La oruga que usa una columna de sus viejas cabezas como sombrero

Por John Tann de Sydney, Australia (Uraba lugens with funny hat) [CC BY 2.0 ], vía Wikimedia Commons
Los mecanismos de defensa de las orugas son variados: químicos tóxicos, olores repugnantes, pelos urticantes, etc. A veces se camuflan o imitan a serpientes. En otras ocasiones, las hormigas actúan como guardaespaldas. También crean fortalezas o incluso vomitan.

La polilla australiana Uraba lugens, como otras, se desprende de su cubierta externa antes de expandir su cuerpo blando para crecer. Sin embargo, cada vez que lo hace mantiene la cubierta que rodeaba su cabeza. Cada vez que repite el proceso añade una cubierta más, formando una columna sobre su cabeza.
Se desconoce la función exacta de este comportamiento, ya que la densa cubierta de pelos es suficiente disuasorio para aves o lagartos. Tampoco evita que las avispas y moscas inserten sus huevos en su cuerpo los insectos sorban sus fluidos, aunque la columna de cabeza sirva para desviar o absorber momentáneamente sus ataques. Sus probabilidades de supervivencia no aumentan ni en las pruebas de laboratorio ni en la naturaleza. No obstante, en grupos mixtos, aquellos sin "sombreros" solían ser las víctimas más frecuentes de los insectos. Es decir, su efectividad dependía de si los demás los llevaban o no.

Aunque no sea una defensa muy eficaz, al aprovechar una estructura que de otra forma iba a ser desechada, apenas tiene un coste para la oruga, que no tiene que invertir energías en crear químicos tóxicos o pelos urticantes.

Este comportamiento no es único de la oruga australiana. La oruga norteamericana Harrisimemna trisignata también acumula sus antiguas cabezas como sombreros, agitándolas y pudiendo dificultar el ataque a una avispa pequeña. También hay una especie similar en Japón, otra en la India y dos en Europa.

Relacionado con esta práctica se encuentra el manga Mis queridos ancestros de Junji Ito que, como todas la obras del autor, permitirían hacer otra entrada de mangas grotescos.

Fuente: National geographicMembracid
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