El mayor y único animal terrestre de la Antártida

Si repasamos los animales de la Antártida, nos encontramos con pingüinos, morsas, focas, ballenas, orcas, el krill, etc. Nombrar uno que no pase la mayor parte del tiempo en el agua es más complicado. El oso polar no cuenta, ya que vive en el Ártico, casualmente llamado así por las constelaciones de la Osa Mayor o la Osa Menor (esta con Polaris, la estrella del Norte) en el hemisferio norte.

Siendo el polo que tiene una base sólida debajo de todo el hielo, se esperaría que el porcentaje de criaturas acuáticas fuera menor al del polo opuesto, pero no es así. La única especie terrestre que vive allí es un mosquito no volador (Belgica antarctica).
Al ser la única especie terrestre del continente, bate todos los récords en su categoría, incluso la de ser la de mayor tamaño, a pesar de sus 2-6 mm de longitud. Pero donde son verdaderamente campeones es en la resistencia al frío, una necesidad obvia teniendo en cuenta dónde viven.

En la Antártida, las temperaturas pueden llegar a -40ºC, pero como el insecto no puede soportar menos de -15ºC, se entierra a 1 cm de profundidad, donde durante 10 meses anuales, la temperatura no baja de -2ºC y raramente lo hace por debajo de los -7ºC. La trehalosa, glucosa y eritritol que acumula en su cuerpo reduce el hielo que se forma en su cuerpo, evitando la congelación y estabilizando las proteínas y membranas por medio de puentes de hidrógeno. Por el contrario, es incapaz de sobrevivir más de una semana a más de 10ºC. Esta supervivencia se ve limitada a horas en un ambiente a 30ºC.

Su vida está dividida en cuatro etapas de larva que duran 2 años, alimentándose de moho, algas, restos orgánicos y microorganismos. Su hibernación puede ocurrir en cualquiera de sus estadios, perdiendo la mitad de su masa corporal cada vez. Una vez que llega la primavera o el verano, vive entre 7-10 días, siendo el primero para encontrar pareja y unos días después para colocar sus huevos.

Además, su ADN contiene 99 millones de pares de bases de nucleótidos. En comparación, el piojo tiene 105 millones y el parásito alado Strepsiptera tiene 108 millones. Sin embargo, tiene 13500 genes, un número similar a otras moscas. Esto podría deberse a que tiene pocas secuencias repetidas y pocos intrones.

Desde hace medio siglo, la invasora Eretmoptera murphyi, otra mosca sin alas, le acompaña en el continente. Esta rivaliza en tamaño con la B. antarctica gracias a sus 4,3 mm de longitud.

Fuente: WikipediaBBC
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