Una cascada congelada en el tiempo

No es una fotografía de larga exposición
De lejos, Hierve el agua parece una cascada rebosante de agua, pero conforme nos acercamos nos percibimos que el flujo es invariable. Con la distancia adecuada, nos damos cuenta que por Hierve el agua hace tiempo que no corre precisamente eso: agua.

La cascada está petrificada, dando la impresión que el paso del tiempo es indiferente para ella. En vez de agua, la cascada está formada por estalactitas de carbonato cálcico. Su formación viene a ser la misma que las estalactitas de las cuevas: el goteo incesante de agua carbonatada durante miles de años. El carbonato cálcico les da el color blanco, mientras que otros componentes, como el hierro y el bario, influyen las tonalidades de cada estalactitas.

El origen del agua que da sentido al nombre Hierve el agua proviene del manantial que está sobre la cascada que se encuentra a unos 22-25º y que burbujea por las corrientes subterráneas. Allí se encuentra un yacimiento arqueológico zapoteca consistentes en terrazas y sistemas de irrigación únicos en México y donde se desarrolló la agricultura intensiva.

Se sitúan a 50 metros de altura sobre el valle. Poco a poco la distancia se irá reduciendo, pero de momento, las dos cascadas que la forman miden 12 y 30 metros.

Puede que hace años te llegara al correo electrónico un lugar similar, al que llamaban "castillo de algodón" o Pamukkale en Turquía. No hay que confundirlo con Hierve el agua. Ambas son únicas en el mundo.

Si lo que buscabas era un río que realmente hirviese, te recomiendo leer sobre Shanay-timpishka.

Fuente: Kuriositas, Wikipedia, La región

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