Por qué tus ansias exterminadoras de mosquitos no son necesarias
Los mosquitos, además de ser una molestia, son la primera causa de muerte en
el mundo al transmitir enfermedades infecciosas a millones de personas al año.
Teniendo en cuenta que el cambio climático favorecerá su expansión y
crecimiento, aumentando el riesgo de iniciar nuevas pandemias, se podría optar
por erradicarlos, pues no parece que tengan más finalidad que causar
perjuicios, pero esto no es necesario.
Delimitando la amenaza
Existen unas 3500 especies de mosquitos en el mundo, pero solo las hembras de unos cientos de ellas son vectores primarios o secundarios. Entre ellas, los géneros más peligrosos para nosotros son Aedes, Anopheles y Culex. En general, los mosquitos son responsables de la transmisión de la malaria, la filariasis, la fiebre amarilla, la fiebre del dengue, la encefalitis japonesa, la fiebre del valle del Rift, el virus Chikungunya y el virus del Nilo occidental, entre otros. Los mosquitos viven en todos los continentes salvo en la Antártida. Sin embargo, en la tundra ártica, cerca del polo opuesto, la situación es la inversa, pues al fundirse la nieve surgen nubes tan densas de mosquitos que pueden asfixiar a un caribú (Rangifer tarandus). Aunque hay especies animales y vegetales que dependen de ellos, se defiende que en su ausencia se alimentarían o serían polinizados por otras especies que prosperarían ocupando su nicho ecológico.
Complicaciones del exterminio
El principal problema para erradicarlos son los medios. Aunque puede que no sea imposible, se debería iniciar una acción global que no se eternice, pues la desaparición de los mosquitos en una zona endémica, y la de los patógenos que transmiten, podría seguirse de una pérdida de la inmunidad. Si estos mosquitos y su patógeno volviesen, su virulencia sería mayor que si no se hubiese hecho nada. Esto tampoco supone cruzarse de brazos, ya que, como pasaba con las epidemias de viruela, siempre hay parte de la población que no se ha inmunizado. Como hay cepas o variantes de patógenos cuya infección ofrece cierta inmunidad ante otros más virulentos, tampoco implica que se deba sufrir las formas más letales de las enfermedades. A largo plazo, los parásitos y huéspedes incluso coevolucionan y se toleran mejor.
Los medios para acabar con los mosquitos también podrían ser poco específicos
y exterminar a otras especies. A esto le sumamos que un problema que tienen
los mosquitos es que la actividad humana favorece su expansión. No solo por el
cambio climático, sino que el regadío, los neumáticos o elementos donde pueda
estancarse el agua, como contenedores o techos metálicos, han permitido que
los mosquitos críen en zonas que antes no podían. Gracias a ello tenemos
ejemplos de especies invasoras, como el mosquito tigre asiático (Aedes albopictus), que se ha extendido a Asia a Europa, África y América. No obstante, cabe
señalar que muchas poblaciones eran humedales inhabitables que fueron
desecados, por lo que los mosquitos no siempre ganan territorio.
Utilidad
Parecería que los mosquitos, sean o no vectores de enfermedades, solo existen para incordiar con su presencia, pero no es así. Aunque otros insectos como las abejas tienen un papel más importante, los mosquitos son polinizadores, pues no hay que olvidar que, incluso en las especies hematófagas, solo la hembra pica, mientras el macho se limita a tomar néctar. En la tundra canadiense y rusa, su papel polinizador es más relevante. En esta región, su acción letal también mantiene el equilibrio. Las nubes de Aedes impiger y A. nigripes controlan la ruta de las migraciones de caribús que los evitan. De esta manera, las pisadas de cientos de miles de caribús aplastan la tierra y las transportan en sus pezuñas, se alimentan del líquen y alimentan a los lobos. Su ausencia podría alterar su ruta y a la vida que depende de ella. Además, la mitad de los mosquitos sirve de alimento para las aves migratorias.
Los mosquitos no solo sirven directamente como alimento, sino que lo proporcionan de otras maneras. En medios acuáticos, las larvas de mosquitos filtran el agua de microorganismos y detritus, cuya biomasa será transportada a la superficie en la fase adulta. En la planta carnívora Sarracenia purpurea, el mosquito Wyeomia smithii y la pulga Metriocnemus knabi conviven con rotíferos, bacterias y protozoos. Allí se alimentan de los insectos que caen en la trampa y facilitan nutrientes como nitrógeno a la planta. En otras plantas carnívoras, la presencia de mosquitos mantiene la diversidad de protozoos, evitando que una especie predomine sobre otras.
Aunque sea triste desde la perspectiva del mosquito, la función de algunos es la de servir de almuerzo. Las larvas de mosquito elefante se alimentan de larvas de otros mosquitos., la araña saltadora de África oriental se mantiene de la sangre de mosquitos hematófagos y algunos mosquitos pican a otros de mayor tamaño. Las propias larvas de odonatos, escarabajos y notonéctidos aprovechan su abundancia en el agua para darse un festín. Algunos depredadores se han especializado para resistir el frío de los charcos de nieve descongelada para cazar larvas y pupas de mosquito sin competencia. Como adultos, también son presas de arañas, aves, odonatos, murciélagos, etc. En general, ninguna especie se alimenta exclusivamente de ellos, pero si están presentes, son el alimento predilecto.
Su acción como transmisor de enfermedades puede servir para el control de poblaciones e actuar en la selección natural, acabando con los individuos menos aptos. Por ejemplo, puede mantener estable el número de murciélagos reduciendo la posibilidad de que estos, a su vez, transmitan enfermedades a otras especies.
Control.
A pesar de todo, esto no implica que debamos aceptar sin más a los mosquitos y a sus enfermedades, sino que se pueden alcanzar soluciones más aceptables. Al fin y al cabo, nunca se sabe qué consecuencias tendría en el ecosistema exterminar a cientos de especies de mosquito. Aunque podríamos creer que su rol ecológico podría ser ocupado por otra especies, siempre podría haber factores que no hubieramos tenido en cuenta. Tampoco podemos olvidar el punto de vista ético y pensar qué derecho tendríamos a erradicar especies completas, especialmente cuando ya se lucha para evitar la destrucción de la biodiversidad.
Dicho esto, sería más efectivo, especialmente teniendo en cuenta el factor
económico, promover la prevención con mosquiteras, mejores hospitales,
educación sanitaria y casas más estrechas. Por otra parte, los antipalúdicos
han erradicado prácticamente esta enfermedad en Europa y Australia sin que los
mosquitos que actuaban como sus vectores tengan que desaparecer. Estos
abordajes permiten que los recursos, incluido los del sistema sanitario,
puedan enfocarse en otros problemas. Es un detalle importante teniendo en
cuenta la correlación que existe entre la pobreza y la malaria endémica,
aunque se debate cual es la causa de la otra o si actúan recíprocamente.
Por último, si sientes que tus ansias asesinas de mosquitos no han sido
cubiertas, debes tener en cuenta que, gracias a la acción humana, la
distribución de mosquitos no es la natural. Cuando es así estaría justificado
evitar el desarrollo de poblaciones de mosquitos en zonas que no les
corresponden.
Fuentes
- Fang, J. (2010). Ecology: a world without mosquitoes. Nature News, 466(7305), 432-434.
- Hall, M., & Tamïr, D. (2022). Mosquitopia: The Place of Pests in a Healthy World (p. 312). Taylor & Francis.
- Bhattacharya, S., Pal, S., & Acharyya, D. (2016). Are mosquitoes ‘a necessary evil’?. International Journal of Fauna and Biological Studies, 3(1), 124-129.