El lejano pasado de la chica de la curva
Características comunes
La chica de la curva es una leyenda que se comparte como si fuera totalmente cierta. Para empezar, por su ubicuidad, siempre hay una versión local contada por un familiar o amigo que conoce el caso, pudiendo recordar la ciudad, fecha, nombres de los participantes y direcciones. Rara vez sucede durante el día y, si se menciona el tiempo, no es apto para ir sin abrigo ni paraguas. De hecho, es una joven guapa que suele vestir con ropas negras o blancas, como un fino traje de noche, una capa de terciopelo o un velo de novia o, si es mayor, portar un carga pesada. En todo caso, por las condiciones mencionadas se justifica su vulnerabilidad y el favor de llevarla. Aunque a menudo va acompañado, el conductor es generalmente un hombre, que suele encontrarla en una esquina, autopista, un lugar de ocio nocturno o un cementerio y es frecuente que la lleve en el asiento trasero, aunque vaya solo, algo que tiene más sentido cuando la lleva un motorista. Conforme avanza, estas historias van divergiendo. A pesar de que la pasajera no es muy habladora, a menudo queda implícito que el conductor conoce o comparte su destino. Ella desaparece inadvertidamente en este o durante el trayecto (p.ej. en una curva, manantial, cementerio) o, en caso opuesto, se conoce su estado posteriormente. Para demostrar que no es una alucinación, puede dejar algo atrás. Esto, su destino, dirección o descripción puede ser útil para que un familiar la identifique y revele que estaba muerta, sea durante días, años o décadas. Si su muerte es trágica, suele ser en un accidente de tráfico cerca del punto de encuentro o de desaparición. En todo caso, son frecuentes las predicciones o las advertencias, que pueden salvar al conductor. Su aparición puede repetirse dejando siempre el mismo objeto o en los aniversarios de su muerte.
El nombre popular de "chica de la curva", que sobresalta al romper su silencio con "ahí morí yo", evidentemente alude a una curva en la carretera. Ocurre porque es habitual que se sitúe en lugares alejados y poca visibilidad. Sobre esta ha influido mucho la película Leyenda urbana (1998) de Jamie Banks, aunque no sale estrictamente una autoestopista fantasma. Por eso, es más frecuente desde entonces que tenga un final funesto para el conductor.
Elementos transversales
Al no haber existido de manera aislada, esta historia presenta numerosas variantes y ha ido compartiendo elementos con leyendas contemporáneas. En lugar de una joven fallecida, su protagonista puede ser un espíritu maligno, un alienígena, un ángel, un santo, Jesús, la Virgen María, un nefita mormón o la diosa hawaiana Pele. Los medios de transporten cambian. El coche o la moto puede ser un carro, adaptándose a los tiempos. En leyendas afines, se sugería la naturaleza del pasajero por detalles como la reacción de los caballos, el frío o su palidez.
En La mujer del collar de terciopelo (1851) de Alejandro Dumas y, por supuesto, La aventura del estudiante alemán (1824) de Washington Irving, se comparte la presencia de una mujer que realmente está muerta, pero no incluye un viaje en ningún vehículo. Ambos relatos partirían de historias anteriores. Hay otras que incluyen detalles como el viaje en el vehículo, como la leyenda de "El cadáver en el coche/La doble profecía", donde la pasajera anunciaba que se encontraría un cadáver en el coche, o "El autoestopista matón/El autoestopista de manos peludas", donde un delincuente finge ser una pasajera.
Leyenda antigua
Aunque inicialmente se sugería que podría haber comenzado a inicios del segundo cuarto del siglo XX, se han encontrado ejemplos siglos atrás. A mediados del siglo XX, cuando se comenzó a estudiar esta leyenda, ya se contó una historia familiar, datada en torno a 1867, de una pasajera silenciosa que se revelaría que había muerto 20 años antes y que, cada aniversario por la noche, era llevada por un viajero de paso a la granja donde estaba enterrada.
