La fotografía con mayor tiempo de exposición

Vista desde el monte Holyoke

Hace años os hablé del concierto más largo, que duraría un milenio y acabaría en el 2999 para inmediatamente volver a empezar de nuevo. Quién sabe si llegará a completarse, pero el artista conceptual Jonathon Keats comenzó una hazaña similar en el campo de la fotografía. Para cumplirlousa cámaras repartidas por el mundo que no se vean afectadas por el paso del tiempo.

El propósito de la obra es mostrar la fugacidad del presente, la insignificancia de nuestros actos cotidianos, ofreciendo otra forma de ver la vida. Lo que quiere es que los actos que afectan al mundo sean los que decidan qué se mostrará en la cámara. No obstante, como buen arte conceptual, para el artista no importa si no logra crear una imagen reconocible, ya que lo considera un experimento cuyo resultado es imprevisible y no se verá  hasta dentro de un milenio. A pesar de ello, las universidades y organismos encargados de estas cámaras han firmado un contrato para entregar las cámaras a los herederos de Keats.

Estas cámaras se sitúan en el campanario Stearns del Museo de Arte Mead de la Amherst College, mirando a la cordillera Holyoke; en Tempe, en la Universidad Estatal de Arizona y en la cuenca del Tahoe, en colaboración con Tahoe Public Art, donde hay cuatro cámaras.

La inspiración de esta obra comenzó cuando Keats usaba cámaras Brownie con papel de cianotipo, que tardaban semanas en revelarse. Eso le llevó a pensar en lo que ocurre cuando se fotografía a largo plazo. Al mismo tiempo, con su participación en la revista Good, en un número del 2010 sobre la "lentitud", aprovechó que la tinta de esta se degradaría con el tiempo para publicar una cámara estenopeica que pudieras hacer tú mismo y que revelaría una imagen al pasar cerca de un siglo. Posteriormente, en una galería en Berlín recreó el mismo concepto pero como cámaras de vigilancia donde aquellos del presente serían observados por aquellos del futuro.

Para llevar a cabo el proyecto, las cámaras debían ser sencillas y resistentes, sin componentes que pudieran fallar, como el obturador o las palancas. Por ello usó cámaras estenopeicas de cobre con una abertura de oro endurecido de 24 quilates para evitar la corrosión. Como la película se estropearía y los sensores digitales no serían fiables indefinidamente, el interior está pintado con aceite de rosa madder. Como este pigmento se desvanece con la luz solar, la idea es que cada zona se desvanezca en proporción a la luz que reciban, plasmando la imagen.

Como diría el artista, la imagen final depende de nosotros. Si somos capaces de mantener los parajes naturales, la fotografía será testigo de ello. Si no, los cambios mostrarán una imagen sobreexpuesta.

Fuente

  • Hall, A. C. (2020). The millennium camera. The Camera as Actor: Photography and the Embodiment of Technology, 15.
  • Thompson, R. (2019). Q&A WITH JONATHON KEATS. CSPA Quarterly, (25), 22-33.
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