Composiciones musicales con instrumentos inusuales
La música, en su esencia más pura, trasciende los límites convencionales de los instrumentos tradicionales. Va más allá de las notas y los acordes, adentrándose en un vasto territorio de sonidos inusuales y objetos cotidianos convertidos en fuentes de expresión. Desde el zumbido de una máquina de escribir hasta el tintineo de vasos de cristal, la música se revela como un lenguaje universal que encuentra su voz en los rincones más inesperados. Es en esta exploración de lo extraordinario, en el uso de objetos aparentemente comunes, donde la verdadera magia musical se revela, desafiando nuestras percepciones y despertando nuevos horizontes sonoros.
Martillo o mazo en la Sinfonía nº 6 de Gustav Mahler
En el Finale de Trágica o Sinfonía nº 6 en la menor (1903-1904) de Gustav Mahler se escuchan tres mazazos que, desgraciadamente, coincidirían con los golpes que recibiría posteriormente la vida de su autor: en primavera de 1907, la dimisión en la Ópera de Viena tras una década, en su época dorada; en julio, la muerte de su hija mayor, Maria Anna, de escarlatina con cuatro años y, por último, el diagnóstico de una cardiopatía fatal tras un infarto. Aunque no tenía motivos en el aspecto musical para hacerlo, la superstición le llevó a eliminar el tercero de los mazazos de esta composición.
Su inclusión en primera instancia pudo partir del poema de Alexander Ritter, que interpretaba el poema sinfónico Muerte y transfiguración de Richard Strauss, donde decía: "Ahora resuena el golpe final/por el martillo de hierro de la muerte,/ partiendo en dos el cuerpo terrenal,/ cubriendo el ojo con la noche de muerte". Representa una excepción en sus primeras ocho obras sinfónicas, pues es la única que acaba en tonalidad menor, de forma desesperanzada, a diferencia del final triunfante de las demás. A razón de ello se le calificó de profética, pues entonces vivía una etapa idílica.
Cañones en la Obertura 1812 de Tchaikovsky
La obra de Piotr Ilich Chaikovski es el ejemplo más famoso por sus cañones, aunque ni los críticos ni el propio autor le tenía tanta estima como el público general. Esta fue escrita para su amigo Nikolai Rubenstein, director del Conservatorio de Moscú, para conmemorar la consagración de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, construida en honor de los combatientes que se enfrentaron a los franceses en 1812, y el 25º aniversario del zarato de Alejandro II. Por eso intercala fragmentos de La Marsellesa, Dios salve al zar y el himno ortodoxo ruso Dios salva a tu pueblo y fragmentos de canciones populares rusas para representar a ambos bandos y al propio pueblo ruso.
Como la idea inicial era interpretarlo al aire libre, la orquesta estaría acompañada de una banda militar, campanas de iglesia y 19 cañonazos. No obstante, se estrenó el 20 de agosto de 1882 en una sala de conciertos, por lo que los cañones y campanas estuvieron ausentes. A pesar de ello, el éxito fue inmediato.
Yunques en El trovador de Giuseppe Verdi
En la primera escena del segundo acto, el coro de zíngaros o gitanos españoles golpea el yunque al alba, bebiendo para recuperar fuerzas y alegando que la gitana es quien alegra los días del gitano. Se trata de una obra con ritmo irregular y asimétrico, donde el coro de los yunques no es una excepción.
Trenes, barcos y fábricas en Sinfonía de las sirenas de fábrica (1922) de Arseny Avraamov
La ambición del también ruso Arseny Avraamov fue mayor, pues su sinfonía intentaría implicar a toda la ciudad. Se estrenaría en Bakú, actual Azerbaiyán, el 7 de noviembre de 1922 para conmemorar el quinto aniversario de la Revolución de Octubre. Incluía al ruido del público, hidroplanos, automóviles, sirenas de fábrica, ametralladoras, cañones de barco, campanas y baterías de artillería, entre otros, incluyendo el magistral, una máquina especial con silbatos de vapor.
Una orquesta así no podía dirigirse con una batuta, por lo que se subió a un mástil, comunicándose por teléfono y por semáforo. De esta manera, lograba marcar el ritmo a través de los cañonazos del acorazado Dostoinyi, con el que indicaba la participación de cada distrito de la ciudad.
Inicialmente, iba a realizarse en Petrogrado (San Petersburgo) en 1918 y tuvo problemas en Nizhni Nóvgorod, donde participaron pequeños torpederos. El posterior espectáculo en Bakú seguía la tendencia de abrirse hacia oriente. A partir de un artículo del propio Avraamov publicado en Gorn en 1923, se recopilan las instrucciones de esta composición, publicadas anteriormente en los periódicos locales Trabajador de Bakú, Trabajo y el turco Comunista. Su lectura ha llevado a la interpretación de que fue un éxito, donde la propia distribución y participación de la ciudad fue ideal. Sin embargo, la localización, orden e importancia de los sonidos difiere entre estas fuentes.
