamaron "Alucinación". Durante mucho tiempo, no se supo a que grupo pertenecía. Tampoco se imaginaban cómo se desplazaba. Llegaban al punto de no saber ni dónde tenía la cabeza, considerar patas a las púas y tentáculos a las patas. Resultó que tenían que dar la vuelta a todas las suposiciones iniciales.

Hoy en día se considera que pertenece a los onicóforos. El animal no caminaba sobre sus púas, como se pensó al principio. Hubiera sido complicado puesto que no estaban articuladas. Su extremo cefálico era la zona más redondeada, mientras que la caudal, era el extremo curvado hacia arriba.

Deinotherium

El cruce de los elefantes y Jay Leno
Otro protoelefante. Su trompa no era muy larga y sus colmillos, que salían de la mandíbula inferior, estaban curvados hacia abajo. Con hasta 4,5 metros de altura, fue una de las criaturas terrestres más grandes de su época, por detrás del Paraceratherium. Si lo comparamos con el mayor elefante conocido, sería un metro y medio mayor. Vivió desde mediados del Mioceno a principios del Pleistoceno.

Herpetogaster

Imagínate un gran estómago con un tallo que lo une al suelo y dos estructuras ramificadas que salían del segmento superior: eso es el Herpetogaster. Vivió en el Cámbrico medio hace 505 millones de años. Sus ramificaciones estaban situadas junto a la boca. Su desarrollo embrionario corresponde al del superfilo de los deuteróstomos, en el que primero se forma el ano y luego la boca (tú también lo eres, a menos que no seas humano y seas, por ejemplo, un calamar).

Atopodentatus unicus

Se trata de un reptil de 3 metros de largo que vivió en el Triásico medio, hace 247 a 242 millones de años. Se le atribuyen hábitos semiacuáticos. Se creyó inicialmente que su mandíbula superior tenía una abertura vertical con dientes distribuidos en forma de cremallera y fusionados con los bordes óseos, con la mandíbula inferior con forma de pala y curvada hacia abajo, como el pico de un flamenco. Sin embargo, se trataba de un fósil dañado. Realmente ambas mandíbulas tenían forma de pala. Se cree que se alimentaba de pequeños invertebrados del fondo marino por filtración.

Pterodaustro

Este pterosaurio del Cretácico inferior, hace 105 millones de años, tenía medio millar de finos dientes con los que filtraba el agua para capturar criaturas acuáticas. Al principio se creían que estos no eran dientes, pero posteriormente se vio que contaban con dentina, esmalte dental y pulpa dentaria. A pesar de su dureza, pudieron ser muy flexibles, pudiendo doblarse posiblemente hasta los 45º.

Odobenocetops

A primera vista parece una morsa con un solo colmillo, pero no sería tan raro si no fuera un cetáceo. De morsa solo tiene la cara. Estaba relacionado con los narvales y, como la beluga, podía doblar el cuello. Su ancho hocico sugiere que se alimentaba del fondo marino y, a pesar de lo que se ve en la imagen, tenía dos colmillos, aunque el derecho era más largo: un metro frente a los 30 cm del izquierdo. Los fósiles indican que pudieron ser víctimas de Megalodontes jóvenes.

Diceratosaurus

Los anfibios, esos grandes olvidados. Son eclipsados por los dinosaurios y los grandes mamíferos. El Diceratosaurus era una pequeña criatura del Carbonífero. No posee ningún rasgo que llame la atención a primera vista, pero lo menciono simplemente porque la poca información que hay sobre él ya lo hace raro.

Mononykus

El Tyrannosaurus Rex es el centro de las burlas por tener los brazos cortos cuando hasta el Carnotaurus los tenía más pequeños. El peso de la fama. Pero el Mononykus los superaba a ambos. Este dinosaurio del Cretácico, hace más de 71 millones de años, tenía dos cortos brazos con un solo dedo y terminados en garra. Un estudio del rango de movimiento de sus miembros superiores indicó que posiblemente lo usara para excavar en los nidos de los insectos de los que se alimentaba.
Su tamaño de por sí tampoco era muy grande, ya que medía un metro de largo. Convivió con otros dinosaurios más famosos como el Velociraptor y el Protoceratops.

Gigantspinosaurus

No, no se trata de la versión colosal del Spinosaurus. Es un dinosaurio de finales del Jurásico relacionado con el Stegosaurus, aunque con placas dorsales más pequeñas. Sobre los hombros tenía una gran espina que podría haber usado a modo de defensa, aunque su disposición se desconoce. No se tiene claro si estaría orientada hacia atrás o hacia delante. No es el único con esta característica. El Kentrosaurus, otro miembro de la misma familia, también poseía espinas en sus hombros además de en los laterales de la cola.

Odontogriphus

Volvemos al fondo marino del Paleozoico de la "mano" del Odontogriphus. Su apariencia es digna de una película de terror. Tenía una forma plana con una boca circular con varias filas de dientes. Tenía una pequeña hilera de patas con las que se desplazaba.

Synthetoceras

Era un artiodáctilo, como las vacas, los antílopes o las jirafas, que vivió en el Mioceno, hace 13 a 5 millones de años. Era el mayor de su familia y los machos tenían un gran cuerno sobre su hocico en forma de Y que posiblemente usaba para competir con otros machos.
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2 Comments
  • Ramon
    Ramon 19 de marzo de 2015, 13:09

    Interesantísimo, como siempre :-)

  • TDI
    TDI 24 de marzo de 2015, 14:16

    Gracias. Si no lo has visto, te recomiendo echar un vistazo a las entradas de "Errores del mesozoico" y a las "Las 20 criaturas prehistóricas más grandes".

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