¿Era Odín un dios queer?
Se suele interpretar que la masculinidad de los dioses nórdicos no tiene parangón, siendo cierto que esta era importante para destacar en la sociedad nórdica, teniendo a Thor como paradigma de ella. Sin embargo, salvo Loki que engendró al caballo Sleipnir, aparentemente no hay dudas sobre el género y la sexualidad del resto de deidades. Ante la realidad de que este culto no era monolítico y permitía múltiples variaciones, se ha presentado una interesante hipótesis que postula a Odín (Óðinn), el padre de todos, como queer.
Entre lo masculino y femenino
Este concepto, que no tendría equivalente en la antigua cultura nórdica, partiría de la idea de que Odín era una deidad que oscilaba entre lo masculino y femenino. El dios de la muerte, la guerra, las tormentas, la poesía también tenía dominio sobre el seiðr, es decir, la magia. Esta magia, junto con su continua búsqueda de conocimiento, especialmente del futuro, eran dominios generalmente femeninos. Incluso en la Edda prosaica, escrita en el siglo XIII con influencias cristianas, también hay palabras que contrastan con la masculinidad:
Él es llamado Padre de Todos (Allföðr) en nuestro idioma, pero en Ásgarðr el Anciano tiene doce nombres. Uno es Allföðr, otro es Herran o Hnikuðr, tercero es Nikarr o Hnikarr, cuarto es Nikuz o Hnikuðr, quinto es Fjǫlnir, sexto Óski, séptimo Ómi, octavo Bifliði o Biflindi, noveno Sviðarr, décimo Sviðrir, undécimo Viðrir, duodécimo Jálg o Jálkr.
Gylfaginning
Además de actuar como padre del resto de dioses, los términos Jálg o Jálkr suelen traducirse como caballo capón o castrado, lo que simultáneamente implica falta de hombría. Dado que no hay kennings, es decir, figuras retóricas de la poesía escáldica, que se refieran a su género, a diferencia de su belicosidad o su lanza, se ha presentado que esta podría servir como indicio de su ambigüedad. La figura del Odín de Lejre es otra usada para apoyar esta hipótesis. Se trata de una figura sedente en un trono similar a Hliðskjálf, acompañada de dos aves y vestido con un casco o gorro, una chaqueta, joyas y un traje largo. Uno de los ojos parece dañado y lleva lo que podría interpretarse como un bigote. La ropa sería similar a las representaciones de personajes de múltiples géneros, aunque también podría señalar su posición en la élite, pues Odín era un dios que les representaba y en Lejre esta tenía una posición privilegiada.
Acusado de afeminado
En los pueblos nórdicos, los afeminados eran insultados con los términos ergi, níð, argr y ragr, asociándose estos insultos también a la magia, la cobardía, a los hombres homosexuales, a la lujuria femenina y a las mujeres en general. En el Hárbarðsljóð, Odín, disfrazado de Hárbarðr, se enzarza en un intercambio de insultos con Thor, quien le llama «Hárbarðr el "queer"» (Hárbarðr inn ragi), por lo que este responde enumerando sus hazañas con distintas mujeres. Entre ellas está usar magia amorosa en las brujas para que traicionaran a sus esposos. Podemos ver cómo no niega practicar la magia, propia de mujeres, sino que además responde para rechazar completamente cualquier connotación que esto pueda acarrear. En el Lokasenna, donde ocurre un intercambio de insultos que nos ofrece información valiosa de los dioses, Loki acusa a Odín de practicar seiðr en samsey, golpeando un tambor como una völva, viajando por el mundo en forma de mago y con aparente naturaleza ergi. En otras palabras, le estaría acusando de realizar ritos chamánicos, que se sugiere que podrían implicar prácticas sexuales que iban más allá de lo considerado correcto. En el Heimskringla, escrito bajo una lente cristiana, se decía que Odín obtenía gran poder a través del seiðr y podía conocer el destino de los hombres, siendo esto ergi, causando verguenza a los hombres que lo practicaban, siendo enseñado a las diosas. En este punto, ya bajo el cristianismo, hace falta señalar que incluso los cambios de forma de Odín recibirían la misma opinión. Finalmente, en el área de la videncia, hay que señalar que el Hyndluljóð presenta la posibilidad de tres géneros: femenino (völva/völur), masculino (vitki/vitkar) y un tercero que podría ser un tercer género o denominar otra cosa (seiðberandi/seiðberendr).
Conclusión
De ser así y considerarse Odín lo que hoy conocemos como queer, tampoco sería algo general. En las últimas décadas se ha observado que el culto a los dioses nórdicos no era monolítico. Según la zona, predominaban unos dioses y sus características podían cambiar. También es importante indicar que Odín era una deidad que encontraba más apego entre las élites, a diferencia de Freyr y Thor, y que los cultos mixtos podrían haber influido en su identidad.
Fuente
- Franks, A. M. (2018). Óðinn: A Queer týr? A Study of Óðinn’s Function as a Queer Deity in Iron Age Scandinavia (Doctoral dissertation, MA thesis, University of Iceland).