Las ranas que no oían sus propios cantos

Brachycephalus ephippium01

Las ranas croan en la época de apareamiento para atraer a una pareja. Por eso, es importante tanto la capacidad de producir estos sonidos como la de captarlos y distinguirlos frente al ruido de su entorno. Aunque algunas carecen de oído medio, pueden captar el sonido a través de los pulmones, la boca o los huesos craneales. Sin embargo, hay varias pequeñas especies sordas a sus propias llamadas.

Las ranas Brachycephalus ephippium y B. pitanga, que pertenecen al mismo género de ranas que no sabían saltar bien, forman parte del grupo de ranas sin oído medio. En la temporada de apareamiento, entre la hojarasca, croan de forma aguda pero relativamente silenciosa, incluso teniendo en cuenta su minúsculo tamaño. Lo curioso es que, aunque son capaces de oír sonidos de baja frecuencia, no captaban aquellos por encima de 1 kilohertzios (kHz) y, por tanto, no responden a sus propias llamadas.

Anomalía anatómica

La causa de esta anomalía es el subdesarrollo de su papila basilar. Antes de detallar la razón, repasemos antes el oído de los anuros. Los anuros tienen un oído medio, ausente en estas, que incluye una membrana timpánica, una cavidad auricular media llena de aire, el estribo y el extraestribo, que amplifican los sonidos hacia el oído interno. Esto es importante por la impedancia, pues cuando un sonido cambia de medio de transmisión, pierde energía. En este caso, es especialmente valioso para oír bien por encima de 1 kHz. En el oído medio, la papila anfibia capta sonidos de 50 a 1000 Hz y la papila basilar es sensible a las frecuencias superiores.

En la papila basilar, las células ciliadas sensoriales se encuentran tapizando el divertículo endolinfático llamado hueco basilar. En un extremo hay un canal perilinfático con el que está separado por una fina membrana. Este canal y su membrana concentran el sonido para que puedan captarlo las células ciliadas, pero estas estructuras están ausentes en estas ranas. Además, sus células ciliadas no tienen ni la típica forma en columna ni cúmulos definidos de cilios. Por otra parte, su inervación está reducida o ausente. En consecuencia, aunque el sonido se transmitiese eficientemente en el resto de estructuras, aquí se encuentra con un callejón sin salida.

Ver, más que oír

Hay especies, como las cecilias, que carecen de papila basilar, pero como no croan, tampoco les resulta tan necesaria. Sin embargo, estas ranas sí lo hacen, pero no se oyen. Como el canto tiene un coste energético, se oiga o no, y puede atraer a depredadores, puede que el sonido sea secundario y, como son diurnas y de fácilmente visibles por sus colores brillantes, las ranas se fijen en los movimientos del saco vocal. Además, estas ranas son muy tóxicas, por lo que el riesgo de ser cazadas se reduce.

Fuente

  • Goutte, S., Mason, M. J., Christensen-Dalsgaard, J., Montealegre-Z, F., Chivers, B. D., Sarria-S, F. A., ... & Felipe Toledo, L. (2017). Evidence of auditory insensitivity to vocalization frequencies in two frogs. Scientific Reports, 7(1), 12121.

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