En la guerra es vital adelantarse al enemigo y disponer de una ventaja estratégica. Por eso, tan solo tres años después de los primeros portahidroaviones, se creó el primer portaviones, el HMS Ark Royal, a partir de un barco mercante. Se dispondría así de una base móvil para las aeronaves en las grandes extensiones oceánicas. Como con cualquier invención, siempre se busca ir un paso más allá. En la Segunda Guerra Mundial, los japoneses, entre otros, construyeron un submarino portaviones, pero las décadas anteriores vieron como otras naciones ya habían puesto su vista en el cielo.
Los británicos fueron los pioneros de los portaviones voladores con la Clase-23, un grupo de dirigibles rígidos construidos por Vickers durante la Primera Guerra Mundial y basados en el diseño del HMA No. 9r. Nunca llegaron a usarse en combate, limitándose a las pruebas, en las que sufrió por su peso, el viento, la lluvia y la nieve. Al ser un vehículo vulnerable a los ataques, se probaron con éxito hasta tres aviones parásito Sopwith Camel para defenderlo. De los 17 vehículos proyectados, se construyeron 4 entre 1916 y 1918. Lo aprendido durante las pruebas llevó a la creación de la Clase-R23X, una versión mejorada, del cual un modelo fue el único dirigible rígido en realizar con éxito un ataque, al hundir un U-boot alemán con dos bombas de 100 kg.
Un caza biplano Curtiss F9C Sparrowhawk en el USS Macon
Aunque los biplanos pudieran iniciar el vuelo desde los dirigibles de la Clase-23, no podían volver a la aeronave, algo que sí eran capaces en el USS Akron y el USS Macon gracias a un enorme brazo mecánico, unas eslingas y un gancho del que permanecían colgados. Cuando eran recogidos, eran guardados en la cubierta del hangar. Ambos fueron los dirigibles rígidos de helio de mayor tamaño del mundo, operando entre 1931 a 1935. El Akron fue el primer dirigible destinado a ser un portaviones, a diferencia de la Clase-23 que no lo tenía proyectado inicialmente.
El USS Akron tuvo una vida accidentada. En 1932 se dañó la aleta de cola al chocarse contra el suelo mientras estaba amarrado. En otro accidente, en una parada en un vuelo campo a través, se soltó de sus amarres y salió volando, llevándose a tres tripulantes en sus cabos de amarre de los cuales dos cayeron y murieron. Finalmente, en 1933, una tormenta lo destruyó en la costa de Nueva Inglaterra, matando a 73 de sus 76 tripulantes.
El USS Macon continuó su legado, pero no tuvo mejor suerte. En 1935 fue destruido por una tormenta en la costa californiana. El desastre acabó con los planes de dirigibles estadounidenses más grandes, con pistas de aterrizaje en la parte superior y hángares dentro del casco.
Zveno-1, con un Tupolev TB-1 y dos Tupolev I-4
Mientras tanto, en el 1931 la Unión Soviética ignoró a los dirigibles y en su proyecto Zveno usó bombarderos pesados Tupolev TB-1 y TB-3 como nave nodriza y Tupolev I-4, Grigorovich I-Z, Polikarpov I-5 e I-16 como aviones parásito. Además de aumentar la distancia a la que podían desplazarse los cazas, les permitía equiparse con bombas más pesadas que no podrían haber llevado por sí solos. A cambio, el bombardero era protegido por los aviones parásito y obtenía un empuje adicional de estos para mantenerse en el aire y mejorar su rendimiento. Para ello, ninguno de los motores de los aviones parásito se detenía.
Zveno-2 con tres Polikarpov I-5
Se utilizaron varias configuraciones. El Tupolev TB-1 experimentó con dos aviones sobre sus alas, ya fueran Tupolev I-4 o Polikarpov I-5. El Tupolev TB-3 experimentó con más variantes: tres aviones sobre sus alas, uno bajo el fuselaje e incluso con cinco aviones repartidos por encima y por debajo. El que quedaba bajo el fuselaje no despegaba con el bombardero, sino que se unían en pleno vuelo. Hasta ocho aviones llegaron a alternarse en este bombardero en pleno vuelo.
