¿Cómo llegó una cacatúa a la Sicilia del siglo XIII?
Emperador Federico II de Hohenstaufen |
Las cacatúas no son nativas de Europa ni de Asia continental, sino del continente insular de Oceanía y las asiáticas islas Célebes y Filipinas. En concreto, se ha identificado al ave como una cacatúa de moño amarillo de la subespecie triton (Cacatua galerita triton), originaria de Nueva Guinea, o una de las tres subespecies de la cacatúa sulfúrea (Cacatua sulphurea), de las islas indonesas de Tanah Jampea, Lombok, Alor y Tukangbesi. El color rojo de los ojos en los cuatro dibujos indica además que probablemente era hembra.
En esta época era costumbre el intercambio de animales entre monarcas, valorándose más los más feroces, grandes y/o raros. El mismo Federico II envió en 1235 a Enrique III de Inglaterra tres leopardos para marcar su boda con Leonor de Provenza, mientras que Haakon IV de Noruega le envió un león y un oso polar.
Federico II negociando con Al-Kamil |
Contrario a lo que se suele pensar, y como ilustra el mapa superior, el mundo medieval estaba más conectado de lo que se piensa popularmente. Las aguas del norte de Australia tenían concurridas rutas de comerciantes que compraban y vendían telas, pieles y animales vivos. No es un detalle que suela reconocerse, ya que se tiende a tener en cuenta la influencia de India, China y el mundo árabe en el sudeste asiático, pero no los logros marítimos de estos últimos.
Aún así, el comercio creciente de China en el siglo XIII con la región llevó a la aparición de nuevos puertos en Champa, Java y Sumatra con un comercio recíproco con China, la región del océano Índico y Oriente Medio. En esta época, el ascenso del Islam en Oriente Medio dio acceso a los comerciantes del Mediterráneo oriental y Persia a un mercado seguro y común con numerosas rutas de la seda.
Madonna de la Victoria (1496) de Andrea Mantegna |
Fuente: Pursuit