China no tiene dragones


El dragón es el símbolo de China y Bután pero, al mismo tiempo, ninguno tiene dragones. Por supuesto, no me refiero a la presencia física de dragones, sino a los límites del término dragón en sí. Mientras la palabra y, por extensión, los dragones europeos, partían de simples serpientes genéricas, ampliándose a una diversa gama de peligrosos reptiles, la inclusión de los dragones orientales difuminó sus peculiaridades y convirtió al vocablo en un cajón de sastre.

¿Deberían llamarse "dragones"?


En China reivindican que el llamado dragón chino u oriental, pues es compartido con los países de su entorno, no es un dragón, al no compartir sus virtudes. A pesar de ello, incluso si tuviéramos esto en cuenta, el término "dragón" seguiría aplicándose a seres anteriores al origen griego del sustantivo. Los héroes o deidades del trueno del Chaoskampf de muchas culturas se enfrentan a una bestia marina, a menudo policéfala, que en muchos ejemplos es un dragón en el sentido estricto. En el caso de Ninurta y Tiamat, Indra y Vritra o Susanoo y Yamata no Orochi se podría debatir, pero con San Jorge no caben muchas dudas.

El dragón oriental parece tener un origen independiente. En China, los dragones son seres divinos que viven en el cielo y se asocian con la lluvia, los ríos y las tormentas. Son criaturas benefactoras, símbolos de soberanía y unidad que transportaban a deidades e inmortales por el cielo. Esto contrasta con la naturaleza destructora de los dragones europeos, que escupen fuego y guardan grandes tesoros. Por eso hay voces que rechazan que los primeros sean llamados con el nombre de los segundos. Para evitar la confusión con la palabra long, "largo" en inglés, se suele usar loong o lung como alternativas.

No obstante, la pureza de los dragones orientales ya fue mancillada hace muchísimos siglos. A partir del periodo Han (206 a.C.-220 d.C.), en los textos budistas provenientes de la India, se comenzó a traducir el sánscrito nāga (नाग) como lóng (chino tradicional: 龍; chino simplificado: 龙). De esta manera, la ambivalencia de las míticas serpientes se trasladó a los dragones chinos y sus categorías se trasladaron a estos. Al dragón celeste (天龍, tiānlóng) y el dragón divino (神龍, shénlóng) de la mitología se le añadieron el dragón terrestre (地龍 , dìlóng) de la religión popular y el dragón de tesoros ocultos (伏藏龍, fúzánglóng) del folclore. El penúltimo grupo albergó a los Reyes Dragón, señores de su propio cuerpo de agua que dispersaban la lluvia y que acabarían formando parte del panteón taoísta, con sus propios rituales para interactuar con ellos. Los últimos serían objetivos a abatir en las leyendas.


Otros pueblos también experimentaron un desarrollo de los dragones por influencias externas. En Japón, los dragones nativos (辰, tatsu) adoptaron los atributos de los dragones chinos (竜, ryū), aunque siguieron siendo los responsables de los eclipses en lugar del tiangou. Generalmente se diferencian porque tienen únicamente tres garras, aunque existen excepciones con cuatro o cinco. En Corea, el riong (용, 룡 o 龍) también adquirió una naturaleza malvada a través de los textos budistas, mientras en Bután, la tierra del dragón, el 'brug (འབྲུག) se diferenciaba del chino por sus tres garras, utilizándose el mismo término para referirse al trueno. 

Por otra parte, no olvidemos que China tiene milenios de historia y está conformado por muchos pueblos. Los miao, hmong en Indonesia, usaban a los dragones en los bordados y ropas de los niños. Estos podían adquirir forma de gusano, ciempiés, flor, dragones-cangrejo o ser humanos-serpiente, como las deidades hermanas Fuxi y Nüwa. El más importante era el dragón de montaña, creador del mundo, con cuernos de buey, que araba la tierra para crear los ríos. Algunos de sus dragones tenían forma de cerdo, como los presentes en los pueblos neolíticos.

El nombre de dragón


La equivalencia entre lóng y dragón no fue inmediata. La primera traducción a un idioma europeo ocurrió en el diccionario portugués-chino de Matteo Ricci (1552-1610) y Michele Ruggieri (1543-1607). Apoyándose en el Han Feizi (韓非子), del autor homónimo, y Shuowen Jiezi (說文解字), lo agruparon como un bicho/bichinho y lo combinaron con serpens, dando lugar a una bicha-serpens, un "gran gusano con forma de serpiente". 

