¿Para qué sirve la tela en la cabecera de los asientos?
En asientos de trenes, aviones y algunos autobuses, hay una tela sobre el cabecero cuya función es evidente por su posición, ya que se reposa la cabeza sobre ella. Esta no es una almohada para descansar, sino que evita ensuciar el asiento. Sin embargo, aunque es cierto que hay personas con el pelo muy grasiento o que sudan hasta por los codos, ¿por qué es tan común? ¿tanto suele ensuciar la nuca? Todo comenzó con las modas y los impuestos.
Una forma de evitar pagar impuestos extraordinarios
A finales del siglo XVIII, en Inglaterra hubo una tendencia a la simplificación de los peinados y todo lo que iba en él, especialmente entre los hombres. A comienzos de la guerra contra los franceses, William Pit el Joven incorporó impuestos de emergencia a la renta, a las ventanas y, el 23 de febrero de 1795, al polvo capilar. La respuesta fue, simplemente, dejar de usarlo. Los whigs lo hicieron como protesta política, con el pelo corto por detrás à la guillotine, mientras los tories que seguían usándolo fueron llamados "conejillos de indias" (guinea-pigs), porque el coste por cabeza del impuesto era una guinea, una moneda de oro equivalente a 21 chelines.
Dos décadas después, solo aquellos muy anticuados seguían empolvándose el cabello. En cambio, surgieron multitud de aceites capilares, ya sea derivados de grasas animales, como el oso, o de extractos vegetales, como el aceite de macasar. Este último fue elaborado por Alexander Rowland en 1793, que produjo un viscoso líquido marrón rojizo cuyos ingredientes se decían que venían de Macasar, Indonesia. En An Essay on the Cultivation and Improvement of the Human Hair, with Remarks on the Virtues of the Macassar Oil (1809), Alexander Rowland relataba que los nativos tenían un pelo grueso y lustroso porque lo trataban durante toda su vida con el aceite de sus árboles. Supuestamente, obtuvo los ingredientes gracias a un familiar residente en la isla y al permiso del gobernador. Junto con su hijo, del mismo nombre, su producto se convirtió en uno de los más populares de Reino Unido.
Su éxito se demuestra por sus imitadores y porque no cesó su producción hasta mediados del siglo XX. A través del gasto en publicidad en estos mercados, se deduce que también tuvo éxito en el resto de Europa y en Estados Unidos. En paralelo, se extendió el uso del antimacasar, que es precisamente el nombre de la tela que evita que los asientos se ensucien con los aceites del cabello. Aunque los geles fijadores o gominas desplazaron a los antiguos aceites, estos tapetes quedaron como un vestigio de ese pasado.
Fuentes
- Katz, L. (2020). The Good Oil on Lord Byron and'Thine'Incomparable Oil,'Macassar!'.
- Strachan, J. R. (2007). Advertising and satirical culture in the romantic period (pp. 117-161). Cambridge: Cambridge University Press.