Youxia, los justicieros errantes chinos

Antes de que Llanero solitario vagara por el viejo oeste americano y que los caballeros andantes salvaran a damiselas en apuros en tierras lejanas, los youxias mantenían la justicia en las fronteras de la China imperial de la dinastía Tang (618-907).

Precedentes


El término xia o youxia (遊俠; 遊, yóu: "errante", 俠, xiá: "utilizar la fuerza para ayudar a la gente") habría sido usado originalmente para referirse a príncipes feudales y plebeyos lo suficientemente influyentes para poseer espadachines privados (私劍, sijian), sea para usarlos como guerreros o asesinos. Han Fei (280-233 a.C.) decía que, a pesar del aprecio social que recibían, pues se consideraban hombres de honor, valientes y rectos de grandes logros militares, debían ser ejecutados porque estaban armados y eran peligrosos. No obstante, el historiador Sima Qian (145-90 a.C.) expresó en Youxia liezhuan ("Biografía de los caballeros andantes") que, a pesar de su rechazo a las normas de la propiedad, se trataban de personas serviciales, modestas, comprometidas y sacrificadas. En la dinastía Han, la distinción entre el espadachín privado y su señor fue desapareciendo, mientras la corte tomaba el poder de los señores plebeyos locales y a sus familias, a quienes trasladaban o acusaban.

Entonces, los espadachines identificados con el título de su señor trabajaron en ciudades adineradas, como la antigua capital Chang'an, Luoyang y Handan, donde encontraron jóvenes admiradores. Esta interacción generó la figura de los jóvenes sucesores urbanos, conocidos como petimetres arrogantes y derrochadores que valoraban más la amistad, la lealtad y el aprecio fraternal que el dinero e incluso la vida. Todas las figuras mencionadas huían a la frontera o a los pueblos cercanos tras mancharse las manos de sangre al impartir justicia. Los beligerantes territorios norteños, en particular las zonas Yan, Zhao, You y Bing, se consideraban la tierra natal de los justicieros errantes y de las fuerzas militares por el valor y habilidad en las artes marciales de sus habitantes. Esta frontera era un lugar habitado por los pueblos túrquicos uigures (Huihe) y orientales (Tujue) en el norte; los kitán (Qidan) en el noreste y el imperio tibetano (Tufan o Tubo) en el suroeste. Como en las historias de vaqueros, la potencia principal se estaba expandiendo al este siguiendo el corredor del Henxi, entre las meseta tibetana y el desierto de Gobi.

Desarrollo en la literatura

La popularización del justiciero errante coincidiría con las políticas expansionistas, los enfrentamientos cada vez más cruentos y las revueltas de los siglos III-VI. El reclutamiento de milicianos no era suficiente y se necesitaba un ejército profesional, contándose con la incorporación de mercenarios, donde participaban caballeros experimentados. A diferencia de en periodos anteriores, los poetas habían pertenecido a ese ejército, por lo que hablaban desde la experiencia, sin recurrir a tierras míticas. Dado que el examen civil para ingresar en el gobierno era extremadamente exigente, los poetas se alistaron en el ejército para obtener un cargo. Como la mayoría no era diestro con la espada, aspiraban a ocupar puestos administrativos en este ejército profesionalizado. Por eso, aunque los justicieros errantes tenían habilidades extraordinarias en la batalla, se hizo hincapié en sus valores morales. Los justicieros errantes fueron un ideal, una inspiración para personas frustradas con sus vidas que añoraban aventuras.

En la poesía de frontera (邊塞詩, biansai shi), un subgénero de la poesía (诗, shi), estos caballeros jóvenes o fugitivos podían encontrar aventuras o demostrar su valía. Eran personajes patriotas, valientes y diestros en las artes marciales, como se muestra en Baima pian (白馬篇,"Caballo blanco") de Cao Zhi (192-232) o Shaoniang xing (少年行, "Canción de los jóvenes rebeldes") de Wang Wei (701-761). Al luchar demostraban su increíble destreza, con acciones como disparar dos arcos a la vez o acabar a caballo con cinco enemigos simultáneos. Eran jóvenes altruistas y rectos, que actuaban según lo que consideraban adecuado. No tenían reparos en desafiar la ley o las convenciones sociales si hacía falta aplicar justicia. Eran personas al servicio de los necesitados que hablaban con firmeza, realizaban lo que se proponían y cumplían siempre sus promesas. Se vengaban en nombre de las personas, familias o naciones agraviadas, pero luego se alejaban a la frontera para este ciclo vengativo no continuara. Como no tenían sentido de la propiedad, compartían lo que tenían con sus amigos y los pobres, viviendo frugalmente. Mediante la bebida, estrechaban lazos con sus amigos y demostraban su valentía, una asociación no observada en periodos anteriores. Estas relaciones unían más que los vínculos familiares o nacionales, por lo que estaban dispuestos a sacrificarse por quienes les comprendieran, como ocurre en Denglong (登隴, "Ascendiendo el monte Long") de Gao Shi (700-765). No significaba que despreciaran la vida, al contrario, pero tampoco tenían apego a ella. Juntos, seguían fielmente a su general sin temer al peligro. Finalmente, sus deseos eran combatir la injusticia y que se les reconociera su talento, extendiendo su fama eterna por todo el imperio.

No obstante, a pesar de su patriotismo, siempre tuvieron una faceta anti-bélica que fue acrecentándose con los siglos. Los poetas animaron a los soldados a desertar, a buscar alianzas mediante el matrimonio con jefes enemigos o pedir la paz por cualquier medio. En Gu congjun xing (⽆幵埴, "Una vieja balada de unirse al ejército"), Li Qi (690-751) critica la dura labor de los soldados, trabajando todo el día vigilando el territorio y alimentando a los caballos para pasar una triste noche, con tormentas de arena y el sonido del laúd. Un trabajo ingrato del que no se puede escapar y que apenas beneficia a la familia imperial. En Pingcheng xia (平城下, "Vida en Pingchen") de Li He (790-816), un soldado prefiere morir huyendo o cambiar de bando que morir en batalla.

Esta literatura ofrecía un vistazo al mundo exterior, sus paisajes y su cultura. Su influencia perduraría durante siglos en justicieros, como detectives y guerreros de artes marciales (武俠, wuxia). Es probable que hayas conocido productos influidos por ellos, como la saga Suikoden, basada en Shuihu zhuan de Shi Nai'an (1296-1372).

Fuentes

  • Lin, T. C. (2018). 10. Knight-Errantry: Tang Frontier Poems. In How to Read Chinese Poetry in Context (pp. 159-172). Columbia University Press.
  • Dalia, A. (2011). Héroes luchadores: los valores esenciales de la tradición xia en la China antigua. Revista de Artes Marciales Asiáticas, 6(2).
 

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