El contacto cultural tenía un objetivo en ambos sentidos. Por una parte, permitir entender la cultura china a los europeos, pero también la europea a los chinos. De esta manera, cuando se traducían obras fundamentales, los personajes mitológicos chinos se expresaban como figuras míticas grecorromanas o bíblicas, mientras a personajes como Satán, Jesús, Adán y Eva lo hacían a través de individuos míticos chinos. Este acercamiento tenía la misión de expandir el cristianismo y la Biblia, donde tanto Jesús como el dragón del Apocalipsis serían fundamentales

En las alegorías del Yijing, el lóng sería tanto la imagen de Jesucristo como sabio (君子, junzi) como el símbolo de Satán. En el Da Yi Yuan Yi Nei Pian (大易原義內篇) y en Yi Gao (易稿), el salvador se manifestaría como varios dragones durante milenios antes de su sacrificio, mientras Satán sería Kanglóng (亢龍), el dragón arrogante, reflejando su naturaleza como ángel caído de alto rango. Ambos dragones, de características opuestas, se enfrentarían finalmente y el dragón arrogante sería derrotado por el sacrificio del dragón divino y humilde. Satán también sería representado con otras criaturas, como el Luwu (陸吾), el tigre vicioso de nueve colas del Shanhaijing.

De esta manera, el lóng se equipararía al dragón, del mismo modo que el fenghuang y el qilin lo harían con el fénix y el unicornio, respectivamente. Con estas asociaciones no se ha generado rechazo porque ninguna de las criaturas es maligna.

El origen del dragón oriental

Neolithic jade dragon, Hongshan Culture, Inner Mongolia, 1971

A veces se tiende a pensar que, si indagamos lo suficiente en el pasado, todo tiene un único origen común. Como ocurre con la escritura, los dragones surgieron independientemente. De hecho, en China están algunos de los testigos más antiguos de su creencia.

En 1971, en Sanxingtala, Mongolia interior, se encontró un amuleto de jade de la cultura Hongshan, del neolítico (c. 4700-2900 a.C.). Este se ha interpretado como un dragón o una larva de insecto enroscada. En diciembre de 1987, se encontró una tumba en Xishuipo, en la provincia de Henán, de la cultura Yangshao (5000-3000 a.C.). Flanqueando el cadáver de un adulto, posiblemente un chamán, estaba un dragón a la izquierda y un tigre a la derecha, ambos construidos con conchas. Ambos se albergan en el Museo Nacional de China en Pekín y sirven como ejemplos para mostrar que su figura precedía a las criaturas, también consideradas dragones, de la antigua Mesopotamia. Además, su nombre aparecería escrito en huesos y conchas oraculares de la dinastía Shang (1600-1045 a.C.), con las que se pedían deseos y se realizaban predicciones climáticas y de catástrofes.

Durante las dinastías Shang y Zhou (c. 1045-256 a.C.) se representó en objetos de bronce y anillos de jade, sin extremidades ni cuernos, aunque estos aparecerían con forma de seta a finales de este periodo. Su apariencia fue complicándose, ganando detalles de pez o cocodrilo, un dorso dentado y cuatro garras en cada uno de los cuatro miembros. Tanto en el periodo de Primaveras y Otoños (771-476 a.C.) como el de los Reinos Combatientes (476-221 a.C.), sus imágenes fueron abandonando la abstracción, siendo deificado y mostrándose de varias formas, sea con nubes o con flores. Sería en los periodos Qin (221-206 a.C.) y Han (206 a.C.-220 d.C.) cuando su figura maduraría, generando a su vez a otros seres similares.

Procedencia

Human Burial and shell mosaics.National Museum, Beijing  

Desde los últimos años de la República China hasta la actualidad se han formulado varias hipótesis para intentar explicar cómo surgió el dragón chino. La primera partió de la teoría de los tótems, introducida en China a finales de la dinastía Qing. Wen Yiduo (闻一多) argumentó que el dragón chino era la síntesis de varios tótem de los pueblos chinos, simbolizando su integración. El clan de la serpiente se uniría a otro clan e iría absorbiendo los tótems de otros clanes. Esto parecía reflejar el mito contado en el Lie Zi (列子), donde el Emperador Amarillo (黃帝, Huángdì) tenía un estandarte de una serpiente, a la que fue añadiendo los atributos de los animales en los estandartes de los reinos que conquistaba. En 1991, He Xingliang argumentó que los pueblos chinos tenían cada uno sus propios tótem, pero este era común a todos. Como consecuencia, se convertiría en un símbolo de paz y unidad.

Sin embargo, por útil que sea esta hipótesis, carece de fuentes textuales o registros históricos que mencionen al clan con el nombre del dragón o que justifiquen la combinación de tótems sin más. Por eso, se sugiere que derivaron de los aligátores chinos (Alligator sinensis), de las provincias de Anhui, Zhejiang y Jiangsu, o de los cocodrilos de agua salada (Crocodylus porosus) o sus ancestros, que habitaban la costa oriental, pues son capaces de predecir alteraciones atmosféricas detectando los cambios en la presión del aire. Si tenemos en cuenta la tumba M45 de Xishuipo, mencionada antes, el dragón bien podría ser un aligátor. Juntos, simbolizarían al dragón verde/azul (青龙, qinglóng) del este y el tigre blanco (白虎, baihu) del oeste presente en las constelaciones.


