¿Por qué se dice que un volcán en Cumbre Vieja, en las islas Canarias, provocará un megatsunami?

ES7020011-La Palma-Sur de la isla desde Cumbre vieja-IMG 0196

En el 2001, Steven N. Ward y Simon Day publicaron un estudio donde advertía de la peligrosidad de un tsunami provocado por el derrumbe de la ladera de uno de los volcanes activos del océano Atlántico. En concreto, señalaba a Cumbre Vieja por el más activo en los últimos 125 000 años. 

Suponiendo el peor escenario, donde se desplazaran 500 km3 de tierra de 25 km de largo, 15 km de ancho y 1,4 de grosor, y planteando que apenas hay diferencias en la profundidad oceánica, calcularon que se produciría una ola de 900 metros de altura que se reduciría a 500 m a los 50 km. A los 10 minutos la ola se habría alejado 250 km y aún mantendría varios cientos de metros de altura. Entre los 15-60 minutos, señalaban que las olas de 50-100 metros llegarían a la costa africana, frenándose, mientras las costas europeas verían olas de 5 a 7 metros de altura. En el oeste, calculaban que las olas llegarían a Terranova con 10 metros de altura, mientras en las costas de Norte y Suramérica alcanzarían los 15-20 m.

Esta previsión partía de la premisa de que la erupción del volcán de San Juan el 24 de junio de 1949 había creado una zona inestable que llegaba hasta la base del volcán y que podía derrumbarse sin previo aviso. Aunque este tipo de comportamiento ha sido parte de la historia de la isla, como el derrumbamiento de Cumbre Nueva, es improbable que ocurra en Cumbre Vieja en un futuro cercano. Incluso si ocurriese, se estima que no tendría el mismo volumen. Los diques y derrumbes basálticos en la costa occidental, tanto sobre tierra como bajo el agua, también limitarían su extensión. 

Realmente, no se espera que ocurra un megatsunami, ni en el océano Atlántico ni en ningún otro. Para que ocurriera debería producirse una gran corrimiento de tierra de forma prácticamente instantánea. Si no fuera veloz o se derrumbara por etapas, como es habitual, los efectos serían locales. De hecho, en el lecho marino de La Palma hay depósitos de ocho deslizamientos de la ladera volcánica. El mayor tiene un volumen de 350 km3 y se ha observado que se depositaron intermitentemente. Aún con todo esto, si se produjera un deslizamiento de las características descritas por Ward y Day, las consecuencias no serían tan catastróficas, pues sus datos no tenían en cuenta características del fondo marino que podrían afectar al desplazamiento del tsunami a grandes distancias y solo serían aplicables en un entorno local, con aguas menos profundas. A pesar de todo, la amenaza del megatsunami se repite sensacionalista y  regularmente en los medios.

Y si no conoces cómo se comporta un deslizamiento de tierra, te recomiendo esta grabación del deslizamiento de Pantai Remis, en una mina de estaño en Malasia el 21 de octubre de 1993. Aunque la calidad no es la mejor, muestra muy bien el proceso.

Fuentes

  • Ward, S. N., & Day, S. (2001). Cumbre Vieja volcano—potential collapse and tsunami at La Palma, Canary Islands. Geophysical Research Letters, 28(17), 3397-3400.
  • Pararas-Carayannis, G. (2002). Evaluation of the threat of mega tsunami generation from postulated massive slope failures of island stratovolcanoes on La Palma, Canary Islands, and on the island of Hawaii. Science of Tsunami Hazards, 20(5), 251-277.
  • Hunt, J. E., Wynn, R. B., Talling, P. J., & Masson, D. G. (2013). Multistage collapse of eight western Canary Island landslides in the last 1.5 Ma: Sedimentological and geochemical evidence from subunits in submarine flow deposits. Geochemistry, Geophysics, Geosystems, 14(7), 2159-2181.
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