¿Cómo se explica que Jesucristo sea hijo de la virgen María sin intervención masculina?

En la religión cristiana se acepta con normalidad que Jesús es hijo de la virgen María. Si lo acepta su esposo a pesar de que tres hombres aparezcan sospechosamente de la nada a entregarle regalos, ¿con qué derecho vamos a criticarle el resto? El problema radica más allá de su virginidad o, más bien, derivada de esta. Ya no es solo que no tuviera una concepción sin gameto masculino sino que, si Jesús era realmente un hombre, ¿de dónde obtuvo el cromosoma Y? Para ello debemos repasar las posibilidades.
Como vemos en Lucas 1:26-35, María afirma que no conoce varón, pero el ángel Gabriel le asegura que tendrá un hijo:
Y al sexto mes, el ángel Gabriel fué enviado de Dios á una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David: y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel á donde estaba, dijo, ­Salve, muy favorecida! el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vió, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación fuese ésta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre JESUS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y le dará el Señor Dios el trono de David su padre: Y reinará en la casa de Jacob por siempre; y de su reino no habrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón. Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Lucas 1:26-35 (RVA)
Esto sirve para remarcar que ya en la Biblia subraya que no hubo intervención masculina. No es una invención posterior.
Una posibilidad que ocurre en 4 de cada 100 000 hombres es la presencia de dos cromosomas X, pero ningún cromosoma Y, llamado síndrome De la Chapelle o síndrome XX. En 9 de cada 10 individuos ocurre por un entrecruzamiento cromosómico desigual de los cromosomas X e Y durante la meiosis en el padre. Esto provoca que el gen de determinación sexual que promueve la formación de los testículos esté en el cromosoma X en vez de en el Y. Esto proporciona tres resultados posibles:
  • Hombres con genitales internos y externos normales
  • Hombres con ambigüedades externas
  • Hombres con ambigüedades internas y externas

Las ambigüedades externas pueden consistir, entre otras, en clitomegalia, micropene o hipospadias. La talla y el peso suele ser menor, al igual que el tamaño de sus testículos, que también pueden estar mal descendidos. Además, suelen ser estériles, tener menos vello y libido. En términos generales, tienden a tener rasgos más femeninos.

Como decía, 9 de cada 10 presentan este síndrome por la presencia del gen de determinación sexual (SRY) en el cromosoma X. En el resto la causa es desconocida, sugiriéndose mutaciones en el gen SOX9, el gen DAX1, SF1 o WNT4. Si su concepción no implicara ninguna participación masculina, esta sería la opción más probable ya que esos genes no están en el cromosoma Y, a menos que de alguna manera María tuviera el gen SRY de su padre y no se hubiera manifestado hasta llegar a su hijo. En cualquiera de los casos, al provenir de una reproducción asexual, Jesús sería un clon masculino de su madre. 

Una posibilidad de considerarse la partenogénesis
Aquí es cuando las cosas se ponen interesantes. Normalmente se asume que Jesús y su madre eran humanos, pero no tendría que ser así. Mediante la partenogénesis, la virgen María podría tener descendencia por sí sola, como los gusanos planos, rotíferos, tardígrados, crustáceos, insectos, anfibios, reptiles y algunos peces y aves. Dado que no se conocen casos de partenogénesis en mamíferos producida de manera natural, es más probable que simplemente no lo fueran. Esto revolucionaría nuestra concepción de Cristo, ya que podría haber sido un reptil, crustáceo o a cualquiera de los grupos de seres vivos mencionados en vez de ser el típico palestino blanco de ojos azules.

Si su nacimiento hubiera sido por partenogénesis, podría limitarse el número de especies al que pertenecen el Mesías y su madre. Si realmente era de sexo masculino, sin complicarnos con las múltiples posibilidades (síndrome XX, mujer disfrazada, cambio de sexo milagroso, etc), podríamos descartar que perteneciera a especies como el huico del pastizal del desierto (Aspidoscelis uniparens), que solo tiene descendencia femenina. Sin embargo, abriría la posibilidad a que fuera, por ejemplo, un dragón de Komodo. De ser así, Tim Minchin en Woody Allen Jesus no habría estado muy desencaminado en su descripción.
El grafito de Alexámenos se considera una burla a un cristiano, mostrando a Jesús con cabeza de burro, pero asumimos demasiadas cosas. Nos parece normal la imagen popular de Jesús, ya no solo por su tez quizás más blanca incluso que la de los romanos, sus ojos azules y clásico atractivo, sino su túnica blanca impoluta, a pesar de distribuir su tiempo entre estar de pie o caminando. ¿No podría Jesús ser de otra especie? La búsqueda de pruebas de un Jesús humano histórico es infructuosa, quizás porque debiera indagarse sobre otro tipo de organismos. Al fin y al cabo, hablamos de un tipo que supuestamente caminaba sobre el agua, multiplicaba panes y peces, convertía el pan y el vino, además de curar a enfermos. No sería tan descabellado. Su aspecto solo sería un problema para los sacerdotes, que probablemente deberían compartir especie. Por otra parte, al no ser humanos ni Jesús ni su madre, permitiría que estuviesen libres del pecado original.

El problema al respecto es que este no será nunca un debate aceptado en la iglesia. No provocará ningún cisma ni iniciará la fundación de ninguna denominación partenogénica o de los cromosomas XX.
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2 Comments
  • Nestor
    Nestor 16 de noviembre de 2018, 13:29

    La otra opción, siguiendo la Navaja de Occam, és que todo se deba a un error de traducción. Cito de un blog de traducción-interpretación (komaberribat.com): "Se ha descubierto que en el texto original en hebreo se emplea la palabra “ha-almah”, una palabra similar a “joven mujer” o “soltera” en castellano. El error en la traducción surgió cuando el mismo texto se tradujo del hebreo al griego, utilizando la palabra “parthenos”, que quiere decir virgen, en el nuevo texto. La palabra para decir virgen en hebreo es “bethulah” y no se puede encontrar en el texto original. Esto quiere decir que el que escritor original del texto hebreo no quiso decir “virgen” refiriéndose a María, sino que quería decir chica “joven”.
    Tira por el suelo el dogma de la Iglesia (por eso me gusta), pero para que iban a empañar con la verdad un bonito cuento?

    • TDI
      TDI 16 de noviembre de 2018, 14:11

      Es una de las soluciones más lógicas. No sería extraño porque debido a las traducciones, la Biblia tiene elementos que aparecen en unas ediciones y otras no.

      Pero, a pesar de todo, la entrada es más una broma para explorar posibilidades tan disparatadas como las que nos dan por buenas.

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