Zveno-SPB con dos Polikarpov I-16 con bombas FAB-250
A diferencia de los dirigibles anteriores, participaron en acciones bélicas y acabaron su servicio en 1942 con una treintena de ataques exitosos.
En la década de 1950, los estadounidenses retomarían la idea de portaviones voladores con el avión de propulsión nuclear Lockheed CL-1201, proyectado para tener una envergadura de 340 metros, la mayor existente si se hubiera llegado a construir. Esta cifra es aún más impresionante al tener en cuenta que el diseño de sus alas en flecha. Además, carecía de cola. Se estudió su viabilidad como aeronave de apoyo logístico, es decir, para transportar tropas y materiales, o para transporte de otras aeronaves. Como portaviones, podría haber transportado 22 cazas externamente y dos aviones lanzadera aire-tierra en su dársena interna.
Boeing B-29 con dos Republic F-84 Thunderjet (Proyecto Tom-Tom)
En la misma década y lugar, el proyecto FICON avanzaría en el mismo concepto. También tenían en mente mejorar el rendimiento del avión principal. En este caso, más que la maniobrabilidad, querían aumentar su rango incrementando la envergadura de las alas conectando otros aviones a estas. Las pruebas, ya iniciadas en Alemania, se desarrollaron en los Estados Unidos con los proyectos MX-1016 ("Tip Tow") y Tom-Tom.
El proyecto MX-1016 se realizó con un bombardero Boeing B-29 y dos Republic F-84 Thunderjet, comenzando las pruebas con solo uno de los cazabombarderos. Las pruebas se desarrollaron satisfactoriamente durante tres años, incluyendo a un cazabombardero en cada ala y con vuelos nocturnos. Tan solo se requirieron modificaciones para solucionar los problemas en las alas del bombardero y en los conectores. Sin embargo, debido a los problemas de inestabilidad que suponían esta configuración, en una prueba el 24 de abril de 1953, el F-84 izquierdo volcó sobre el ala del B-29 y ambos chocaron, sin dejar supervivientes.
El proyecto Tom-Tom, que usaba la misma configuración, también se enfrentó con el problema de la inestabilidad. Aunque un cazabombardero Republic F-82 Thunderstreak perdió el ala en una de las pruebas en 1956, no hubo muertes. Dado que el reabastecimiento en vuelo se consideraba más seguro, se canceló este proyecto. Además, el B-29 se había quedado obsoleto con la invención del motor de reacción.
McDonnell XF-85 Goblin bajo un B-29
El proyecto FICON fue anterior al proyecto Tom-Tom, pero transportaba los aviones bajo el fuselaje en vez de conectarlos a las alas. El proyecto se comenzó a pesar del fracaso de los experimentos con el XF-85 Goblin, debido a que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos confiaba en su viabilidad. La idea era llegar a la zona objetivo con el bombardero y que el avión parásito, más maniobrable, soltase una bomba nuclear.
Convair B-36 con un Republic F-82F Thunderstreak
El proyecto comenzó a principios de 1952 usando F-84 Thunderjet, pero fueron sustituidos por F-82 Thunderstreak al ser más veloces. Entonces se abandonó el objetivo ofensivo por el de reconocimiento. El bombardero se situaría fuera del alcance de las fuerzas enemigas mientras el F-82 las sobrevolaba para obtener información útil.
El proyecto se vislumbraba viable y los datos revelaban las virtudes de las capacidades de esta disposición. Por ello se ordenó la producción de 10 Convair B-36 y 25 RF-84 modificados. No obstante, el acoplamiento era complicado incluso para pilotos experimentados en condiciones ideales. Además de reducirse la distancia del suelo del bombardero por culpa del peso añadido, este quedó obsoleto con la llegada del avión de vigilancia Lockheed U-2. Por lo tanto, el proyecto se canceló el 27 de abril de 1956.
Lockheed DC-130 con tres Ryan Firebee
En la década de 1960 y 1970 se volvió a intentar con una variante del Lockheed C-130 Hercules, el DC-130, pero con blancos aéreos no tripulados Ryan Firebee. Desde el 2015, transporta vehículos aéreos no tripulados llamados Gremlins. En la década de 1970 también se propuso usar un Boeing 747 como nave nodriza de 10 Boeing Model 985-121.