Por otra parte, el 23 de octubre de 1923, escribió una carta a su amante Revecca Zhiv donde le pedía materiales relacionados con el espectáculo de Bakú. Con ellos, intentaría convencer a las autoridades de Moscú del éxito y de la existencia de este, justo antes de fracasar al realizarlo en la capital ese mismo año. Estos supuestos materiales implicaban artículos de su autoría y de un tal A. Borondin, que podría referirse a Aleksandr Porfirievich (1833-1887), pudiendo ser otro de sus propios pseudónimos.
A través de las memorias de Lydia Ivanova, sabemos que el espectáculo en Bakú fue un fracaso estrepitoso. Avraamov logró el dinero y el permiso de las autoridades, pero tras el ruido inicial de las sirenas y cañones, reinó un silencio, roto por la cacofonía de sonidos sin orden ni concierto, nunca mejor dicho. Los cañonazos fueron detenidos forzosamente cuando se acercó un barco desde el horizonte. Según Lydia, Avraamov vivió un tiempo más del dinero que había obtenido, pero que abandonó a su esposa y a la ciudad, sugiriendo que debía ser un patrón habitual en su vida.
El artículo del Gorn animaba a que otras ciudades se animaran a participar en el sexto aniversario de la Revolución de Octubre, por lo que parecía una estrategia comercial. Este es un plan que se ha desarrollado con éxito a ambos lados del telón de acero.
Escopeta de calibre 12 en Circus Maximus, Sinfonía Nº 3 de John Corigliano
La más reciente, compuesta en el 2004, termina con una nota final realizada con el disparo de una escopeta. La obra compara el mundo actual con el romano, donde el espectador contempla un espectáculo, siendo consumido por él, pero no explica qué significado tiene el disparo.Látigo en Sleigh Ride de Leroy Anderson
Una composición que se ha terminado asociando con Navidad y Santa Claus. El repiqueteo de los cascos de los caballos y los cascabeles es acompañado por el látigo para recrear el viaje en trineo.
La máquina de escribir de Leroy Anderson
Esta ha sobrevivido con mayor presencia que las propias máquinas de escribir. En este caso, la máquina de escribir es el instrumento principal, donde, sin verla, podemos percibir cada línea del ajetreado escritor.
Tornillos, tuercas y gomas en Sonatas e interludios de John Cage
En este caso, el instrumento es un piano, pero que ha sido modificado con tornillos, tuercas y gomas elásticas y de borrar para alterar el sonido y características de 45 notas. Debido a esto, se trata de una pieza que nunca sonará igual cada vez que se interprete. Este es el mismo autor que nos ofreció un largo silencio.
Agua como instrumento de percusión y viento en Concierto de agua de Tan Dun
Compuesto en 1998 y dedicado al compositor Tōru Takemitsu, fallecido dos años antes, Concierto de agua o Water Concerto es una de las composiciones más reconocidas de Tan Dun, pues también fue responsable de la banda sonora de Tigre y dragón (2000). Aunque no es ni el primero ni el último en hacer música con el agua, no es tan habitual verlo en un concierto. Además del resto de la orquesta, cuenta al menos con dos grandes cuencos transparentes con agua, como si fueran unos timbales. Su música se ejecuta con golpes directos sobre su superficie con las manos, las baquetas y los recipientes; con la percusión indirecta, como la caída caída del agua, los golpes sobre el recipiente en contacto con el agua y controlando el aire que abandona los recipientes al sumergirse o con la fricción sobre el interior del cuenco. Aparte, usa el Waterphone, un instrumento metálico con forma de disco, que contiene agua, un cuello metálico en el interior y una serie de varillas de distribuidas por su tamaño en el contorno.
Fuentes
- Oster, N. J. (2001). Gustav Mahler. The Meaning behind the Symphonies.
- Center, H. P. A. (2017). Nationalist Music From Latin-America And Europe.
- Schwartz, D. (2020). Between Sound and Silence: The Failure of the “Symphony of Sirens” in Baku (1922) and Moscow (1923). Slavic Review, 79(1), 51-75.
- Bartos, K. (2017). The Composition of the „Epoch of Intertextuality”—Symphony No. 3 Circus Maximus by John Corigliano. Kwartalnik Młodych Muzykologów UJ, (01 (32)), 89-107.