¿Cómo pueden algunas mujeres ignorar el frío cuando llevan poca ropa por la noche?
Los humanos somos propensos a seguir modas estúpidas, especialmente si son lideradas por personas destacadas. Las mujeres han tenido una tendencia a anteponer las apariencias a su salud o comodidad con corsés, maquillaje tóxico y tacones. Podría razonarse que es una imposición de una sociedad retrógrada pero, de una forma u otra, se mantiene de forma constante.
Esta capacidad de sentir el frío tendría una relación inversamente proporcional a la auto-objetificación. Esta auto-objetificación, aunque sea moderada, destina más recursos cognitivos a la percepción de la propia apariencia. En consecuencia, la persona ignora estímulos ajenos de todo tipo, como el hambre y los rugidos del estómago, el cansancio, la fiebre, sus pulsaciones y sus emociones. De hecho, prestan menos atención y rinden peor en tareas que la requieren. Esto se cumple independientemente de la ebriedad, la edad o el índice de masa corporal. Aunque esta auto-objetificación podría parecer ventajosa, no previene la hipotermia y vuelve a la persona vulnerable no solo a las bajas temperaturas sino también a asaltos y manipulaciones. Además, una mayor auto-objetificación se asocia a vergüenza, ansiedad, depresión, disfunción sexual y trastornos alimenticios.
Fuente
- Felig, R. N., Jordan, J. A., Shepard, S. L., Courtney, E. P., Goldenberg, J. L., & Roberts, T. A. (2022). When looking ‘hot’means not feeling cold: Evidence that self‐objectification inhibits feelings of being cold. British Journal of Social Psychology, 61(2), 455-470.