Armas de materiales exóticos
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Para empezar, los mexicas, popularmente conocidos como aztecas, son una excepción a la norma presentada en el párrafo anterior. Usaron la obsidiana o vidrio volcánico como filo de sus espadas, formando una fila dentada o contínua en los bordes. Este mineraloide, cuando se talla adecuadamente, puede ser más afilado que un bisturí de acero, aunque sea más frágil. Las espadas (aunque también se las podría considerar mazas de madera con filo) recibieron el nombre de macuahuilt. Los españoles se sorprendieron de las proezas de sus usuarios, que podían matar a un caballo de un golpe. No obstante, no se trata de un arma imparable, dado que la fragilidad del filo y el peso de la estructura de madera agravarían las consecuencias de un uso descuidado.
Con una estructura similar, algunas culturas polinesias usaron espadas/garrotes con dientes de tiburón incrustados en su filo. Había armas de distintos tamaños, como el leiomano de las dimensiones de una paleta de tenis de mesa. Los dientes estaban agujereados y cosidos en la estructura principal. También usaban dagas creadas con el pico de peces espada.
Los maoríes también usaban armas de pounamu, un tipo de piedra verde que puede ser tanto jade, como bowenita o serpentinita. El mere está fabricado de este material, siendo un tipo de arma corta de hoja ancha con forma de lágrima y que fue considerado, erróneamente, por los primeros visitantes de Nueva Zelanda como un garrote. En China se conocen hojas de jade datadas desde el 1600 a.C. en adelante. En Europa se han encontrado hachas de jadeita, aunque probablemente tenían un uso estrictamente ceremonial.
Por último, aunque no haya tenido un uso en ningún conflicto importante, se podrían incluir los cuchillos cerámicos que, a pesar de utilizarse exclusivamente en la cocina, pueden usarse igualmente para agredir.
Fuente/s: Albion Fire & Ice