Eunice Newton Foote, la pionera que advirtió el calentamiento global

En la actualidad, exceptuando a los intereses económicos que se aprovechan de proclamar lo contrario, hay un consenso generalizado en que la causa del cambio climático es la actividad humana. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, apenas unas décadas después de que la humanidad tuviera que reconocer la posibilidad de la extinción, se reveló que el ser humano podía sufrir las consecuencias de una catastrofe mundial provocada por sus propios medios.

Un recibimiento tibio

El 23 de agosto de 1856, en Albany, Nueva York, el físico Joseph Henry presentó en la 10ª reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) el artículo Circumstances affecting the heat of the sun’s rays, que no constó en acta. Su primera aparición ocurriría de forma parcial en la revista científica más antigua del país, la American Journal of Science and Arts, en noviembre de ese mismo año. Al año siguiente, se citó en Annual of Scientific Discovery de David A. Wells, donde se decía: 

Entonces el prof. Henry leyó un artículo de la Srta. Eunice Foote, precediéndolo de unas pocas palabras, con el propósito de mostrar que la ciencia no era de ningún país ni sexo. La esfera de la mujer no solo abarca lo bello y útil, sino lo cierto. 

En septiembre de 1856, Scientific American le dedicó el artículo Scientific Ladies—experiments with condensed gases, donde menciona que el profesor Caldwell de Louisville pudo comprobar sus conocimientos de todas las ramas de la física.

En la reunión de 1856 de la AAAS, su esposo Elisha Foote pudo presentar su propio artículo, On the heat in the sun’s rays, que tampoco constó en acta,  pero le permitió ser elegido como miembro. Gracias a ello, On a new source of electrical excitation, el segundo artículo de Eunice,  sí constó en las actas de la reunión de 1858, siendo expuesto de nuevo por Joseph Henry. No obstante, no se conoce si continuó con sus experimentos. De hecho, estos son los únicos dos artículos sobre física conocidos publicados por una estadounidense antes de 1889. Ella nunca apareció en la lista de miembros de la AAAS y su esposo desaparece de estas en la 15ª reunión en 1866, tras la guerra civil.

Un experimento pionero

Eurice Newton Foote (1819-1888) era una científica aficionada, pero eso no impidió que su estudio fuera el primero en relacionar la presencia de dióxido de carbono (CO2) con el aumento de la temperatura atmosférica. Para llevar a cabo su experimento, usó dos cilindros de vidrio del mismo tamaño, con termómetros de mercurio en su interior, y en los que mantendría a la misma temperatura gracias a una bomba de aire que extraería o comprimiría el aire. Dejó los recipientes al Sol, midiendo la temperatura que alcanzaban, realizando los experimentos con aire húmedo, aire sexo, hidrógeno y dióxido de carbono. Los resultados mostraron que la humedad facilitaba el calentamiento del aire, pero sin alcanzar los niveles del dióxido de carbono, que alcanzó los 52ºC. En el extremo opuesto, el hidrógeno apenas notó diferencias.

Como mencionaba el artículo de Scientific American, el experimento servía como apoyo a la teoría de William Partridge de Binghamton, quien defendía que la densidad del aire, y no la angularidad de los rayos solares, explicaba por qué hacía más calor en los valles que en las cumbres de las montañas. Además, ella se preocupó por saber si la composición y concentración de distintos gases puede afectar al efecto de los rayos solares y si se podían ordenar esas diferencias.

Como conocemos el artículo a través de David A. Wells, no sabemos si la relación presente en el texto entre el dióxido de carbono y el calentamiento atmosférico era una conclusión de Foote o una especulación de Wells. A pesar de ello, el experimento era simple y aún mantenía abiertas algunas preguntas, pues no explicaba a qué se debían esas diferencias ni revelaba que el causante del efecto invernadero no era la luz directa del Sol, sino la radiada por la superficie. No obstante, se adelantó a John Tyndall, quien en 1859 confirmó el efecto invernadero al demostrar que el gas de hulla y los éteres absorbían la radiación infrarroja, que luego tenía más dificultades que la lus solar para abandonar la atmósfera, acumulando el calor en la superficie terrestre.

Fuentes

  • Sorenson, R. P. (2011). Eunice Foote’s pioneering research on CO2 and climate warming. Search and Discovery.
  • Ortiz, J. D., & Jackson, R. (2020). Understanding Eunice Foote's 1856 experiments: heat absorption by atmospheric gases. Notes and Records
Siguiente entrada Entrada anterior
2 Comments
  • Unknown
    Unknown 30 de agosto de 2021, 18:26

    Excelente Articulo Tipo, soy Alukram de Inci, no se si te acuerdes de mi.

    Un Saludo

    • TDI
      TDI 30 de agosto de 2021, 19:22

      Que de tiempo. Claro que me acuerdo.

Añadir comentario
comment url

Bloquear publicidad está bien, ayudar de otras maneras, también