Qué hacer cuando no tienes cuerno de unicornio para tratar a un paciente
En la medicina, no se debe despreciar el valor de un inventario completo. Uno de los elementos más valiosos de las antiguas terapias era el cuerno de unicornio, que recibe el nombre de alicornio. Se consideraba que poseía cualidades extraordinarias, destacando su función como antídoto. Tal era su importancia que incluso el trono de Dinamarca está fabricado de este material.
Por razones obvias, los cuernos de unicornio no eran un material fácil de encontrar, aunque había quienes encontraran la oportunidad para vender cuernos de pega por un suculento precio. Su valor era exorbitado. La reina Isabel I de Inglaterra llegó a pagar 10000 libras por uno, recibiendo un segundo ejemplar de Martin Frobisher tras su expedición al ártico en 1577.
Si descubrías que tu suministro de cuernos de unicornio se había agotado, John Woodall te decía lo que debías hacer en su The Surgeon’s Mate (El compañero del cirujano, 1617 y reimpreso en 1635 y 1655).
John Woodall fue un cirujano que administró los cofres médicos de los barcos al servicio de la Compañía de las Indias Orientales, el ejército y la marina. Además, era el cirujano general de la Compañía de las Indias Orientales en el Hospital de San Bartolomé en Smithfield, Londres, y maestro de la Compañía de Cirujanos-barberos. Es conocido por recomendar, en el libro antes mencionado, el consumo de cítricos contra el escorbuto.
En la entrada Cornu cervi o "Cuerno de Hart", en la sección "De las virtudes y usos de diversas aguas cordiales" del libro mencionado, Woodall menciona que el cuerno de Hart, es decir, de ciervo común, puede usarse en lugar del de unicornio. Este sería útil contra venenos, obstrucciones abiertas, cólicos, mata gusanos en el cuerpo, alivia dolores urinarios, etc.
El uso intercambiable del asta de ciervo y el cuerno de unicornio no es exclusiva de esta obra. Por ejemplo, en Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres (1922), Aurelio de Llano Roza de Ampudia habla de como se usaba un disco de asta de ciervo al que se llamaba alicornio para librarse del mal de ojo causado por las bruxes asturianas.
Fuente: The surgion's mate de John Woodall, History mash, A Walk in the Animal Kingdom: Essays on Animals Wild and Tame, Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres de Aurelio de Llano Roza de Ampudia
Por razones obvias, los cuernos de unicornio no eran un material fácil de encontrar, aunque había quienes encontraran la oportunidad para vender cuernos de pega por un suculento precio. Su valor era exorbitado. La reina Isabel I de Inglaterra llegó a pagar 10000 libras por uno, recibiendo un segundo ejemplar de Martin Frobisher tras su expedición al ártico en 1577.
Si descubrías que tu suministro de cuernos de unicornio se había agotado, John Woodall te decía lo que debías hacer en su The Surgeon’s Mate (El compañero del cirujano, 1617 y reimpreso en 1635 y 1655).
John Woodall |
En la entrada Cornu cervi o "Cuerno de Hart", en la sección "De las virtudes y usos de diversas aguas cordiales" del libro mencionado, Woodall menciona que el cuerno de Hart, es decir, de ciervo común, puede usarse en lugar del de unicornio. Este sería útil contra venenos, obstrucciones abiertas, cólicos, mata gusanos en el cuerpo, alivia dolores urinarios, etc.
El uso intercambiable del asta de ciervo y el cuerno de unicornio no es exclusiva de esta obra. Por ejemplo, en Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres (1922), Aurelio de Llano Roza de Ampudia habla de como se usaba un disco de asta de ciervo al que se llamaba alicornio para librarse del mal de ojo causado por las bruxes asturianas.
Fuente: The surgion's mate de John Woodall, History mash, A Walk in the Animal Kingdom: Essays on Animals Wild and Tame, Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres de Aurelio de Llano Roza de Ampudia