Otra hipótesis deriva al dragón de las curvas del carácter de las nubes en los huesos oraculares, que representaban el rayo. Tanto trueno (隆, lóng) como dragón (龙, lóng) serían homófonas. De hecho, en dzongkha, el idioma de Bután, son homógrafas. Esta asociación podría haber surgido conforme el pueblo chino adoptó la agricultura y ganadería como principal fuente de alimento y aumentó su dependencia de las lluvias, necesitando una entidad a la que dirigir sus plegarias. Además, Zhao Feng (赵丰), a través del análisis de las transformaciones climáticas y la latitud, relaciona su naturaleza acuática y aérea conectándolos con los tornados (龙卷风, Lóngjuǎnfēng).

Por supuesto, no se puede descartar el descubrimiento de huesos de dinosaurio (恐龙, konglóng), pues en el Huayang guo zhi (华阳 国 志) del siglo IV habla de huesos de dragón encontrados en el siglo III a.C. en la provincia de Sichuán. Según Yang Xiulu, las sociedades tribales primitivas debieron adoptar a la pitón oceánica gigante (海洋巨蟒, haiyang jumang) como tótem de los antiguos pueblos bárbaros orientales. Con el paso de los siglos, se mitificaría y se convertiría en un dragón, siendo usado como símbolo de los gobernantes. Por último, Su Kaihua lo considera el símbolo de un embrión

Apariencia del dragón


La apariencia del dragón era cambiante, pero se considera que Wang Fu (c. 85-162) estandarizó las nueve características principales: cuernos de ciervo, cabeza de camello, ojos de demonio, cuello de una serpiente, abdomen de una almeja, escamas de una carpa, garras de un águila, zarpas de un tigre y orejas de una vaca. Sobre su cabeza tendría un bulto, llamado chi mu, con la forma de un quemador bushan, que a su vez tiene la forma de la montaña universal. Sin él, no podría ascender al cielo. Con ello se establecieron las características generales, aunque algunos detalles, como los bigotes o las garras, podían seguir cambiando.

Según el Guang Bowu Zhi (1607), había diferencias entre los long machos y hembras. Los machos tenían cuernos ondulantes y profundos, con astas gruesas y una base fina. Mientras tanto, las hembras tienen un hocico recto, una crín redonda, escamas finas y una cola robusta. Las hijas de dragones solían ser bellas, que se enamoraban de los jóvenes héroes, como en Liu Yi de Li Chaowei, mientras los hijos son virtuosos.

Estas descripciones dejaban fuera a criaturas que parecían dragones, pero que no se consideraban como tal, como el dragón alado yinglong (應龍), el dragón sin cuernos lilong, el dragón no ascendido panlong (蟠龍), el dragón-serpiente voladora feishe, el pez-dragón longyu y el dragón antorcha zhulong (燭龍).

Aunque fuera un símbolo de toda China, el dragón se volvería cada vez más exclusivo del emperador. En 1652, la corte Ming decretó el uso de medallas cuadradas que indicaran el rango de los oficiales civiles y militares. En 1759. la dinastía Qing requirió que se llevaran por delante y detrás de las sobrevestas. Los rangos superiores de la nobleza con dragones de cinco garras y los funcionarios civiles con medallas de nueve aves. Como la vestimenta indicaba la posición, un plebeyo que vistiera ropas con un dragón de cinco garras podía ser acusado de intentar usurpar el trono. Por eso en Japón, Corea y Bután es más habitual ver dragones con menos garras.

Fuentes

  • Wei, S. L. C. (2022). Typological Figuration of Mystical Elements in Jesuit Figurists’ Re-interpretation of Chinese Classics. In Encountering China’s Past: Translation and Dissemination of Classical Chinese Literature (pp. 145-163). Singapore: Springer Singapore.
  • Zhao, Q. (1992). A study of dragons, East and West (Vol. 11). Lang.
  • Meccarelli, M. (2018). An Overview of the Latest Theories on the Origin and Evolution of Long, the Chinese Dragon. Italian Association for Chinese Studies: Selected Papers, edited by Tommaso Pellin and Giorgio Trentin, 2, 106-15.
  • Zhang, Q. (2009). From" Dragonology" to Meteorology: Aristotelian Natural Philosophy and the Beginning of the Decline of the Dragon in China. Early Science and Medicine, 14(1-3), 340-368
  • Xiaoli, Z. H. U. (2015). The evolvement and development of Chinese Dragon. Cross-Cultural Communication, 11(3), 95-100

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