¿Por qué no sientes tener la edad que tienes?


Puedes tener canas, arrugas y un puñado de décadas según tu carné de identidad, pero tú no te sientes tan viejo. Por otra parte, cuando eras un niño te incordiaba que no viesen lo mayor que eras. Parece que, en nuestra vida, experimentamos un breve punto de inflexión donde nuestra edad percibida y real se corresponden. Esta idea es abarcada bajo el paraguas del envejecimiento subjetivo, un concepto que varía de una persona a otra.

Lo que se entiende como envejecimiento subjetivo es variable. Puede ser la edad percibida por el individuo, pero también la identificación con un grupo de edad, con los estereotipos de los ancianos, la concienciación de las experiencias ligadas al envejecimiento o cómo percibe su envejecimiento. Esta edad se correlaciona con el bienestar de la persona, pues quien se siente joven tiende tener un mejor desempeño físico y cognitivo, mejor salud mental y suele vivir más. Este es un concepto separado a la edad física ligada al aspecto, los intereses o ciertas acciones.

Quizás por la madurez, posición e independencia, los adolescentes y adultos jóvenes se sienten más mayores de lo que son. Esto cambia a mediados de la tercera década de vida y se extiende incluso por encima de los 90 años, cuando se sienten más jóvenes de lo que son, sin que necesariamente cambie mucho con el paso del tiempo. La cultura puede ser un factor determinante en esta percepción, pues esta diferencia es mayor en aquellos lugares donde la juventud recibe más importancia.

En aquellos que se sienten más jóvenes, puede que no se identifiquen con las características que asocien a las personas de su edad cronológica o demuestren una reacción protectora contra sus estereotipos. No obstante, los cambios en la edad subjetiva pueden reflejar el desarrollo dinámico de la identidad. Por otra parte, no debe ignorarse que la salud del individuo es un factor determinante. Si no se tienen tantos achaques como los esperados, o se ignoran, es común sentirse más joven. Por el contrario, la incapacidad y las limitaciones tienen el efecto opuesto. La extraversión o introversión también pueden influir, asociándose la primera a actividades relacionadas con grupos más jóvenes de edad. A veces podemos decir que alguien no se da cuenta de la edad que tiene y es que, en este caso, la ignorancia puede ser una bendición, siempre que lo reciba una persona imprudente.

Este envejecimiento subjetivo se agrupo junto con la satisfacción del envejecimiento bajo el termino de autopercepción del envejecimiento. Aunque la edad subjetiva parece mantener una distancia fija con la cronológica, con los años, la diferencia entre esta última y la edad física se estrecha. Es decir, la edad se hace visible y se refleja en la reducción en la satisfacción del envejecimiento. Curiosamente, en aquellas personas que han sobrevivido a la mayoría de su generación, se observa que el margen con su edad subjetiva es mayor que en aquellos menos mayores con más conocidos vivos de su misma edad.

Fuentes

  • Kotter-Grühn, D., Kornadt, A. E., & Stephan, Y. (2016). Looking beyond chronological age: Current knowledge and future directions in the study of subjective age. Gerontology, 62(1), 86-93.
  • Kleinspehn-Ammerlahn, A., Kotter-Grühn, D., & Smith, J. (2008). Self-perceptions of aging: Do subjective age and satisfaction with aging change during old age?. The Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences, 63(6), P377-P385.
 

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