En Suecia, a comienzos del siglo XVII, se contaba cómo, dos viajeros y un vicario, tras celebrar la Fiesta de Candelaria en febrero de 1602, se encontraron una chica encantadora en el camino. Al parar a comer, la chica solo pidió bebida. Cambiando una jarra a malta, otra a bellotas y la otra a sangre, anunció que tras un año de buenas cosechas y frutos, vendrán guerras y plagas, desapareciendo en el acto. En una antología de tres volúmenes de baladas de 1723-1725 recopiladas por John Glyde Jr., se menciona una similar a Lenore (1773) de Gottfried August Bürger, donde el fantasma es el amante de la protagonista y deja el pañuelo de ella como testigo de lo sucedido.
Estas leyendas se sitúan en el mismo contexto que las almas errantes, incapaces de entrar en el cielo, razón por la que permanecen en la Tierra a modo de purgatorio. La principal diferencia es esta autoestopista es una interpretación secular donde la justificación de su presencia entre los vivos se adapta a las creencias populares.
La antigüedad y naturaleza del relato incluso hace cuestionable llamarlo "leyenda urbana". Hay narraciones del mundo antiguo que se podrían encajar en este modelo. En la Biblia, en Hechos 8:26-40, Yahvé lleva a Felipe al encuentro de un eunuco etíope, que va en carro leyendo las escrituras, sin entenderlas. Tras explicárselas y bautizarlo, Felipe desaparece por acción divina. En aquellas versiones donde la difunta vuelve al cementerio, reflejan la tradición en la que los fantasmas estaban obligados a volver a sus tumbas antes del canto del gallo.
Virginidad
Sus ropas tradicionalmente se han interpretado como una señal de su estado. Sin embargo, en conjunto se reinterpreta como una leyenda en torno a la pérdida de la virginidad. Por una parte, puede ser una chica que ha muerto en su boda, en la Luna de miel o tras un baile, que pudo ser nupcial. Esa permanencia entre los vivos se podría ser consecuencia de un deseo incumplido. Más allá de esto, concierne la decisión de una joven de confiar en un hombre extraño que puede arrebatarle algo que no puede recuperar. El conductor puede ser el candidato ideal, pero puede repetir unos sucesos donde ese no fue el caso. Por eso, uno de los testigos de su existencia puede ser sangre en el asiento.
Futuro
La chica de la curva ha estado presente en canciones, películas, libros y videojuegos. Con ello, se ha extendido su alcance por todo el mundo y retroalimentado la leyenda. No obstante, la homogeneización y popularidad pueden ser su final. Las telecomunicaciones, la mejora de las carreteras y los cambios en las creencias la empujan a adaptarse o morir. Las versiones nuevas son inusuales. Puede que pronto la chica haga su último viaje y, al fin, pueda descansar.
Fuentes
- Beardsley, R. K., & Hankey, R. (1942). The vanishing hitchhiker. California Folklore Quarterly, 1(4), 303-335.
- Beardsley, R. K., & Hankey, R. (1943). A history of the vanishing hitchhiker. California Folklore Quarterly, 2(1), 13-25.
- Baughman, E. W. (1947). The Hitchhiking Ghost. Hoosier Folklore, 6(2), 77-78.
- Bennett, G. (1998). The vanishing hitchhiker at fifty-five. Western Folklore, 57(1), 1-17.
- Goss, M., & Evans, H. (1984). The Evidence for Phantom Hitch-Hikers: An Objective Survey of the Phantom Hitch-Hiker Phenomenon in All Its Manifestations. The Evidence" Series, ed Hilary Evans. Wellingborough: Aquarian Press in conjunction with ASSAP, the Association for the Scientific Study of Anomalous Phenomena.
- Carazo, C. O., & Prunera, E. S. (2016). Rumours and contemporary legends today:“The Vanishing Hitchhiker” in RumorFolk database. Estudis de Literatura Oral Popular/Studies in Oral Folk Literature, (5), 71-83.
- Brunvand, J. H. (2012). Encyclopedia of Urban Legends:[2 volumes]. Bloomsbury Publishing USA.