Las serpientes más venenosas del mundo

Si las serpientes tuvieran sus propias olimpiadas, una de las categorías sería el veneno más letal. Al fin y al cabo, aunque no todas sean venenosas, es su recurso más característico. Sin embargo, los venenos son tan variables como los propios ofidios. Sus métodos de acción son distintos, así como la dosis y el medio de administración. Además, no todas las serpientes son igual de proclives a usarlo ni todas las mordeduras acaban envenenando. No se podrían comparar justamente diferentes venenos cuando sus características son tan dispares.
Enhydrina schistosa
En esta competición ficticia hay participantes que reciben más crédito del que merecen o incluso que se confunden con otros. La serpiente marina de Belcher (Hydrophis belcheri) suele ser conocida como la serpiente más venenosa del mundo. Una rápida búsqueda confirma la popularidad del dato. Esto se debe al libro Snakes in Question: The Smithsonian Answer Book (1996) de Carl Ernst y George R. Zug. Aquí no solo se confunde la H. belcheri con la serpiente marina de pico (Enhydrina schistosa), sino que se agrupan todos los resultados de toxicidad de las serpientes sin importar cómo se probaron, es decir, subcutáneo, intramuscular, intravenoso o intraperitoneal. Ni siquiera son las serpientes marinas más venenosas, ya que este puesto le corresponde a la serpiente marina de Dubois (Aipysurus duboisii), con una dosis letal media (DL50) de 0,044 mg/kg.
Oxyuranus microlepidotus
En cuestión de picaduras, las más comunes son las subcutáneas. Solo especímenes grandes de víboras Bitis o Bothrops o serpientes de cáscabel (Crotalus) podrían considerarse intramusculares. Las picaduras intravenosas también son bastante infrecuentes. Teniendo esto en cuenta, la serpiente más venenosa según las pruebas de DL50 es la taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus), ya que sus valores en inyecciones subcutáneas de veneno seco en un medio salino son de 0,044 mg/kg y 0,025 mg/kg en albúmina de suero bovino (el valor más similar con las mordeduras reales). La dosis media por mordedura es de 44 mg, con un máximo de 110 mg. Su veneno contiene neurotoxinas como la parodoxina, procoagulantes, miotoxinas, hialuronidasa para aumentar la absorción del veneno y posiblemente hemorraginas y nefrotoxinas. La letalidad en aquellos no tratados es mayor al 80%. Las causas de muerte suelen ser la parálisis, por fallo respiratorio o pneumonía; coagulopatías como la hemorragia cerebral o fallo renal (el fallo renal también puede ser secundario a complicaciones por infecciones); anafilaxis, si se ha sobrevivido previamente a este veneno, o complicaciones cardiacas.

Ese sería el veneno más potente, el que podría matarte con una dosis menor. No obstante, la taipán de interior es una serpiente dócil y tímida. Su "prima", el taipán de la costa (Oxyuranus scutellatus), aunque suele huir de las amenazas, cuando ataca lo hace repetidas veces. Antes de hacerlo, se queda paralizada para luego saltar. Una vez que ha administrado su veneno, se libera de su objetivo para evitar que la dañen cuando se defiendan. Entonces tan solo tiene que esperar a que mueran. La DL50 del veneno oscila entre 0,106 mg/kg y 0,12 mg/kg, con una dosis de 120 mg por mordisco hasta un máximo de 400 mg. La taicotoxina de su veneno es una neurotoxina que afecta al sistema nervioso y a la coagulación sanguínea, produciendo mareos, cefalea, vómitos, hemorragias internas, miolisis (destrucción muscular) y fallo renal. En los casos más graves, la muerte llega a los 30 minutos, aunque la media es de 2 horas y media. Si no se trata con un antídoto, siempre es letal. Además, incluso con este, no revierte los daños producidos. El único superviviente conocido, que recibió cuidados pero no antídoto, fue George Rosendale, un aborigen Guugu Yimithirr, en 1949. Según se cuenta, las enfermeras le mostraron luego sus muestras de sangre que estaban totalmente negras.
E: Hydrophis melanosoma
Como mencionaba antes, sería injusto comparar a todas las serpientes sin tener en cuenta sus características. Eso es lo que llevó al error en el libro Snakes in Question. Estas serpientes australianas son las ganadoras en cuanto a los venenos y mordeduras más letales, pero sus pruebas se han realizado subcutáneamente. Si se tienen en cuenta las mordeduras intramusculares, la más venenosa es la serpiente marina Hydrophis melanosoma con una DL50 de 0,082 mg/kg. Subcutáneamente, este valor aumenta a 0,111 mg/kg (los valores más pequeños son más letales).
Mamba negra
Pero no nos engañemos. La potencia del veneno no lo es todo. Aunque el taipán de la costa sea feroz cuando se ve arrinconado y su veneno esté en los primeros puestos en cuanto a potencia, hay otros atributos que vuelven a una serpiente igual o más peligrosa. La mamba negra africana (Dendroaspis polylepis) alcanza los 16-20 km/h y es capaz de alzarse 1,2 metros, siseando, imitando la "capucha" de las cobras y enseñando su boca negra. Cuando ataca, lo hace varias veces (hasta 12 veces seguidas) al cuerpo o la cabeza con gran precisión, inyectando siempre su veneno. Muestra gran tenacidad durante la etapa de apareamiento o cuando defiende su territorio. Por si fuera poco, sus colmillos de entre 13,1-22 mm están en la zona más anterior de su mandíbula y están adaptados para inyectar eficientemente su veneno.


Su DL50 subcutánea es de 0,32-0,28 mg/kg, su DL50 intravenoso de 0,25-0,011 mg/kg y de 0,3 mg/kg de promedio de forma intraperitoneal. En cada mordedura proporciona 120 mg, aunque puede llegar a los 400 mg. El bajo peso molecular de su veneno y las hialuronidasas permiten que se extienda rápidamente por el tejido, siendo el que actúa más rápido en comparación con las demás serpientes. El péptido natriurético dendroaspis (DNP) dilata los vasos sanguíneos y acelera la distribución del veneno, aumentando la permeabilidad tisular. Los síntomas neurológicos, respiratorios y cardiovasculares comienzan a los 10 minutos. La muerte suele ocurrir por la parálisis de los músculos respiratorios. Estas características no solo convierten a su veneno en uno de los más letales, sino en el que mata más rápido en comparación con las demás serpientes. Unido a su comportamiento amenazante, la convierte posiblemente en la serpiente más peligrosa de la Tierra.

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