Sirenos o tritones, ¿quiénes eran los análogos masculinos de las sirenas?

Arnold Böcklin, Tritón y Nereida
Las sirenas que trataron de hacer naufragar a Odiseo eran femeninas. Por eso, siendo seres del mar, es habitual mencionar a los tritones como sus equivalentes masculinos, pero esto ignora la posibilidad de los sirenos. Ante esto, cabe preguntarse, ¿existía la figura del sireno? ¿eran sirenas y tritones el mismo tipo de criatura?

Sirenos

Plato con sirena con barba.

En el siglo VI a.C. fueron comunes los sirenos, las esfinges griegas y gorgonas con barba. Parece ser que entonces no había consenso entre los artistas sobre el sexo de estas criaturas, especialmente si la representación no estaba vinculada a un mito. Cuando en el siglo V a.C. las sirenas se representaron con cabezas de mujeres hermosas y se vincularon a los mitos, la sirena barbuda desapareció completamente.

Tritones

Tritón

Heracles peleándose con Tritón.

En un fragmento aparentemente añadido a posteriori en la Teogonía de Hesíodo, ya que no sigue el orden de este autor, se dice que Tritón era un dios poderoso, gobernador de las vastas profundidades e hijo de Ennosigeo (Poseidón) y Anfítrite, viviendo en el palacio de oro de sus padres. Como su hermano Proteo, su abuelo Nereo y sus tíos-abuelos Forcis y, según Eurípides, Glauco, tenía torso humano y cola de bestia marina. Esta mitad inferior constituía la criatura al completo en Ceto, hermana de Nereo e hija de Ponto, deidad pre-olímpica primordial del mar. Sin embargo, a diferencia de su espantosa tía-abuela, el aspecto de Tritón denotaba sabiduría o conocimiento sobre el mundo, como en Quirón y Sileno, pues las deidades marinas solían poseer el don de la profecía.

Tritón llevando a Teseo al palacio.
Según Herodoto, Tritón ayudó a los Argonautas a salir de la laguna Tritónida de Libia hacia el mar, reclamando el trípode de bronce que Jasón iba a dedicar en Delfos. A pesar de esta mención, Tritón estaba desaparecido de la literatura, siendo su lugar el arte. No importaba que coincidieran las mismas escenas, como cuando Teseo visitó el palacio de Poseidón o la lucha entre Peleo y Tetis, que la literatura lo ignoraría a pesar de las imágenes en donde estaba presente o con un papel relevante.

A pesar de la abundancia de las representaciones de su lucha con Heracles, no se conserva ningún relato al respecto. De hecho, esta escena solía estar protagonizada por Nereo, quien cambiaba continuamente de forma, representándose con cada parte del cuerpo con aspecto de un animal. Esto comenzó a cambiar en el siglo VI a.C. A partir del 570 a.C. adquirió una forma humana y, desde mediados de siglo, Tritón ocupó su lugar. Este era más joven y fornido, siendo un oponente apto para Heracles, al que empequeñecía y contra el que luchaba en su propio medio. La única diferencia es que este no se transformaba. También aparecía en el lugar de Nereo en el combate de Peleo contra la nereida Tetis, donde el héroe, aconsejado por Quirón, también retenía a la deidad que se transformaba continuamente. Esta adopción llevó a que puntualmente se representara con el pelo blanco. 

Cílica con Heracles combatiendo a Tritón.

El combate de Heracles contra Nereo nos lo contaba Ferécides, donde las ninfas aconsejaron al héroe consultar a Nereo la localización del jardín de las Hespérides. Este lo agarró mientras dormía, pero este se resistió cambiando de formas hasta hablar en su aspecto real. En la Odisea, Homero nos cuenta una historia similar donde la hija de Proteo le cuenta a Menelao cómo acabar con la calma que lo mantenía en la isla de Faros. Esto indica que, para pedirle ayuda, el héroe mortal debe retener a la deidad marina hasta que habla. Tanto con Nereo, Tetis como Proteo, eran cambiaformas, mientras tanto Nereo como Proteo eran llamados el anciano del mar (ἅλιος γέρων, halios geron), que en sus formas híbridas son similares o indistinguibles de Tritón. La falta de textos no evita que el combate tenga resultado, pues las imágenes en cerámica muestran a Tritón transportando a Heracles a través del mar.

Tritones

Mosaico con un tritón y un hipocampo.

Heracles, Teseo y Poseidón cabalgaron a Tritón, pero muchos otros lo hicieron con tritones y tritónides. Antes del siglo V a.C., figuras masculinas en pintura y escultura cabalgaban criaturas marinas, como delfines y cetos, pero, gracias a las representaciones de la armadura de Aquiles, en donde también aparecía Tetis cabalgando a Escila, fueron sustituidos por las Nereidas. En estas imágenes se comenzaría a formar una tíaso marina, como la comitiva de Dioniso, pero con animales y seres míticos marinos. Posiblemente a través de la influencia etrusca, al conjunto de "corceles" se incorporaron tritones y tritónides en el siglo IV, que a mediados del siglo III a.C. adoptaron las dos colas de su equivalente etrusco. En la primera mitad de este siglo se incluyó el primer tritón con un cuerno para soplar. Para el periodo helenístico, el tritón se confundiría terminológicamente con el ictiocentauro, razón por la que este tomó su posición, aunque pudiendo mostrar garras o alas en vez de cascos. En el periodo romano, los Erotes cabalgaron tanto delfines como tritones. Estos tritones no limitaban su mitad inferior a dragones marinos, sino también a otros animales marinos, como langostas.

Ahora bien, ¿habría que esperar siglos para confundir una sirena con una tritónide? La respuesta es no. En la cisterna del Areópago se encontró un cuenco megariano del siglo III a.C. con unas imágenes en relieve que mostraban la escena de Odiseo con las sirenas. La presencia de muchas aves, un hipocampo y peces sugiere la contaminación con la historia de Escila y Caribdis. Escila se representaba como una mujer con cola de criatura marina, habitualmente con cabezas de perro en su cintura.

Conclusión

Sirenas y tritones son criaturas mitológicas distintas, cada una con su semejante de sexo opuesto. Sin embargo, la división entre ambos seres no es tan estricta como pueda parecer y las confusiones o combinaciones modernas ya estaban presentes en la antigüedad.

Fuentes

  • Oldfield, A. (2014). The Sound of Sirens: Siren Stelae in Classical Attic Cemeteries (Doctoral dissertation, Open Access Te Herenga Waka-Victoria University of Wellington). 
  • Neira, L. (2014). De Tritón a tritones. Su iconografía en los mosaicos romanos. TRITAO Revista de la Cámara de Sintra, 2, 1-24.
  • Mommsen, H. (2014). Reflections on Triton. Approaching the Ancient Artifact: Representation, Narrative, and Function; a Festschrift in Honor of H. Alan Shapiro, edited by Amalia Avramidou and Denise Demetriou, 53-63.
  • Lattimore, S. (1976). The marine thiasos in Greek sculpture (No. 9). Institute of Archaeology University of California Lo S.
  • Thompson, H. A. (1948). The Excavation of the Athenian Agora Twelfth Season: 1947. Hesperia: The Journal of the American School of Classical Studies at Athens, 17(3), 149-196.

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